La llegada de Zinedine Zidane al frente del Real Madrid pilló a todos por sorpresa ya que, aunque se le consideraba el entrenador del futuro, no se esperaba que tomase la alternativa a mitad de temporada y con los ánimos revueltos. Benítez había dejado al equipo en una situación muy delicada con el fiasco de la Copa del Rey y con un tercer puesto en Liga que a día de hoy siguen manteniendo.
Desde mi punto de vista el estreno de Zidane tendría que haberse hecho en otras condiciones, con una plantilla que se adaptase a él y partiendo de cero. El técnico se encuentra en una tesitura en la que no puede fallar, cualquier paso en falso llevará al club al fracaso y para colmo ha tenido que lidiar con un mal clima dentro del vestuario y con jugadores a punto de hacer las maletas.
Si el entrenador ha conseguido hacer frente a todos esos obstáculos ha sido gracias a la fama que le precede como jugador y al contacto previo que mantenía con la gran mayoría del equipo debido a su papel como ayudante de Ancelotti. Todos lo respetan, lo idolatran y sobre todo lo escuchan, una faceta que faltó en la época de Benítez. Una vez que ha conseguido captar toda su atención le queda la fase más difícil: demostrar que no solo es el héroe de la novena sino que con él en el banquillo pueden ganar la undécima.
En los pocos partidos que lleva Zidane, el equipo sobre todo ha ganado en físico y eso se nota ya que pueden montar contras y presionar en fases del partido en las que antes estaban desfondados. De hecho la recuperación de esas contras que tanto maravillaron al mundo es una de las claves de este nuevo Real Madrid.
El estilo del galo es diferente a la de su predecesor, más centrado en el aspecto defensivo o el de Ancelotti regido por el equilibrio. En este caso se apuesta por un corte más ofensivo, con muchas incorporaciones de los laterales y presión alta, aunque lo cierto es que sigue teniendo muchos problemas en su línea defensiva. De momento no se le ha visto hacer rotaciones además de las suplencias de Isco o James y los cambios que realiza están funcionando. Sin embargo sigue fallando un jugador clave en el centro del campo que se ofrezca continuamente para sacar el balón jugado ya que a menudo terminan arriesgando demasiado con los pases o recurriendo a cambios de juego con excesiva frecuencia.
No obstante, creo que, aunque aún es pronto para saber qué puede pasar en los próximos meses, Zidane puede ser una gran apuesta para el banquillo en las próximas temporadas y con el que además de volver a la senda de los títulos será más fácil atraer a las estrellas mundiales a formar parte de su plantilla. Es un gran observador del juego, ha demostrado que tiene mano dura con la plantilla y se respira un ambiente muy saludable, a lo que hay que añadir que mantiene una buena relación con Florentino Pérez. Además, el tiempo de trabajo con el filial puede ayudar a los jóvenes a dar un salto al primer equipo, una opción que en los últimos años sólo han conseguido unos pocos privilegiados. Puede convencer a Florentino de que recapacite antes de ponerlos a la venta y formar una gran plantilla unida a las jóvenes perlas que ha ido fichando el club. De hecho, esta apuesta por el Castilla será vital si finalmente terminan siendo castigados por la FIFA y se quedan sin fichar durante las dos ventanas siguientes.