En esto del fútbol es fácil asimilar que los equipos con más inversión y fondos son los que más facilidades tienen para realizar fichajes de enjundia y con ello optar a los títulos y a hacer cosas grandes tanto dentro como fuera de sus ligas. En España tendríamos el ejemplo de que Barcelona y Real Madrid son los que asiduamente se disputan el título de campeón (estando este año invitado a la contienda el Atlético de Madrid).
Cambiando de país, en Inglaterra hay un equipo que domina esto del mercado de fichajes, y es el Manchester City. De hecho, los ‘Citizens’ fue el equipo que realizó mayor inversión (a nivel europeo) el pasado verano con 200 millones. Sin embargo, todo ese dinero no se está viendo reflejado en los resultados y actualmente es cuarto con 51 puntos (y un partido menos), solo un punto por debajo del quinto y sexto clasificado (West Ham y Manchester United).
Un acontecimiento que no es ninguna sorpresa, pues el City es un conjunto que, a pesar de ser uno de los más valiosos de toda la Premier (en el tercer puesto según un estudio realizado en verano de 2015 por ‘Sporting Intelligence’) y de contar con grandes inversionistas detrás, solo ha llevado a sus vitrinas trofeos de corte doméstico. Es decir, desde que el club fue comprado en 2008 su palmarés se resume en dos ligas, (2011/12 y 2013/14), una FA Cup (2010/11) y dos Capital One Cup (2013/14 y 2015/16, conseguida el pasado 28 de febrero).
Volviendo al presente, es sabido que, en ese afán inversionista de los propietarios del club, la próxima temporada llegará a su banquillo Pep Guardiola, que relevará a Manuel Pellegrini (en el equipo desde la 2013/14). Un Pellegrini que podría ser cesado de su cargo antes de tiempo por los últimos resultados cosechados por el City. A pesar de haber logrado su cuarto trofeo de Capital One Cup recientemente, los ‘Citizens’ han cosechado cuatro derrotas en los últimos seis partidos de Liga (sumando solo cuatro puntos: una victoria y un empate), siendo la última de ellas algo más dolorosa por encajarla en el derbi ante el Manchester United.
El lado positivo llega este año desde Europa, un terreno que le estaba algo negado a los ingleses. El Manchester City lleva varios años clasificándose para la Champions League, donde nunca había superado los octavos y este año, por fin, ha conseguido pasar de esa ronda y ahora le tocará medirse en cuartos ante el PSG, una eliminatoria más que interesante (y en la que el City podría coronarse por el hecho histórico de llegar hasta semifinales y por ganarle al ya campeón francés).
Por contra, el volver a contar con el conjunto celeste el próximo año en la máxima competición europea aún es un enigma. Como contamos anteriormente, los ‘Sky Blues’ son actualmente cuartos, pero tienen al quinto y al sexto clasificado pisándole los talones, por lo que deberá mejorar la imagen ofrecida últimamente para certificar esa posición o, incluso, escalar algún puesto (a sabiendas ya de que es imposible pelear por el título de campeón).
Una mala racha que choca al ver los nombres con los que cuenta el City en su plantilla: Vicent Kompany, Nicolás Otamendi, Samir Nasri, David Silva, Yaya Touré, Sergio Agüero, o Wilfried Bony son algunos de ellos, a los que suman las incorporaciones este verano de Raheem Sterling y Kevin De Bruyne.
Es posible que el ciclo de Pellegrini al frente del equipo haya terminado y por eso quieran a un entrenador diferente para la próxima temporada, pero lo cierto y verdad es que el Manchester City es un buen reflejo de que en el fútbol, a veces, el juntar a los mejores o más caros fichajes no siempre supone obtener los resultados esperados, pues, aunque es poderoso don dinero, no todo es cuestión de talonario.