Todos hemos sido niños alguna vez. Siempre recordamos con nostalgia, alegría y satisfacción ese tramo de la vida en la cual nuestra existencia era despreocupada y desenfada. Durante ese período de tiempo, todos recibimos nuestro primer balón. Un regalo que nos hacía sentir los más grandes del planeta dentro de nuestra pequeñez. Llenos de ilusión, salíamos de casa y lo mostrábamos a nuestros amigos, para luego ponernos a jugar e intentar cumplir un deseo, un anhelo: ser futbolista. Durante nuestra niñez, nos vimos influenciados por series de animación donde se mostraba un objetivo: jugar y ganar la Copa del Mundo. Crecimos con ‘Oliver y Benji’ y el mundial era la meta. Cuando ese crío crece, se hace jugador y ve la oportunidad de participar, una no convocatoria hace pedazos ese sueño. Este es el caso de la lista de Francia, donde hay un futbolista que se ve fuera de la gran cita en Brasil.
Ese pequeño que contempla como se le escapa su gran sueño y que ve como se le aleja no es otro que Samir Nasri. Con 26 años y en plena madurez futbolística es condenado al ostracismo por la decisión del seleccionador francés Didier Deschamps. Muchas personas no estarán de acuerdo con dejar fuera a un supuesto fuera de serie y jugador que puede cambiar el rumbo de un campeonato y ser clave en el juego de un combinado. Es compresible, pero hay que tener en cuenta también las razones del técnico galo, las cuales son perfectamente entendibles.
Todo entrenador tiene su base, su bloque, sus jugadores de confianza. Lejos de lo que pueda parecer una Copa del Mundo y que se prodigue que cada combinado es un conjunto de estrellas sin tiempo para aprender y cohesionarse tácticamente, es todo lo contrario. Cada seleccionador tiene su grupo de jugadores indispensables y con funciones asignadas con los que lleva trabajando mucho tiempo. La lesión ante el Newcastle en enero, donde tuvo una rotura parcial del ligamento interno de la rodilla derecha, fue clave para que se quedase descolgado de esa carrera por estar y formar parte de la columna vertebral, aún así, esto, no es la única causa. El cambio de sistema de los galos a un 4-3-3 ha hecho que el centrocampista se quede sin espacio en un once donde en el medio prima el físico y la fuerza y arriba el gol y la velocidad. No son precisamente las cualidades más destacables de Nasri y su difícil encaje en esta formación hace que no tenga sitio en el once inicial. Su irregularidad, es otro factor que le ha dejado fuera. Aunque en el final de temporada ha destacado siendo uno de los mejores de los ‘citizens’, su falta de continuidad desemboca en que el seleccionador no llegue a depositar toda su confíanza en él.
Ante esta tesitura, Deschamps cree que un jugador de su calidad no aportaría lo suficiente y tampoco aceptaría un rol en el banquillo o de revulsivo debido a su nombre y repercusión, por lo que ha tomado una decisión muy drástica y polémica que ha levantado ampollas en ciertos sectores del balompié ‘bleu’. Si será un acierto o un error, el desarrollo del campeonato lo dirá, pero lo que está claro es que Nasri es una de esas estrellas que ven roto su sueño por decisión técnica y no por lesión o por no estar clasificado como les pasa a otras estrellas del planeta fútbol.
PD: En la selección francesa no me olvido de Kevin Gameiro. Es cierto que la temporada del Sevilla y su rendimiento le pusieron en las quinielas, pero realmente nunca tuvo opciones de estar presente en Brasil. Benzema, Giroud y Remy siempre estuvieron por arriba y con Valbuena, titular indiscutible para Deschamps, y la explosión definitiva de Griezmann, le hicieron caer en el olvido. Gameiro puede estar orgulloso de su rendimiento y de ponerlo difícil, pero esta vez no era viable, no tenía una oportunidad real.