Así se siente el Eibar, de Primera. Juega con pasión, teniendo el balón en todo momento y gozando de múltiples ocasiones en la portería rival, que materializa de forma excelente en la mayoría de los casos. Lo demuestran las estadísticas. Por ejemplo, en la segunda vuelta, el Eibar puede presumir de haber ganado 4 partidos y tan sólo uno acabó en empate. Ha mantenido, además, la portería a cero en las tres últimas jornadas. Las estadísticas son esto, sólo números, pero pueden dar que pensar en que el Eibar por fin esté a unos meses de cumplir su sueño tras 75 años de historia: militar en Primera División.
Ya en la temporada 2004-2005 los eibarrenses tocaron el cielo con las manos, como alguno afirmó en su momento. Apenas unos minutos que supieron a gloria fueron los que estuvo el equipo en Primera División. A pesar de ser considerado un histórico del fútbol, nunca ha jugado en la primera categoría, y en esa ocasión también se les escapó la oportunidad de hacerlo ante un Racing de Ferrol que lo puso complicado. Ahora parece que vuelve otra vez a acercarse ese momento, aunque hasta el próximo mes de junio no se despejen las dudas.
Pero no todo es el juego (buen juego en este caso) en el fútbol español. Como de costumbre, suelen salir beneficiados los grandes capitales, más que los grandes equipos. Porque un equipo es grande cuando sus jugadores demuestran casta en el terreno de juego, no se rinden, y cuando una afición los acompaña hasta el final, aunque sea el mismo infierno. Esto, para el Consejo Superior de Deportes no parece tan importante, ya que según la legislación de Segunda División, el Eibar tiene que ampliar su capital social en más de un millón de euros: de 422.253 euros a 1.724.272,95 euros. ¿Cómo se consigue eso en tan poco tiempo? Esa pregunta será la que se esté haciendo el cuerpo directivo del conjunto armero cada día.
El Eibar, a pesar de tener sus cuentas saneadas, es «castigado» por una legislación que le hace mucho daño. Se prioriza el dinero antes que el juego. Entonces, y nunca mejor dicho, ¿a qué estamos jugando? ¿Preferimos equipos con deudas multimillonarias? ¿o equipos que, aun siendo modestos, ofrecen una buena calidad en el juego, supuestamente razón principal de ser del deporte rey? De lo que no cabe duda es que por méritos propios el Eíbar será un Eibar de Primera a corto plazo. Al menos eso parece por ahora. Los números no engañan: el Eibar es el equipo con menor presupuesto de la categoría, tiene el estadio con el aforo más pequeño (5.600 localidades) y la población en la que se asienta no llega a los 28.000 habitantes; pero, sin embargo, en el terreno de juego supera todos estos condicionantes adversos. Quedémonos con lo fundamental: el fútbol. Lo que ocurra en los despachos es otro asunto.