Una vez ha terminado la liga lusa, en el que el Oporto de Sergio Conceição le dio la vuelta a la tortilla y se coronó campeón aprovechando que al Benfica le sentó mal el confinamiento, el Sporting de Lisboa, que ni siquiera ha acabado tercero tras verse adelantado en la última jornada por el Sporting de Braga, ha sido noticia por lograr un récord bastante negativo.
Y es que con la reciente temporada ya terminada, el Sporting de Lisboa suma ya 18 años sin lograr el título liguero desde que lo consiguiera por última vez en el 2002 cuando tenía como figura a Mario Jardel y su banquillo estaba comandado por el rumano Lazslo Boloni. De esta manera, el Sporting ha superado ese periodo máximo de 17 años que estuvo sin conquistar la Primeira Liga y que se dio entre las temporadas 1981/82 y 1999/2000.
Esto es un claro indicativo que desde finales de los 70 y principios de los 80, cuando ese Sporting de Meszaros, Oliveira, Jordão y Ademar, logró dos ligas, alcanzó los cuartos de final de la Copa de Europa y siempre peleaba por el título, el conjunto leonino, quitando el espejismo de las ligas del 2000 y 2002, ha entrado en una irremediable crisis que parece no tener fin.
En la segunda mitad de los 80, el Sporting era un juguete roto a manos del Oporto de Artur Jorge y el Benfica de Toni. Ya en los 90, el conjunto de José de Alvalade no pudo hacer nada ante el arrollador Oporto que ya estuviera entrenador por Carlos Alberto Silva, por Bobby Robson (quien llegó al conjunto ‘portista’ procedente del Sporting, casualmente) o por Antonio Oliveira, siempre se llevaba el gato al agua.
Luego llegó el periodo feliz de cambio de siglo en el que el Sporting lograría, tras una dura pugna con el Oporto, el título de liga de la campaña 1999/2000, merced a la solidez defensiva (sólo tres derrotas encajadas para el equipo menos goleado de ese año) que su técnico, Augusto Inácio, le había transferido. Al año siguiente, se tomaron la temporada en modo sabático y dejaron que los equipos de Oporto se peleasen por el título, el cual cayó para el modesto Boavista. Tras esto, un Sporting que repatrió a Sa Pinto y a Paulo Bento, y que se había reforzado con Mario Jardel tras su corta experiencia turca, se impuso en el campeonato doméstico tras liderar la tabla, prácticamente, de principio a fin.
A partir de entonces se iniciaría el periodo récord de sequía que actualmente el club blanquiverde está viviendo con una clara crisis con altibajos en el que, por lo general, el club está totalmente alejado de la lucha por el titulo y en ocasiones le ha costado amarrar la tercera plaza.
En ese periodo, sólo se podría ‘salvar’ una etapa del Sporting, casualmente, la etapa con mayor estabilidad en la que más tiempo estuvo el banquillo leonino bajo las órdenes de un mismo entrenador: Paulo Bento. Con el que fuera futbolista del Real Oviedo a los mandos, el Sporting completó cuatro temporadas como subcampeón, en las que tres estuvo luchando por el título con el Oporto, además de lograr dos Taças de Portugal.
Antes de Paulo Bento, pasaron dos técnicos como el actual seleccionador luso, Fernando Santos, y el que fuera asistente de Carlos Queiroz en el Real Madrid, José Peseiro. con dispar bagaje. Si Santos sólo pudo combatir por la segunda plaza con el Benfica, una pugna que, por cierto, perdió, Peseiro volvió a reeditar la tercera plaza pero en una liga muy competida por los tres históricos, que finalmente se llevó el Benfica de Trapattoni. Además, Peseiro tuvo el mérito jugó en feudo sportinguista.
Tras Paulo Bento, se inició el periodo más convulso de esta crisis que lleva viviendo el Sporting. No en vano, en estos once años, el conjunto leonino ha tenido 19 entrenadores y siempre anda buscando un entrenador que por fin le lleve al ansiado título de liga.
Así, se firmó a Paulo Sergio tras una buena campaña con el Vitória de Guimarães y fue destituido a mitad de temporada. Posteriormente, se fichó a Domingos Paciência después de que llevara al Sporting de Braga a la final de Europa League y a mitad de campaña se le enseñó la puerta de salida por estar a años luz del liderato.
Para el curso siguiente, se confió en un hombre de la casa como Sa Pinto (que tras sustituir a Domingos llevó a los leões a semifinales de la Europa League) y fue un auténtico fracaso dado que esa temporada 2012/13 se puede considerar como la peor campaña de la historia del Sporting con un total de cuatro entrenadores en su banquillo (además de Sa Pinto; Oceano, Franky Vercauteren y Jesualdo Ferreira dirigieron al club lisboeta ese curso) e ‘hitos’ tales como una séptima plaza liguera, caer a las primeras de cambio en la Europa League y ser eliminado en la Taça de Portugal ante el modesto Moreirense.
