Si decimos que el fútbol es un deporte de pasiones no anunciamos ninguna novedad. Todos y cada uno de los aficionados alabamos a nuestro equipo cuando gana y criticamos y maldecimos hasta al utillero si hace falta cuando los nuestros pierden.
Hasta hace dos días veíamos como los aficionados del Madrid y toda el aparato mediático que rodea al club blanco se deshacía en elogios hacia el equipo y el buen hacer de Ancelotti con esos chicos. Sin duda, el éxtasis de tanto peloteo llegó con el merecido (en mi opinión) Balón de oro para Cristiano Ronaldo.
Y mientras ese ambiente de empalague rebosaba en el Bernabéu, otro gallo muy distinto cantaba en el Camp Nou. Para el máximo rival todo eran críticas, búsqueda de rencillas donde no las había o multiplicación de nimiedades y exagerada utilización de la palabra ‘crisis’ en todas y cada una de las informaciones.
Pero, una Liga dura 38 jornadas y, aunque parezca una obviedad, aquí no importa nada ni cómo se empieza ni cómo se va haciendo por el camino, lo realmente importante es cómo se acaba. ¿O me van a decir que si su equipo queda último y baja a Segunda se les oirá decir “de la jornada diez a la quince lo hicieron francamente bien? De esos pequeños detalles casi nadie se acuerda, lo que pasa que al tratarse de grandes equipos como Real Madrid y Barcelona, que nos tienen acostumbrando a un nivel sobresaliente, cuando algo se sale de esas expectativas, todo se magnifica.
No toca hoy analizar el ‘mal’ momento del Real Madrid, que si bien haciendo un pequeño inciso, diré que puede ser motivado por el cansancio acumulado por tanta competición, pero el club blanco ya ha demostrado que tiene mucho fútbol y aún más buenos jugadores para que este pequeño contratiempo sea superado.
Yendo al tema de este artículo, lo que hoy vengo a compartir con vosotros es el cambio que se ha producido en el Barça desde hace más o menos un mes hasta ahora. El equipo de Luis Enrique había comenzado la Liga en buenos términos, cosechando su primera derrota precisamente contra el Real Madrid, en la jornada nueve. En un clásico todo puede pasar y ese traspié no pasó a mayores. Lo que sí sorprendió a propios y extraños fue que el Barcelona encadenara una segunda derrota, en este caso, contra el Celta, equipo a priori inferior (sin querer desprestigiar a nadie).
Después de eso, el foco de atención se centró en una supuesta mala relación entre Luis Enrique y Messi. Algunos programas de televisión hicieron su propio ‘Sálvame’ para intentar averiguar las causas de este desencuentro. La verdad que no creo que a nadie le importe. Todos somos humanos y es normal tener diferencias con nuestro jefe o compañeros de trabajo y, al final, para bien o para mal, todo se soluciona.
Supongo que por ese clima de distanciamiento Luis Enrique decidió dejar como suplente a Messi en el partido contra la Real Sociedad de la jornada 17 y, para su mala suerte, los suyos se fueron de Anoeta con derrota. Debido a esto, los ríos de tinta fueron aún mayores.
Sin embargo, como dijimos antes, la temporada es larga y siempre hay tiempo para resarcirse. Desde entonces el equipo es prácticamente otro y ya ha encadenado nueve victorias, siendo el único de los tres grandes de la liga española que aún sigue vivo en Copa y Champions, por lo que se ha pasado de hablar de ‘crisis’ a la posibilidad del ‘triplete’.
Además, dentro de esa mejoría, cinco de esas victorias han sido en Liga y, cuatro de ellas, con resultados abultados: 3-1 contra el Atlético (rival directo al que después eliminaría en Copa), 0-4 contra el Deportivo, 0-6 contra el Elche (al que también ha eliminado en Copa con sendas goleadas) y 2-5 contra el Athletic (el último partido jugado).
A este Barça le queda por delante, como ya hemos dicho la Copa, donde hoy se enfrenta en semifinales al Villarreal de Marcelino y los octavos de la Champions donde se verá las caras con el City de Pellegrini (al que ya eliminó, precisamente en esa ronda, la temporada pasada). En lo que respecta a la Liga, los próximos enfrentamientos serán contra Levante, Málaga y Granada. Todo ello antes de que termine febrero.
Son muchos partidos y quizá el cansancio físico haga mella en los jugadores. Sin embargo el equipo vuelve a estar motivado. Por un lado, cuenta con delantera envidiable: un Leo Messi cada vez más inspirado (segundo en la carrera por el pichichi con 23 goles), un Neymar que empieza a dar rendimiento por su polémico fichaje (tercero también en esa carrera por el pichichi con 16 goles) y un Luis Suárez que parece que por fin se aclimata a sus compañeros. Por otro lado, se trata del Barça y, con sólo decir eso, uno ya sabe que estamos hablando de un club grande y, como todo grande, tirará de casta y galones para pedir paso en Liga y arrebatarle el primer puesto al Madrid (del que le separa tan sólo un punto) y seguir dando guerra en el resto de competiciones.