Si el fútbol profesional es de por sí exigente, desempeñarse como jugador en equipos como el Barcelona siempre suponen un plus. Club, afición y periodistas del ámbito deportivo estarán especialmente atentos para ver si el jugador en cuestión responde a las expectativas o si, por el contrario, pueden desmitificar la idea previa que se tenía.
Podría valer la anterior afirmación para ejemplificar el caso de Neymar. El jugador brasileño recaló en la entidad blaugrana en el verano de 2013 con la idea de acompañar a Messi en la delantera. No es que al astro argentino le haga falta mucha ayuda en esto de hacer goles, pero puede presumir, y mucho, el Barça de tener en la actualidad una de las mejores delanteras dentro del panorama fútbol. La conocida como MSN, o lo que es lo mismo: el tridente Messi, Suárez y Neymar.
Sin embargo, como se mencionó al principio, encontrar el hueco en el Barcelona nunca es fácil. En su primer año, al brasileño le costó algo más integrarse al juego del equipo, algo que se señala en los quince goles que hizo en 41 partidos. Y es que hacer dupla con Messi puede tener sus cosas buenas, pero también las malas, entre ellas, que, casi por costumbre, la mayoría de las jugadas del equipo culé suelen terminar (o ir dirigidas) a los pies del argentino, lo que supone que otros goleadores tengan que destacar por otros aspectos para certificar que sus tantos también son valiosos.
Es lo que poco a poco ha ido consiguiendo el protagonista de estas líneas. Ya en su segundo año, Neymar aumentó el promedio hasta los 39 goles en 51 partidos, y en este 2015, de momento, es el pichichi de la Liga con once dianas tras diez jornadas. Fruto todo ello, sin duda, de que el brasileño ha ido acoplándose al club de tal forma que, para muchos, es difícil ya imaginar un Barça sin su presencia.
De hecho, y aunque parezca imposible, el joven (de tan solo 23 años) ha conseguido que no trascienda tanto la lesión de Messi. Muchas son las veces que se ha tachado al Barcelona de dependencia hacia al astro argentino. Y es que cuando tienes un jugador tan bueno se hace difícil no tener puesto más de la mitad de tu juego en sus botas. Sin embargo, y aunque en algunos momentos sí que se ha podido notar su ausencia, tanto Neymar como Luis Suárez han logrado que su equipo siga haciendo goles y esté primero de la clasificación.
Además, el calendario a veces es caprichoso y ahora llega un partido de los grandes: el clásico, donde no se sabe aún si podrá estar Messi, o no. La mejor ocasión para demostrar su valía le llega a Neymar cuando se encuentra en su mejor estado de forma y en una racha goleadora nada envidiable, donde hace maravillas como las de su gol ante el Villarreal la pasada jornada.
Y es que el buen hacer de este chico le está llevando a tener cada vez más personas que lo idolatren y den fe de sus cualidades, como por ejemplo, Dunga, su seleccionador con Brasil, quien se refirió a él alegando que “demuestra un rendimiento superior al de Messi y Cristiano”. Las comparaciones pueden ser odiosas, pero visto el momento por el que pasa el portugués, algo desaparecido, y teniendo en cuenta que el argentino está lesionado, no puede negarse que, ahora mismo, estas declaraciones sí son ciertas.
La mejor muestra de esto se puede ver cada jornada con el juego que despliega el brasileño. Un jugador, cuya calidad, lo ha hecho deslumbrar por méritos propios y dejar atrás la etapa en la que estaba a la sombra de otros.