Tras este fiasco, la directiva del Sporting dimitió en bloque y tras una elecciones, Bruno Carvalho se erigió como nuevo mandamás leonino. Carvalho apostó por Leonardo Jardim, que volvía así a Portugal tras conquistar la liga helena con el Olympiakos, y que reactivó al conjunto blanquiverde con una primera vuelta en la que seguía el pulso de Oporto y Benfica pero que se fue desinflando poco a poco hasta quedar en un meritorio segundo puesto y ver como la liga caía del lado benfiquista.
Luego, la nueva directiva sportinguista optó por Marco Silva que tras ascender al Estoril a la Primeira Liga, lo clasificó en dos ocasiones y de manera consecutiva a la Europa League. Silva, a quien le propiciaron un refuerzo de relumbrón como el de Nani, no supo llevar a la escuadra blanquiverde a luchar por el título de liga si bien pudo ganar la Taça de Portugal.
La apuesta por Jorge Jesus
Entonces desde la directiva leonina se quiso dar un golpe en la mesa y hacer un proyecto ambicioso que, de una vez por todas, ilusionase a la afición y pusiera fin a la sequía liguera. Y esa apuesta era ‘robar’ al Benfica su laureado entrenador: Jorge Jesus. El de Amadora había llevado al Benfica a lograr tres títulos y a disputar dos finales europeas y esperaba llevar esa senda exitosa al José de Alvalade. Para ello, la directiva sportinguista hizo un esfuerzo deportivo reteniendo lo máximo posible figuras como William Carvalho, João Mario o Adrien Silva y firmando a jugadores que marcan la diferencia como Bas Dost o Bryan Ruiz.
Con Jorge Jesus, antiguo futbolista leonino, se logró estabilidad, dado que el técnico completó tres temporadas poniendo fin al carrusel de destituciones de los últimos años, pero no se lograron éxitos deportivos más allá de la conquista de una Taça da Liga. De hecho, salvo la primera temporada, en la que el Sporting pugnó por el título liguero con el Benfica de Rui Vitória, Jorge Jesus no pudo evitar que el club blanquiverde quedase lejos de la lucha por el campeonato de la Primeira Liga.
Tras la marcha del técnico de Amadora, el Sporting ha vuelto a la senda de inestabilidad. La pasada campaña se apostó por la vuelta de Peseiro pero éste dejó el club a los pocos meses por los malos resultados dando el testigo a Tiago Fernandes que actuó de manera interina hasta el fichaje del neerlandés Marcel Keizer. El que fuera entrenador del Ajax no pudo hacer nada en liga salvo lograr la, ya tradicional, tercera plaza pero llevó a los blanquiverdes a lograr tanto la Taça de Portugal como la Taça da Liga.
Estos títulos le dieron la oportunidad a Keizer de continuar esta campaña, pero se volvió a repetir la dinámica: mal comienzo que lo aleja de Oporto y Benfica e inicio del desfile de entrenadores (este curso han sido cuatro, siendo Leonel Pontes, Silas y Rúben Amorim los restantes) que no lograron reconducir la situación y el Sporting acabó en un poco honroso cuarto puesto.
Si bien el entrenador es la cabeza visible y cuenta con un alto grado de responsabilidad de cada proyecto fallido, cabe apuntar que una parte de la culpa de que el Sporting haya entrado en esta crisis recae en la gestión deportiva. Si lo comparamos con el Oporto o el Benfica, sus dos grandes rivales, vemos que el club blanquiverde no tiene la potencia de ‘scouting’ que tienen éstos (en especial al sondear el mercado sudamericano) y además no saca tanto rédito económico a la hora de vender a sus estrellas.
En ese último sentido, según los valores de mercado y precio de venta que ofrecen ciertas webs como Transfermarkt, el Oporto y el Benfica han sacado una mejor tajada a la hora de vender a jugadores como Pepe, Falcao, Danilo, Coentrão, Ramires o David Luiz que el Sporting a la hora de decir adiós a Cristiano Ronaldo, Nani o Miguel Veloso. Todo ello sin mencionar el tiro en el pie que se dio al vender a João Moutinho al Oporto.
Con todo, este Sporting de los últimos 18 años no es el equipo que solía ser antaño. Una idea, la de la crisis del Sporting, que ya señaló el ‘youtuber’ portugués Diogo Sena hace ocho años al parodiar la canción Somebody that used to know de Gotye en este gracioso vídeo:
Fuente: Diogo Sena