El pasado domingo el Bernabéu vivió el último partido de esta Liga en casa. Victoria casi agónica de los blancos ante el Valencia para intentar seguir luchando por el título liguero. Podríamos dedicar este artículo precisamente a eso, a cómo el Real Madrid, que no hace tanto tenía el campeonato perdido, ahora está ahí, con algunas posibilidades de conseguirlo (teniendo bien a cuenta que las mayores opciones son para el eterno rival, el FC Barcelona). Sin embargo, y pase lo que pase en esta última jornada de campeonato doméstico, el club merengue ha vuelto a demostrar una vez más esa fuerza, esa garra que lo lleva a ser tan grande, que mueve a su afición a seguirlo hasta donde haga falta y a exigirle, también, lo máximo a sus jugadores.
Aunque el Real Madrid lleva un tiempo siendo un club con una plantilla más unida, en la que han dejado de sobresalir algunos nombres y su protagonismo para, como resalto, luchar todos a una, hay que reconocer que, dentro del equipo, siempre hay figuras que llevan el compás de mando. Uno de esos nombres se despidió de la afición precisamente en el partido en el Valencia y lo hizo por todo lo grande. Álvaro Arbeloa, el ‘Espartano’, un hombre de la cantera y que siente la camiseta y el escudo madridista como pocos.
En su propia web personal lo reconoce: “Sólo sé que yo doy la vida por esta camiseta en cada partido”. Una postura que lo llevó a convertirse en líder dentro del vestuario, para lo bueno y para lo malo. Aunque se ha visto envuelto en ciertas polémicas, hasta los que algunas veces fueron sus detractores, como Casillas o Piqué, han tenido palabras de alabanzas hacia él por esa despedida. Bien es cierto que casi nadie se atreve a hablar mal de otra persona cuando le está poniendo fin a su carrera en algún sitio, pero si la animadversión es auténtica, con no hablar del tema hubiera sido suficiente. El exportero madridista aseguró que todos los jugadores de ese equipo “merecen” una despedida como la de Arbeloa. Por su parte Piqué señaló que si la despedida fue de esa manera (con ovación de la afición y tifo en la grada más manteo de los compañeros) “es porque lo ha merecido”. Declaraciones ambas que cierran antiguos piques y demuestran que el protagonista de estas líneas, aún con sus defectos, es un ‘Señor’.
Y es que Álvaro le ha dedicado más de la mitad de su carrera al Real Madrid. Comenzando por las categorías inferiores, sus cualidades le llevaron a ascender hasta el primer equipo, donde debutó en 2004. Al no contar con suficientes minutos, decidió fichar por el Deportivo de la Coruña en 2006 y su progresión en él le llevaría meses después a cruzar el charco y enrolarse en el ‘Spanish Liverpool’ de Benítez (de 2007 a 2009). Finalmente, en ese año, 2009, regresó nuevamente a su casa y poco a poco fue ganándose, primero, el puesto de lateral derecho y, luego, convirtiéndose en una de las piezas fundamentales de la defensa blanca. De esta forma, con su querido Real Madrid ha sido testigo de títulos como la Copa del Rey (2011 y 2014), la Liga y Supercopa de España (2012), y la tan ansiada décima Copa de Europa (2014).
Ese buen hacer le llevó, como no podía ser de otra forma, a la selección. Su debut con el combinado nacional fue en 2008, de la mano de Luis Aragonés, participando posteriormente en la Eurocopa de ese año (ganada por España). A ese palmarés propio con la selección se unen además el Mundial de Sudáfrica de 2010 y la Eurocopa de 2012. Una etapa que él mismo cerró en 2014 cuando supo que no estaba convocado para el Mundial de Brasil. “Se cierra una etapa muy bonita para mí y ya sólo me queda desear toda la suerte del mundo a la selección y a mis compañeros. ¡Volved con otra estrella en el pecho!”, publicó entonces Arbeloa en su cuenta de Twitter.
A decir verdad, en los últimos años, nuestro protagonista se había ganado críticas y apodos peyorativos porque su desempeño no estaba siendo el mejor. Quizá por la edad y por estar en un club tan exigente como el Real Madrid, esos pequeños fallos se hacían más grandes y han supuesto que jugadores nuevos, como Carvajal, empezaran a relegarle de su puesto. Pero se debe reconocer siempre lo que es de recibo, y Arbeloa es de esos jugadores que han hecho mucho por su equipo tanto dentro como fuera del campo. Ha sido un ‘espartano’ para todo. Para defender ante rivales y para lidiar con la prensa, a veces, mayor enemigo que otros equipos. Aunque en ocasiones sus declaraciones o el ser extremadamente sincero no le hayan ayudado a ganarse adeptos, el madridismo habló y le despidió como a un grande. Su afición le dijo hasta siempre al ‘espartano’, pero puede que pronto veamos a Arbeloa ejerciendo otras funciones en la casa blanca, pues, como el mismo reconoció “el día que me necesite el Real Madrid aquí estaré”.