Siempre en el planeta fútbol los que se congratulan son las selecciones que hacen historia positiva. Es decir, los que ganan campeonatos del mundo, los que marcan rachas históricas copando el número uno del ranking FIFA, etcétera. Pocos prestan su foco a los que marcan un hito de manera negativa como hizo el cineasta holandés Johan Kramer que inmortalizó con su documental The other final el encuentro que en 2003 disputaron el penúltima y último clasificado del ranking de la FIFA para dirimir quien era la peor selección del mundo, si la selección caribeña de Montserrat o la selección del reino asiático de Bután. El resultado fue un contundente 4-0 para el combinado butanés por lo que la colonia británica de Montserrat confirmó con el puesto que ya indicaba el ranking y se coronó como peor selección del mundo, en una historia que bien merece tener su espacio algún día en La Paradinha.
Pues a Montserrat le ha salido este verano un duro competidor para quitarle ese ‘honroso título’ de peor selección del mundo, y es el combinado de los Estados Federados de Micronesia, país compuesto por el archipiélago de las Carolinas, situado al oeste de Filipinas, que fue colonizado por los españoles (de hecho el español es lengua cooficial del país junto al inglés y el japonés), vendidas a los alemanes, y controladas por los japoneses primero y los estadounidenses después, tras las dos guerras mundiales. Esta selección acaba de realizar una ‘hazaña’ sin precedentes en el fútbol mundial que pone en peligro el hito logrado por los caribeños.
La selección de Micronesia, que aún es amateur y ni siquiera figura en el ranking de la FIFA (pues es uno de los nueve países soberanos que no son miembros de este organismo mundial), sufrió las dos peores derrotas registradas en partidos oficiales entre dos selecciones (superando el Australia 31-0 Samoa Americana, que parecía insuperable). Ha sido durante los actuales Juegos del Pacífico (al estilo de los Juegos Panamericanos y donde compiten los países de Oceanía), donde los micronesios han hecho historia.
En el su debut en estos Juegos del Pacífico ante Tahití (a la que goleó España diez a cero en la última Copa Confederaciones), se llevó un 30-0. Una dura forma de empezar pero lo peor vendría después pues contra Fiyi, un categórico 38 a cero, que establecía un récord mundial. No satisfecha con eso, la selección de Micronesia batiría su propio récord al sufrir un aplastante 48-0 de Vanuatu, en el duelo que finiquitaba la fase de grupos. Un balance de tres derrotas, cero goles a favor, 116 en contra y dos récords mundiales para los micronesios. Algo histórico.
Micronesia es prácticamente neófita en esto del fútbol, pues su primer partido como selección data de 1999, cuando, para variar, perdió por tres a cero contra Guam (colonia estadounidense arrebatada a España tras la Guerra de Cuba). En ese mismo año, vio también su primera gran alegría y logró su mayor goleada hasta ahora al endosarle un 7-0 a las Islas Marianas del Norte (otra excolonia española que actualmente controlan los ‘yankees’). Pero no ha sido hasta este mes de julio que ha llamado la atención del planeta fútbol al postularse como clara candidata al ‘título’ de peor selección del mundo