Hace un par de años, la llegada del Eibar a Primera División, supuso un nuevo registro, pues con la llegada a la élite del equipo armero la localidad guipuzcoana de Eibar pasaba a superar a la ciudad extremeña de Almendralejo como el municipio más pequeño (en cuanto a población) de la historia de la Liga con unos 27.528 habitantes en contraposición de los 35.101 habitantes de la localidad que fue representada en Primera con el Extremadura CF.
Es bastante llamativo y hasta maravilloso (por lo extraordinario) que una pequeña ciudad coloque a su equipo en lo más alto , pero yendo más allá ¿qué pasaría si un club de pequeño pueblo de menos de mil habitantes llegará a la élite profesional de una liga de bastante calado? Pues sucedería lo que muchos calificarían de una agradable anécdota y una prodigiosa utopía, pero la realidad como siempre, supera a la ficción, y la localidad de Nieciecza se ha encargado de demostrarlo.
Nieciecza, una localidad desconocida incluso para los habitantes del país en el que está situado, Polonia, no es noticia esta temporada porque su equipo de fútbol el Termalica Nieciecza debute en esta campaña en la Ekstraklasa (primera división polaca) sino por la consecuencia de que gracias a ello este pequeño pueblo de sólo 750 habitantes se ha convertido en la localidad más pequeña en contar con un equipo en una primera división del fútbol europeo.
Así el modesto Termalica Nieciecza que en casi su centenaria historia (fue fundado en 1922) está viviendo un sueño que ha cristalizado en batir el récord Guiness que ostentaba el Chmel Blsany, que en 1998 representó en la élite del fútbol checo a una población de 800 habitantes.
La andadura del Termalica en el nivel más exigente del balompié polaco no está yendo del todo mal. El conjunto azul y dorado está en la zona segura (décimo primer clasificado de dieciséis equipos) superando en la tabla a equipos históricos como el Wisla Cracovia, Slask Breslavia o el Gornik Zabrze, y todo ello tras rehacerse de un mal arranque liguero (tres derrotas en los tres partidos iniciales) que se puede explicar porque en dos partidos que ejercía como local lo disputó lejos de su estadio, al estar este en obras para adecuarse a las condiciones de la Ekstraklasa.
El auge de los elefantes
La escalada del club hacia la élite se debe a la pujanza de dos empresas de la zona de la Pequeña Polonia (provincia donde se encuentra Nieciecza). Desde que se fundó en 1922, el equipo de esta humilde localidad deambulaba por categorías regionales donde el fútbol es amateur, pero cuando la empresa de pavimentación Bruk-Bet comenzó a invertir en el club a partir del 2004, la suerte cambio y empezó a un ascenso vertiginoso. En seis años ya había alcanzado la Segunda división polaca (I Liga).
Pero el impulso final sería dado por Termalica, empresa de instalación de equipos de calefacción central y aire acondicionado, que entró con fuerza en el club y con su aportación el club, llamado desde entonces Termalica Bruk-Bet Nieciecza KS, alcanzó el hito del ascenso el curso pasado al lograr un segundo puesto en la categoría de plata.
Sin embargo si hay algo característico del Nieciecza, aparte de las dos empresas benefactoras culpables de su auge, es su símbolo, el elefante. El paquidermo, que luce en el centro del escudo del equipo y fue tomado del logo de la empresa Bruk-Bet, es una de las señas de identidad del equipo (no en vano a los de este equipo se les conoce como ‘Sloniki’, elefantes) tanto es así que en las cercanías del estadio, que tras su remodelación contará con 4500 espectadores (lo que equivale el quintuple de la población de Nieciecza), encontramos ‘varios elefantes’.
La dualidad polaca
El ascenso del Termalica al principal escalón del fútbol polaco despierta opiniones enfrentadas. Si, por un lado, el tamaño de la localidad fue motivo de risa para mucha gente e hizo que otros temiesen que desacreditase el poderío del fútbol local (como muchos pensaron cuando el Eibar ascendía en Primera y equipos con más renombre como Osasuna o Zaragoza languidecían en Segunda), por otro lado muchos recibieron de buen grado un proyecto que muestra la otra cara de Polonia.
Y es que como pasa en muchos países de Europa del Este, Polonia tiene una dualidad marcada debido a la gran diferencia existente entre las grandes ciudades como Varsovia, Breslavia, Cracovia, Danzig o Posnania, y las pequeñas ciudades y pueblecitos, como puede ser la propia Nieciecza.
De esta manera el triunfo del modesto Termalica justifica la necesidad de mostrar al mundo que Polonia está lejos del país moderno y urbanita que intentaron ‘vender’ durante la Euro 2012 y aún es un país esencialmente rural, siendo las grandes ciudades una cortina de humo que disipa la realidad actual.
La existencia de una Polonia ‘de primera’, más urbana y liberal, especialmente en zona occidental, contrasta con una zona más rural, católica y conservadora, llamada por muchos como la ‘Polonia de segunda’. Una fractura que se ha hecho más patente con la llegada a la élite del Termalica. Sin embargo, aunque Nieciecza tenga sólo 750 vecinos y esté rodeada de maizales y Varsovia, la capital del país, cuente con casi dos millones de habitantes y esté asediada de McDonald’s cuando sus equipos se enfrentan en el campo todo eso no importará, seguirá siendo un juego de once contra once.