No seré yo de las que renieguen de un jugador que ha estado en el equipo de mis colores, y mucho menos de las que vaya a un campo y le silbe. Me parece más que entendible que cualquier futbolista busque progresar y con ello otros planteles en los que despuntar. Pero la ambición (en el buen sentido de la palabra) nunca debería estar reñida con hacer bien las cosas, con guardar un mínimo de respeto hacia la camiseta, el escudo y la afición a la que uno ha representado durante un tiempo, sea el que sea.
Desde que terminó la temporada el nombre de Víctor Machín Pérez, ‘Vitolo’, no ha parado de sonar. Su actuación como sevillista le ha valido el reconocimiento no solo del seleccionador nacional, sino de equipos de nuestro país y de fuera de él. Con ello, comenzaron los rumores típicos del verano y cada ‘novia’ ofrecía lo mejor al canario.
En toda esta pelea ‘por coger el ramo’ el que siempre ha parecido mejor posicionado es el Atlético de Madrid. Sin embargo, la sanción del TAS hacía difícil que el club colchonero pudiera entrar en la órbita de los fichajes.
Por otro lado, siempre hay que tener en cuenta la predisposición del jugador. Vitolo es un referente en el Sevilla FC. De hecho, es el club en el que ha logrado ‘hacerse un nombre’. Con los de Nervión ha ganado tres títulos de Europa League, y su valía dentro y fuera del campo lo hicieran llevar el brazalete del equipo.
¿Por qué entonces querría irse? Aunque todo ese buen hacer le ha llevado ya a estar convocado con la selección, 2018 es año de mundial y quizá Vitolo piense que necesita estar en un equipo más puntero y directamente clasificado para la Champions para hacerse más necesario para Lopetegui. Por ese lado, hasta se le entiende. Bien distintas podrían haber sido las cosas si el Sevilla no tuviera que jugar la previa de la máxima competición continental este verano…
Como digo, la ambición del jugador se puede entender. Sin embargo, es aquí donde ha fallado su gestión, pues Vitolo terminará jugando en el Atleti, pero no de la mejor forma. Asistiremos este verano a un traspaso curioso. Pues el canario pagará su cláusula (de 40 millones) con un préstamo que pedirá al equipo colchonero. Ya como jugador libre, podrá ir al equipo que quiera y el elegido será la UD Palmas (su cantera), donde militará hasta enero, que casualmente es la fecha en la que termina la sanción para el Atleti. Así, tras toda esta carambola, en ese mismo mes, Víctor Machín podrá vestir la otra camiseta rojiblanca.
Es curioso que en el mismo día (ayer) se confirmaron dos importantes bajas para el Sevilla. Por un lado, la de Iborra, que marcha al Leicester. Por otro, la de Vitolo, al que solo le falta pagar (él o su nuevo club) la mencionada cláusula. Los dos han sido referentes para los de Nervión. Los dos han sido capitanes. A los dos se les va a echar de menos. Sin embargo, Vicente se va con la cabeza alta y el cariño de su afición, mientras que el canario ha escogido una forma un tanto enrevesada para irse, que espero que no genere el rencor de los que un día vitorearon su nombre.
Por ello, le deseo lo mejor en nueva etapa y no olvido todo lo que ha dado con la camiseta sevillista. Quizá por eso cueste un poco más entender sus formas. Se va Víctor Machín con un diez en el césped, pero con un adiós por la puerta de atrás.