Si en Roma, el Capitolio fue una vez salvado por el graznido de unos gansos durante la batalla de Alia, la caída en desgracia de David Moyes en el Manchester United fue por unas ‘chips’ (patatas fritas). Sí, de esas ‘chips’ grasientas, como las que se venden en los puestos ambulantes y en locales llamados ‘chippies’ junto con piezas de pescado rebozado, normalmente bacalao, que es el culmen culinario de las Islas Británicas. En su autobiografía #2Sides, publicado hace algunos días, Rio Ferdinand explica que el año pasado, Moyes cometió el error fatal de suprimir esos manjares que comían los ‘red devils’ en la víspera de los partidos, por ser un ritual sin sentido. «Eso molestó a todos», escribió Ferdinand, «era una de esas pequeñas cosas que sumadas en conjunto, en última instancia, desestabilizan a un equipo» añade en su libro, el ahora central del QPR. He aquí una de las razones de por qué el ‘Man U’ hizo una de sus peores temporadas de su historia.
Pero Ferdinand va más allá en su linchamiento particular, diciendo que Moyes creó un «clima negativo» y que él perdió el vestuario «acumulando errores», el peor de los cuales fue la preparación del partido ante el Bayern en la Champions League en un parque público a la vista de todo el mundo. «Fue algo rarísimo, ya de paso ¿por qué no le enviamos un DVD al Bayern? Gracias por este momento, Moyes» espeta Rio en su libro.
Seis meses después de su salida forzada, ¿que sigue siendo hoy de David Moyes? Un hombre, que hace un año cuando fue el elegido para sustituir a Ferguson, se jactaban de sus grandes cualidades de técnico, parece que ostenta un cartel que ni el de Lotina. En el Everton, donde se labró su prestigio, Roberto Martínez ha despejado el rastro del técnico escocés, empleados del club ahora hablan de Moyes como un hombre oscuro, que nunca les habló. Ferdinand, lo noquea arguyendo que es un técnico amateur y que nunca tuvo visión táctica: «Nosotros no sabemos realmente lo que quería», asevera. Este verano, el nombre de Moyes estaba en los mentideros como candidato a tomar las riendas de un club importante, pero los equipos que con más fuerza sonaban para su destino desecharon su candidatura. En el Galatasaray admitieron que nunca fue la primera opción, y en el Celtic, su equipo de toda la vida, finalmente prefirió a Ronny Deila, un desconocido noruego de 39 años.
El ‘exelegido’ o el ‘equivocado’ (como le llaman en la prensa británica) de Sir Alex está ahora en paz. Unas semanas después de su salida de Old Trafford, se vio involucrado en una pelea con unos jóvenes borrachos que le insultaron a la salida de un bar en Clitheroe, una localidad cercana a Blackburn. Ninguna acción legal se ha tomado sobre ese incidente, pero Moyes confesó que estas cosas las está empezando a llevar muy mal. Cosas que empezaron en marzo en forma de silbidos y que terminaron con pancartas en Old Trafford que calificaba al técnico escocés como «El Mal» poco antes de su despido. Parece que el trabajo de toda una vida ha sido letalmente golpeado por un error que, según admite Ferdinand, él es totalmente responsable.
De héroe a cero, como gustan decir a a los ingleses (from hero to zero), David Moyes «nunca fue suficiente para el Manchester United» en palabras despiadadas de Ferdinand que asegura haber celebrado su despido. El técnico escocés parece que confundió la Roca Tarpeya con el Capitolio y además ningún ganso graznó para salvarlo, lo que le deja en el abismo del planeta fútbol.