Hace algunos días se filtró la que podría ser la nueva camiseta de España para el próximo Europeo de Francia 2016 (aunque primero tendrá que clasificarse) en la que Adidas apuesta por un diseño sencillo para la primera equipación con una variación significativa: las tres bandas amarillas (seña de identidad de la firma alemana) no estarán sobre los hombros sino en el costado. Pero si la sencillez marca la pauta en la primera equipación, la extravagancia brilla en la segunda elástica al utilizar unos llamativos rombos rojos y amarillos que sazonan una inmaculada camiseta blanca y que recuerdan a la camiseta que vistió la selección española en Estados Unidos 94.
Con estas dos nuevas camisetas (que cabe recalcar que no han sido presentadas oficialmente), la selección española ha lucido más de una veintena de elásticas, algunas significativas por que con ellas se consiguieron titulos y otras caídas en el olvido ya que son asociadas a grandes fiascos o tragedias del fútbol español (¿o alguien se acuerda de la camiseta que llevaba Cardeñosa cuando falló el tanto ante Brasil). Todas ellas han representado a la furia del fútbol español y bien merecen un recordatorio.
Las primeras camisetas
La primera camiseta de la selección española nació al igual que esta un 8 de agosto de 1920 durante los Juegos Olímpicos de Amberes donde el combinado español se colgó la medalla de plata al cuello. Una camiseta roja con cordones y con un león amarillo bordado al pecho fue la que representó, y con éxito, por primera vez al fútbol español.
Cuatro años más tarde, en las Olimpiadas de París, el éxito cosechado en tierras belgas se le subió a la cabeza y lanzaron una camiseta roja con una ‘uve’ de victoria gualda bajo el cuello que inspiró a posteriores camisetas como la de Le Coq Sportif para el mundial de Italia 90 o la de Adidas para la Copa Confederaciones de 2013. El resultado con esta camiseta, sobra decir, que no fue el mismo que en Amberes.
Ya en 1934, España acudía a su primer mundial y lo hacía en tiempos de la Segunda República, por lo que su camiseta lucía el antiguo logo de la federación española pero, lógicamente, sin corona alguna. Era una casaca simple, de color rojo intenso, mangas largas y cuello cerrado y con ella vimos como los hilos de Mussolini privaba a España de la gloria al disponer a los árbitros en pro de que pasara Italia en el lance que ambos disputaron en cuartos de final.
A Franco no le gustaba el rojo
En tiempos de la dictadura del general Franco, la camiseta de la selección española sufrió determinados cambios acordes con las predilecciones del Régimen. La principal característica de esta época fue que el águila de San Juan de los Reyes Católicos fue a lucir en el pecho de los jugadores españoles (al igual que lucía en la bandera española de entonces) un emblema que se extendió hasta la Transición y los primeros años de la democracia (hasta 1981), por lo que en el mundial de Argentina 78, Cardeñosa protagonizó su calamitoso fallo con la rapaz bordada.
Pero otros de las peculiaridades de este periodo es que, por cuestiones ideológicas, Franco ordenó que se desterrara el color rojo de la camiseta y en 1941 cuando la selección española hacía su reaparición tras la Guerra Civil, apareció vestida con un azul oscuro que evocaba irremediablemente a las camisas que utilizaban los miembros de la Falange. Sin embargo, los colores de la selección española serán siempre los de la bandera, el rojo y el gualda, por lo que ante una camiseta con colores que no eran reconocidos ni dentro ni fuera de nuestra fronteras, el color rojo se volvió a imponer en 1947. Eso sí, en 1964 en la final de la Eurocopa a la Unión Soviética se le dejó que luciera su pérfida equipación roja, mientras que España, pese a ser local, vestía del mencionado color azul.
Fue una época de pocos cambios con respecto a la camiseta del combinado nacional, ya que los modelos eran bastante duraderos como demuestra la camiseta abotonada que se utilizó en Brasil 50 (utilizada de 1947 a 1959) o la indumentaria que se usó en los mundiales de Chile e Inglaterra (usada desde 1959 hasta 1969).
Llegan las firmas deportivas
Con la democracia llegó la mercantilización de la camiseta de la selección española y fue Adidas la primera firma deportiva en asociar su logo al fútbol español. Con el emblema de la empresa alemana llegaría las carácterísticas tres bandas en los hombros que primero fueron blancas para ser del color gualda en 1982 en la equipación del mundial en la que España fue anfitriona y que lucía en su pecho un nuevo emblema, el actual escudo constitucional.
Vistiendo Adidas se vivió luces y sombras. Desde la vergonzosa actuación de España en su mundial hasta el histórico partido ante Malta, aquel que acabó 12-1 y que hasta la consecución de los títulos actuales, era la hazaña a la que se recurría para mostrar el orgullo español.
Será porque con la firma alemana no se logró nada destacable o bien porque el siguiente torneo se jugaba en tierras galas (Eurocopa de Francia 84) se decide cambiar Adidas por la marca francesa Le Coq Sportif en 1984 con la que el combinado español estaría hasta 1991 y lograría meritorias actuaciones en los mundiales de México 86 e Italia 90 y alcanzaría el subcampeonato europeo.
Tras la experiencia con la marca deportiva francesa, la selección española volvería a vestir Adidas iniciando un idilio que dura hasta nuestro días y bajo su emblema de las tres franjas han llegado los más grandes éxitos del combinado español con la consecución de un mundial, dos europeos y un subcampeonato en la Copa Confederaciones.
Pero más allá de las elásticas con la que España alcanzó la gloria, Adidas ha ideado equipaciones llamativas que forman parte del imaginario colectivo de cualquier futbolero como la elástica con franjas gruesas en los hombros que lució en la clasificación de Estados Unidos 94, la camiseta con el costado izquierdo negro con líneas verticales rojigualdas de la Eurocopa del 96, la indumentaria llena de finas líneas amarillas para Alemania 2006, la singular línea negra que lucía a la derecha la camiseta española en la Confederaciones 2009 o la elástica usada en la clasificación para la Euro de 2012 con extraños detalles celestes.