Desde el portal de Marca se ha lanzado la pregunta de cuál cantera es mejor, si la madridista, conocida como La Fábrica, o la barcelonista, denominada La Masía, y muchos usuarios se han aprestado a vanagloriar la cantera blanca y sentenciar su superioridad ante la culé . Es cierto que ahora mismo en el primer equipo hay jugadores interesantes como Nacho, Morata o Jesé , y grandes promesas en el filial como Derik, Cristian u Omar, pero no voy a entrar a valorar la cuestión de quién es mejor, y todo porque creo que se habla muy a la ligera de la condición de canterano merengue.
Para muchos sectores de la prensa y gran parte del aficionado un jugador es canterano madridista con el simple hecho de haber pasado un par de añitos en el Real Madrid Castilla. Es entonces cuando me viene a la mente el mayor exponente de la cantera blanca, Raúl que salió de los escalafones inferiores del Atlético de Madrid. Pero ese no es el caso que nos ocupa, porque Raúl cambió de bando porque Gil disolvió las categorías inferiores, y además hay casos como el de Casillas que supone la ascensión de un jugador al primer equipo desde benjamines.
Entonces, ¿cuál es el caso? Pues la situación que vengo a referir es que hay muchos de esos ‘canteranos’ que recalaron en las categorías inferiores del club de Concha Espina tras ser ‘robados’, y no es que sea una pequeña parte, sino que, echando la cuenta, podría conformarse más de la mitad de la cantera en los últimos 20 años. Repasemos unos cuantos nombres: Joselu es canterano del Celta, Juanfran hizo sus pinitos iniciales en el desaparecido Kelme, Jurado comenzó en el Sanluqueño, Negredo se formó en el Rayo, Paredes, Luis García y Mata vistieron de guajes la elástica del Oviedo, Julio Álvarez y Mosquera son producto de la cantera del Depor, Soldado dio sus primeras patadas en el Don Bosco valenciano, y así muchos más…
Evidentemente si nos vamos al Barcelona también encontraremos casos como Messi, Pedro o David Sánchez, pero no quiero ir por esos derroteros de ‘y tu más’, simplemente quería disentir de ese ensalzamiento de la cantera del Real Madrid como una ‘fábrica’ de talentos, cuando dicha factoría importa todo lo que le permite su potencial económico, que es mucho.