Eso tienen que pensar todos los aficionados y jugadores del Córdoba CF. No puede volver a repetirse el hecho de un equipo que asciende a Primera, pasa por allí la temporada sin pena ni gloria, y como tal, vuelve a Segunda para quedarse otra decena de años más.
Es cierto que nadie daba por hecho que el club califal ascendería el pasado año a la máxima categoría. Hubo que esperar hasta el último minuto del último partido de la última oportunidad para que el balón entrara en la portería y la locura se desatara en el estadio de Gran Canaria. Allí, el Córdoba, como visitante, vio cumplido su sueño de volver a Primera 42 años después.
Si no había sido fácil el ascenso, menos aún iba a ser el tránsito por la ‘Liga de las estrellas’. Y para muestra, los caprichos del calendario. Al recién ascendido Córdoba le tocó, ni más ni menos, en su primer partido en la Liga BBVA medirse ante el Real Madrid en el Bernabéu. A pesar del resultado (2-0), los blanquiverdes ofrecieron una buena imagen que solo se mermó por el mayor acierto de los blancos.
Sin embargo, las jornadas seguían y la victoria no llegaba. Tras ocho envites sin conseguir los tres puntos, la directiva decidió cesar a Albert “Chapi” Ferrer, principal artífice del ascenso, aunque también tuvo su etapa de más y menos en Segunda. El elegido para sustituirle, el serbio Miroslav Djukic.
Dicen que a técnico nuevo, victoria segura, pero en el caso del Córdoba este refrán tardó en cumplirse y la primera vez que los andaluces consiguieron ganar un partido fue en la decimocuarta jornada contra el Athletic. Catorce jornadas es casi la mitad del campeonato. Catorce jornadas en las que los blanquiverdes sólo habían sumando diez puntos. La cosa seguía sin pintar bien.
A pesar de ello, las otras dos victorias que ha conseguido el Córdoba las ha firmado también en esa primera ronda de la temporada. Concretamente en su partido frente al Granada (2-0) y en el encuentro frente al Rayo (0-1). Tras eso, comienzo de la segunda vuelta y un nuevo relevo en el banquillo. El entrenador del filial, José Antonio Romero, se convertiría en el sustituto de Djukic, que fue despedido tras no conseguir ni un solo punto en ese nuevo tramo de la competición.
Con Romero ya al frente no es que las cosas hayan cambiado demasiado. El Córdoba sigue sin ganar pero al menos ha sumado un punto. Actualmente tiene 19, lo que lo coloca en última posición y con un porcentaje bastante alto de tener que preparar las maletas para volver a la Liga Adelante.
Siempre se ha dicho también que los 30 puntos es la marca para la salvación, así que, junto al Córdoba, Deportivo, Levante, Almería y Granada, pelearán por escaparse de bajar a la categoría de plata. Tal y como están las cosas ahora mismo serían los tres equipos andaluces los que más papeletas tienen para consumar ese descenso.
Pero este artículo se empezó con una frase y a mí me gusta ser positiva. ¿Lo tiene difícil el Córdoba? Sí. Por delante le quedan equipos fuertes como Villarreal o Barcelona, y rivales directos como, Granada o Eibar. ¿Es posible que se salve? En este caso la respuesta también es sí. Las complicaciones llegan cuando ya no sólo se depende de la matemática ni de tus propios resultados, sino de lo que hagan los contrarios. Esta ecuación nos lleva a suponer un final de Liga emocionante y apretado, vamos, lo de todos los años, pero permítanme hacer el inciso de que si se salvaran Córdoba, Granada y Almería, y el Betis vuelve a Primera (algo que parece tener bien encaminado), todos ellos, junto a Sevilla y Málaga, harían un total de seis equipos andaluces en Primera División, hecho inédito en la competición.
Así que cordobesistas, sea por orgullo, por lo que les ha costado volver a Primera o porque no quieren estar nuevamente casi un cuarto de siglo en la división de plata, pongan toda la carne en el asador y hagan valer esa consigna de que hay que luchar hasta el final.