En este globalizado fútbol de hoy, es absolutamente normal ver argentinos en las principales ligas europeas y, en particular, en la agigantada Premier League inglesa, que contiene a la mayoría de las figuras de la selección albiceleste como Agüero, Zabaleta, Romero, Otamendi o Lamela. Incluso grandes como Manchester United o el Manchester City integran varios en su formación. Pero hasta entrado 1978, eso era inédito. Hasta que un par de campeones del mundo llegaron a la tierra de los inventores del balompié para escribir historias de gloria. Uno de ellos se convirtió en referente en Inglaterra. Por algo, Osvaldo César Ardiles es apodado ‘Ossie’, cariñoso diminutivo de su primer nombre. Como jugador y más como entrenador, el motor de la Argentina ganadora del 78 fue, junto a su compañero de mundial Ricardo Julio Villa, el precursor de la legión albiceleste en las islas, y logró la difícil tarea de ganarse un amor en un lugar no tan propicio para sus compatriotas.
Es que el mediocampista nacido en 1952 en Córdoba, la tierra de otro grande como Mario Kempes, tenía una gran habilidad y capacidad estratégica para organizar juego, y podía igualmente destacarse en la contención y la creación con buenos regates, por lo que era apodado ‘Pitón’ por su hermano gracias a sus serpenteantes fintas. “Mi posición era difícil de describir: una mitad de mí creaba, la otra defendía. No era un carrilero como los de ahora, sino un mediocampista neto que rara vez pisaba las áreas. Mi misión era liberar al ’10’ para que creara sin presiones”, aclaró Ardiles en una entrevista al portal web de la FIFA Así se fue ganando un nombre desde su debut en 1973 en Instituto, proveniente de las categorías inferiores, y más tarde en Belgrano, otro de los grandes equipo de su ciudad, y a partir de 1975 en Huracán, en el que fue subcampeón de Liga ese año y el siguiente, para luego formar parte indisoluble de la renacida Argentina de César Luis Menotti que obtuvo la Copa del Mundo en su propio feudo en 1978.
Su excelente actuación mundialista lo llevó junto a Villa al Tottenham Hotspur, donde comenzó una insospechada aventura de éxitos. En 1979 fue parte del equipo ideal de la entonces Football League (hoy Premier League) inglesa. Y llegó a su punto más alto de su carrera en 1981, cuando en mayo ayudó al Tottenham a levantar la FA Cup, el torneo más antiguo del mundo, en un memorable triunfo en Wembley por tres a dos sobre Manchester City, con dos goles de Villa y donde Ardiles tuvo gran protagonismo creando jugadas como la que inició el primer gol de Villa. Para festejarlo, colaboró junto al resto del plantel con el dúo pop Chas & Dave para grabar una canción llamada Ossie´s Dream (El Sueño de Ossie). “La idea era jugar tres años y volver, pero nunca imaginamos lo que sucedería después. Dicen que desde nuestro éxito empezaron a llegar más extranjeros, y algo de cierto hay. Creo que el fenómeno iba a darse igual, pero que nos haya ido bien aceleró el proceso”, confesó ‘Ossie’. En unn equipo con otras figuras como los internacionales ingleses Ray Clemence o Glen Hoddle y el escocés Steve Archibald, en 1982 jugó la final de la Copa de la Liga, que perdería ante el Liverpool, y contribuyó a llevar a su club hasta su segunda FA Cup consecutiva en mayo, aunque no jugó esta final pues estaba convocado con su Selección para preparar el mundial de España 82, en el que marcó su único gol mundialista en el fabuloso 4-1 ante Hungría en Alicante.
