Recientemente se ha publicado que el mundial de fútbol femenino que acoge Canadá el próximo año y en el que España será debutante, lo emitirá finalmente la cadena Eurosport tras un acuerdo alcanzado con la FIFA el pasado lunes, en el que el canal del grupo TF1 adquiere un paquete con varios derechos deportivos entre los que se encuentra Canadá 2015 además del Mundial sub-20 de Nueva Zelanda o el Mundial de fútbol playa de Portugal también para el año venidero.
Como ya pasara con el pasado Mundial sub 17 femenino de Costa Rica de la pasada primavera (donde nuestra selección se proclamó subcampeona) la cita canadiense sólo podrá verse por un canal que a nivel nacional sólo emite por una plataforma, Movistar TV (recordemos que en 2012 salía de Ono y en 2013 lo hacía de Canal +) y que pocos bares y demás locales que ofrecen fútbol poseen (pues la mayoría, dispone de Canal + y/o Gol Televisión). Por tanto, los aficionados que queramos ver el estreno de nuestras féminas en un mundial tendremos que ‘hacer encaje de bolillos’ para conseguirlo.
Que Eurosport se haya hecho con los derechos televisivos puede indicar que los grandes operadores de televisión en España hubieran declinado apostar por ellos, incurriendo en la tónica, lamentablemente aún imperante, de dejar al fútbol femenino fuera de los focos. Es muy probable que Mediapro que ha apostado a través de Gol Televisión por el fútbol femenino al emitir la Liga Femenina y los partidos de la selección nacional, haya ofertado por hacerse con sus derechos, pero puede que su oferta haya sido insuficiente para la FIFA o que la modalidad del grupo TF1 de contratar un pack de derechos (práctica que le encanta a las productoras de cine) haya sido vista con mejores ojos por el organismo que rige Blatter.
Por ende el mundial de Canadá 2015 sólo se podrá ver en un canal que se podría considerar como la televisión de los deportes minoritarios (especialmente Eurosport 2 con sus ‘interesantes’ emisiones de snooker y luge) por lo que partiendo de esta idea se etiqueta al fútbol femenino como una modalidad minoritaria y de poco interés negándole de manera contundente toda la relevancia que debería tener (especialmente por el respeto al trabajo de todas las profesionales) y ahondando aún más la brecha de desigualdad entre el fútbol masculino y el fútbol femenino.