Acaba de finalizar agosto y Louis van Gaal ya ha sido todo y nada en el Manchester United. Chelsea y Manchester City han sido postulados como máximo aspirantes al trono inglés y los ‘red devils’ salen de las quinielas. En dos semanas, parece que el proyecto del preparador holandés se deshace como un azucarillo y que su buen hacer al frente de la ‘oranje’ cayó en el olvido.
El fútbol es un juego más complicado para tal conclusión apresurada. Hay que darle tiempo a Louis van Gaal. Todavía quedan 35 jornadas de la Premier League, y un balance de dos puntos de nueve posible es algo fácilmente remontable (el Sevilla el año pasado tuvo un inicio paupérrimo y acabó rozando los puestos de Champions).
Sin embargo, la visión de túnel (oscura y larga) se ha instalado en los alrededores de Old Trafford. Después de cuatro malos partidos, los periodistas ya titulan con la palabra ‘crisis’ y los fans piden un cambio radical en el conjunto de Manchester a la más mínima decepción. Pero no es de extrañar que esto sea así. Los medios de comunicación le da a ‘todo Crist0’ la oportunidad de entrar en el debate, y todos se creen que sientan cátedra cuando se trata del equipo que desata sus pasiones.
Pero en general estos debates son demasiados simplistas. En el fútbol las decisiones no deben terminar con una conclusión precipitada, pues la historia demuestra cómo a largo plazo la evolución de una apuesta puede ser mucho más positiva que haber cancelado dicha apuesta y caer en un círculo vicioso de modificación tras modificación (quien sabe si el Tottenham con Juande Ramos, hubiera peleado por estar en el Top Four durante muchas campañas, por poner un ejemplo).
La temporada pasada en el Manchester City, Martin Demichelis y Stevan Jovetic y en el Tottenham, Erik Lamela fueron etiquetados como los grandes fiascos de la Premier League, pero ahora están comenzando a mostrar sus verdaderas habilidades y que la espera sin duda merecerá la pena.
Ahora con el fichaje de Falcao, en el United se completa un ataque de ensueño con Van Persie, Rooney, Mata, Di María, a lo que se une una remozada defensa con Rojo y Blind que olvide los errores de la pasada campaña en esa zona. En definitiva, mimbres para que pronto los ‘red devils’ remonten el vuelo y dejen este mal inicio en una mera anécdota a pie de página. La paciencia es una virtud, o eso dicen.