Para ese tiempo, la guerra de las islas Malvinas era una cruda realidad que se cobró más de 600 vidas argentinas, entre ellas la de un primo suyo, por lo que decidió irse a préstamo al París Saint Germain de Francia, del que regresó a mediados de 1983. Salvo ese año en la Ligue 1, una breve estadía en 1985 en el Saint George FC de Australia y un periodo corto en 1989 en el Fort Lauderdale Strikers de la NASL, su vida de futbolista transcurrió en Gran Bretaña. En mayo de 1984 volvió a ser campeón con el Tottenham, ahora de la Copa UEFA venciendo en casa al Anderlecht de Bélgica por penaltis, final en la que ingresó en el segundo tiempo. Con los blancos estuvo en 1987 como técnico interino entre la salida de David Pleat y el fichaje de Terry Venables, y siguió como futbolista hasta 1988 donde puso fin a diez años de extraordinaria labor como ‘spur’. Pero no se alejó de Inglaterra, ya que jugó para el Blackburn Rovers, Queen’s Park Rangers hasta que en 1991 puso fin a su carrera en el Swindon Town, en el que paralelamente arrancó en 1989 su historia como entrenador. “¡Me puse los dos primeros partidos y luego me eché a mi mismo!. Eran funciones compatibles, pero ya no estaba para jugar. Ser entrenador hizo el retiro menos traumático y la transición más natural”, recuerda.
En julio del 89 tomó a este modesto equipo de Segunda División y cambió su estilo de juego con pases largos, tan exitoso hasta allí, por uno más atildado y ofensivo con un 4-4-2 formado por mediocampistas de contención y creación que cautivó a la afición y que le dio muy buenos resultados, ya que terminó cuarto en la temporada y ganó la liguilla de ascenso para subir a la categoría superior por primera vez en su historia, sin embargo sólo diez días más tarde fue nuevamente relegado gracias a irregularidades en el pago de sueldos a los jugadores. Ardiles continuó una temporada sólo como futbolista más hasta que, viendo los malos resultados y el cercano descenso, aceptó una propuesta del Newcastle y fue el primer extranjero en entrenarlo, con otra mala campaña que los dejó últimos en el segundo escalón liguero. Pero le fue mejor en su siguiente experiencia, en 1992 en West Bromwich Albion, ya que tomó a un equipo que no había podido lograr el ascenso y lo guió a la victoria sobre Port Vale para volver a la élite. Fue enseguida que retornó a Tottenham, ahora como técnico, pero no fue feliz como en su etapa activa: en la primera edición de la Premier League el conjunto concluyó decimoquinto a pesar de contar con nombres como Jürgen Klinsmann, Ilie Dumitrescu y Gheorghe Popescu. Y para la siguiente, debido a irregularidades financieras anteriores el club fue multado con seis millones de libras, una sanción de doce puntos y un año de suspensión en la FA Cup, por lo que decayó notoriamente a pesar de que la sanción fue reducida y Ardiles fue despedido en octubre de 1994. Allí terminó su etapa en el Reino Unido para irse a América y al Guadalajara mexicano en 1995.
Entonces iniciaría una carrera prolífica en banquillos exóticos entrenando a clubes japoneses como el Shimizu S-Pulse, Yokohama Marinos, Tokio Verdy, o Machida Zelvia, en Siria al Al-Ittihad de Alepo o al Kelantan de la Superliga de Malasia, el cual entrena en el momento actual, hasta clubes más convencionales como el Dinamo Zagreb, el Beitar Jerusalén, el Cerro Porteño o clubes argentinos como Racing de Avellaneda y Huracán.
‘Ossie’, que a pesar de su larga estadía en Inglaterra nunca perdió su acento cordobés, también fue distinguido con el ingreso al Salón de la Fama del Tottenham Hotspur en 2008 junto a Ricardo Villa, mientras que en 2013 fue premiado con el Golden Foot como leyenda; asimismo, es el único argentino que forma parte de la lista de leyendas de la liga inglesa. Aparte de jugador y entrenador, ha sido actor en la exepcional película Evasión o Victoria junto a Sylvester Stallone, Michael Caine, Pelé y Bobby Moore, donde participa en un equipo de jugadores de países aliados durante la Segunda Guerra Mundial. Por otro lado, en 2012 publicó Ossie’s Dream, su autobiografía del mismo nombre que aquella canción junto a Chas & Dave. Pilar fundamental de cada equipo que integró, futbolista de gran técnica, ganador como jugador y en el banquillo, sigue siendo un apellido ilustre en el mundo del fútbol. Pero indefectiblemente está asociado a aquellos años de oro en Inglaterra, como el adelantado y campeón de una historia triunfal argentina que sigue vigente.