Cuando Vicente del Bosque dijo aquello de: «si hoy fuera jugador me gustaría parecerme a Busquets», sabía lo que decía. El seleccionador nacional veía reflejado en el mediocentro de Badia del Vallès todas las virtudes que él considera debe tener un futbolista de primer nivel, por ello no dudo en la darle la manija junto con Xabi Alonso de la selección que tocó el cielo en Sudáfrica
‘Busi’ es junto con Messi el único jugador del Barça triunfal que no tiene recambio de similar nivel. Bueno, con el rendimiento que está mostrando Neymar, igual ni el gran Leo ya. Me parece una pieza absolutamente imprescindible e irreemplazable en el engranaje del Barcelona y jugador capital para entender el estilo de juego del equipo azulgrana, que se basa en dos premisas básicas: rapidez en la circulación del balón y recuperación rápida de pelota (aunque ahora Luis Enrique también haya añadido un contraataque letal). Si le falla alguna de estas dos cosas, sufre bastante. Y en las dos, Sergio es un especialista.
En la final de la Copa del Rey del 2009 en Mestalla frente al Athletic me impresionó. El equipo vasco se adelantó pronto en el marcador, pero en ese momento Sergio decidió que iba a jugar toda la final al primer toque. Y lo consiguió. Su equipó arrolló al Athletic y ganaron 4-1. Hizo circular la pelota como un avión sin detenerla ni un segundo. Jamás vi una cosa igual. Ahí descubrí de verdad, el pedazo de jugador que Guardiola había subido de Tercera división ese mismo año. Y esa personalidad, que le hace pasar de jugar en Tercera a la final de la Champions en el mismo año con un desparpajo que asusta, es otra de sus grandes virtudes.
El otro pilar sobre el que se asienta el juego del Barcelona es la recuperación rápida de la pelota, la presión alta, casi en la línea del área rival. Busquets empuja a sus compañeros hacia arriba, saliendo a presionar muchas veces a campo abierto, recuperando una cantidad ingente de balones que pone en disposición de jugar inmediatamente al tridente atacante.
Tiene defectos, claro, no tiene casi gol, nulo pase en largo y no suele romper líneas con pases interiores, pero es perfecto para el estilo de juego de su club y el pasado sábado, en el Bernabéu, superó otra prueba de fuego, pese a estar por primera vez sin Xavi a su lado, con una valoración de ocho puntos (según Marca) demostrando así que es un futbolista de otro nivel.
Sin él, muy probablemente el Barcelona no hubiera reinado tantas veces, y habrá que agradecerle eternamente a Pep Guardiola que tuviera la valentía de subirle al primer equipo y lo que es más importante, darle la manija.