Tras 21 años el Ajax ha vuelto a una final europea de la misma forma que lo hizo en 1996, con una plantilla joven y de prometedor futuro. Y es que por entonces las perlas ‘ajacied’ deslumbraron al fútbol europeo de tal manera que en dos o tres años los grandes clubes europeos habían desmantelado su plantel. Así Overmars (Arsenal), los De Boer (Barcelona), Davids, Reiziger, Kluivert y Bogarde (Milan), Seedorf (Sampdoria), o los foráneos Litmanen (Barcelona), Finidi (Betis) o Kanu (Inter de Milán), hicieron las maletas antes de cumplir los 27. Al conjunto de Ámsterdam también le ocurrió en 2003, cuando hizo una notable Liga de Campeones poniendo en serias dificultades en cuartos de final al equipo que sería a la postre campeón, el Milan. En esa ocasión fueron los Sneijder (Real Madrid), Nigel de Jong y Van der Vaart (Hamburgo), Heitinga (Atlético de Madrid), Van der Meyde (Inter) o los foráneos Ibrahimovic (Juventus), Chivu (Roma) o Pienaar (Borussia Dortmund), los que abandonaron de manera casi instantánea el Ajax.
Y esta temporada, ya gane la Europa League o no, parece que va a ocurrir lo mismo. Con una media de edad de 22,19 años y unos jugadores tan apetecibles como los nacionales Riedewald, De Ligt, Sinkgraven Veltman, Van de Beek, Klaassen y Justin Kluivert, el alemán Younes, el danés Dolberg o el marroquí Ziyech. Pero eso no tiene que preocupar a la afición del Ajax porque quizá alguno de los jugadores mencionados aún puede quedarse, especialmente De Ligt por su extrema juventud (17 años, hasta hace unos meses competía en el filial), y sobre todo porque tiene una remesa de recambios en su filial sencillamente espectaculares. El Ajax B que ha terminado la temporada como subcampeón de la Jupiler League (no confundir con la Jupiler Pro League), segundo escalón profesional en los Países Bajos, cuenta con diamantes en bruto como Frenkie de Jong, Sierhuis el checo Cerny y sobre todo Abdelhak Nouri.
Nouri es el jugador que marca la diferencia en el filial ajacied con unos registros incontestables para un mediocentro con diez goles y once asistencias en 26 partidos, que le han hecho ya hacer sus pinitos en el primer equipo este curso (de hecho desde el pasado mes de abril se puede considerar uno más del primer plantel) con nueve partidos en la Eredivisie, tres en la Europa League y tres en la Copa neerlandesa donde marcó su primer gol con los ‘mayores’ del Ajax. En concreto, fue el pasado mes de septiembre en una eliminatoria que se resolvió con 5-1 frente al Willem II y en el que Nouri cerró la goleada al tirar una falta cometida por él mismo que Lasse Schöne no le quería conceder el hecho de tirarla. Sin embargo, el joven de por entonces diecinueve años (acaba de cumplir los veinte en abril), le dijo el danés que si no marcaba le daba diez euros, a lo que Schöne aceptó para luego ver como se quedaba sin esos diez euros.
La principal virtud de Nouri es la seguridad y la confianza con la que controla el esférico, que algunos han tenido la osadía de decir que recuerda al mismísimo Cruyff en esa faceta. Se trata de un centrocampista versátil, sin restricciones posicionales, con un perfil de mediapunta o enganche pero habituado a funcionar como mediocentro organizador e incluso de interior. Hábil en el pase, decide bien en espacios reducidos en los que puede salir gracias a su habilidad para el regate (como demostró en la Youth League del curso pasado con un regate de auténtico pillo), y sobre todo tiene buen golpeo del balón.
En este sentido, cabe recordar que como decidió en su día Mounir El Hamdaoui el joven Nouri puede optar por la selección de Marruecos que le recibirá con los brazos abiertos, o bien ‘traicionar‘ sus orígenes como ya hiciera Khalid Boulahroz y lucir los colores de la selección holandesa absoluta, donde Dick Advocaat está esperando a que termine de pulirse para incluirlo en sus planes.
Y es que la juventud y la paulatina mayor participación que está teniendo en el primer equipo ‘ajacied’ dan a entender que estamos ante un jugador que hay que ‘mimarle’ para que no pierda los pies en el suelo y pueda desarrollarse a su ritmo, para cristalizar, probablemente, en uno de los futuros cracks del fútbol europeo.