Enmudecidos, callados, apaciguados, son algunas de las características que encubren diariamente a los miles aficionados ‘reds’ que aún se resignan tras la marcha de Luis Suárez. Surgen muchas dudas con respecto al nuevo equipo que montará Brendan Rodgers para afrontar una temporada muy exigente. Toca resurgir al fénix de sus cenizas tras aquel desafortunado resbalón de Gerrard que costó una temporada más que memorable en la parte ‘red’ de Merseyside y que pudo dejar en las vitrinas de Anfield la primera Premier League. Para ello, la dirección deportiva del cuadro inglés trabaja sin descanso para volver a ensombrecer al globo terráqueo con ese fútbol vertical, vistoso y enormemente técnico que mostró el Liverpool la temporada pasada. Pero si este verano tiene un nombre y apellido, es el de Luis Suárez. El hombre referencia en el que estaban puestas todas las esperanzas tras volver a la Champions League cinco años después , se desvanece dejando en sí a un equipo mermado. Sin duda, la pérdida del hombre referencia de Anfield ha desatado ciertas inquietudes y ha roto muchos corazones en las gradas de The Kop.
Contextualizemos sobre lo que era el charrúa en el esquema de Rodgers sin entrar a valorar sus desafortunados desencuentros no exentos de polémica. Hablar de Luis Suárez es más que hablar de un 9 puro (a pesar de anotar la friolera de 24 goles en 13 partidos y terminar siendo bota de oro la pasada campaña). ‘Luisito’ se convirtió en el buque insignia de Anfield, rememorando o, incluso según mi percepción, superando al mejor Fowler o en su defecto al mítico Owen. Ofrece mucho más. Hablar de Suárez es hablar de movilidad, constancia, sacrificio, técnica, olfato goleador y un increíble espíritu de lucha. El uruguayo era la bombona de oxígeno que encontraba Rodgers cuando su equipo se atascaba en partidos altamente complicados con defensas bien cerradas. Suárez es un gran receptor del juego directo, otra de las alternativas del juego ‘red’. Además, de su tremenda facilidad para escapar de los defensas con agilidad y habilidad por muy violenta que sea la marca.
Hablar de Suárez es hablar de presión asfixiante, como esa ‘mosca cojonera’ que noche tras noche sigue ahí, sin abandonar su lugar, incluso esporádicamente desertaba su rol de 9 para incorporarse en el centro para ayudar en la salida de balón. Hablar de Suárez es hablar de una auténtica tortura para el defensor que lo marca, ya que si le das espacio estás perdido y si lo marcas sin espacio, se te escabulle como pez en el agua. Pero si algo llama poderosamente la atención en el juego de ‘Luisito’ es su capacidad para leer los espacios y hacer daño con el juego entre líneas que ofrece. Caviar del bueno. De ahí a que piense que Zubizarreta ha acertado de pleno con su fichaje y que eclipsará en muchas ocasiones a Neymar y Messi en Can Barça. En resumidas cuentas, Brendan Rodgers tenía en Luis una vía de escape para cualquier situación. El eje en el que girar cuando los ‘reds’ desarrollan su juego habitual (además de materializar las ocasiones) , y ser una solución altamente recomendable en casos de emergencia .
Tras estas pequeñas características llegamos a la conclusión de que sin Luis Suárez nos queda un Liverpool con un vacío existencial enorme. Para ello como comentábamos anteriormente, la dirección deportiva trabaja a destajo para cubrir esta marcha importantísima. Son muchas las caras nuevas que han aterrizado en Anfield. Lo que nos hace dilucidar dos opiniones altamente distintas. La primera es que reforzar al equipo con tantas caras nuevas mitiga en cierto sentido la marcha de Suárez. Hace reavivar la ilusión a pesar de la pérdida del charrúa. La otra, pensando quizás algo menos en el aficionado, es que Suárez abarcaba muchas facetas del juego ‘red’, por tanto esas necesidades hay que cubrirlas y también ampliarlas, como es lógico. Pongamos por caso, Rickie Lambert es un futbolista contrastado pero que cumplirá una función muy distinta a la del charrúa y más específica dentro del esquema del técnico inglés. Poderoso juego de espaldas, buena calidad técnica pero falta de movilidad, entre otras cosas porque sus 32 años no le permiten realizar un gran despliegue físico. Para suplir esas carencias que deja Lambert y ampliar aún más el abanico de posibilidades, el Liverpool se ha reforzado con Adam Lallana que ayudará en la parcela ofensiva ‘red’, quizás el fichaje más ilusionante . También llega Markovic procedente del Benfica, gran centrocampista de 20 años y que está llamado a dirigir el centro de la orquesta con Emre Can, que llega procedente del Bayer Leverkusen. Formado en las categorías inferiores del Bayern de Múnich , es un centrocampista todo terreno . El turco llega tras recibir en su día el aval de Jupp Heynckes. Otra gran incorpración es Dejan Lovren en el centro de la defensa, llama la atención que es el tercer jugador procedente Southampton y Origique está firmado pero permanecerá un año cedido en el Lille, un joven delantero con gran futuro.
A pesar de estas 6 incorporaciones faltan por llegar refuerzos. Presumiblemente en el lateral izquierdo, para el que suena con gran fuerza el jugador sevillista Alberto Moreno y también en la delantera, tras descartarse el fichaje de Loïc Rémy por no superar el examen médico.
Sinceramente, hay muchas expectativas puestas en este nuevo Liverpool. A pesar de aturdirse tras el varapalo de la venta de Suárez, han reforzado bastante bien al equipo. En mi humilde opinión, solo faltaría un 9 de garantías que aportase más movilidad y frescura que Lambert, y la incorporación del lateral sevillano. Solo queda acoplar estos fichajes al terreno de juego y que asuman el rol que Brendan Rodgers le piden. Actualmente están participando en la gira americana y no están dejando buenas sensaciones. Hasta ahora la pretemporada no está siendo fructífera y se prevén cambios en cuanto a la estrategia de juego. Aún es pronto para opinar, en quince días comenzará la Premier League y ya no habrá marcha atrás. Eso sí, lo que es evidente es que Luis Suárez ha dejado un vacío existencial en Liverpool incuestionable…