No corren buenos tiempos en Mónaco. Dmitry Rybolovlev no está contento con el transcurso de la temporada del club monegasco tras su vastísima inversión millonaria que rondaba los 180 millones de euros para esta temporada 2013/2014. El magnate ruso buscaba hacer frente a su gran opositor en la Ligue 1, el París Saint-Germain, curiosamente un equipo construido con la misma similitud económica que la entidad del principado. No obstante, una temporada llena de altibajos ha llevado al Mónaco a dejar vía libre en la competición doméstica francesa, ya que a falta de varias jornadas el PSG es campeón sin apenas oposición por parte de los ‘rouges et blancs’. Además su discreto papel en la Coupe de la Ligue, siendo eliminados en Dieciseisavos de la misma, así como en la Coupe de France, en la que ha caído en las manos de un recién ascendido a la Ligue 1 en semifinales, ha dejado en entredicho la labor de Claudio Ranieri.
El megalómano proyecto que hizo tras ascender a la máxima categoría del fútbol francés ha caído en saco roto. Son muchos los que piensan, que tras dos años en el exilio de la Ligue 2, por ambición y proyecto, esta temporada se podía desbancar al club parisino. Había motivos para creer y sobre todo una plantilla ilusionante a la que el técnico italiano no ha sabido sacarle el rendimiento esperado. Jugadores de talla mundial como Radamel Falcao, João Moutinho, James Rodríguez, Eric Abidal, Jeremy Toulalan o Ricardo Carvalho aterrizaron en el principado de Mónaco con la intención de acabar con la sequía que prevalece desde 2000 sin ganar la liga francesa. Además de estos, también se unieron jóvenes promesas como Kondogbia, Fabinho o Sergio Romero. Un cóctel exquisito que debía hacerse notar en el continente europeo.
Sin embargo, el comienzo de temporada fue bastante dubitativo. Tras quedar apeado prácticamente a las primeras de cambio en la Copa de la Liga tuvo que readaptarse, costosamente, a la Ligue 1. Durante el primer tercio de temporada, el club monegasco se situó tercero, muy alejado ya del PSG de Laurent BLanc y del Lille. Una de las causas principales fue el bajo rendimiento que ofrecieron los fichajes más sonados por los de Ranieri. Las adaptaciones de Falcao, Moutinho y James Rodríguez no fueron nada fáciles. Además, su juego quedó en entredicho por la prensa que lo tildaba de bastante previsible, sin verticalidad aparente y quizás demasiado resultadista en ocasiones.
Con dos pivotes anclados en el medio como Obbadi y Toulalan, y con dos laterales con vocación ofensiva, pero obligados a defender antes que atacar, Ranieri quería crear un muro de contención para así dar apariencia de equipo rocoso y mejorar la parcela defensiva, algo que consiguió. Es lo que se denomina en economía como el coste de oportunidad, que no es otro que el de obtener un determinado bien en términos de la cantidad de otros bienes a los que se deben renunciar. Ranieri renunció a la vocación ofensiva de sus laterales y profundización de estos, porque ya sabía que tenía suficiente madera arriba como para materializar una buena cantidad de goles. Pero el técnico no supo gestionar los mimbres con los que contaba, y en este caso, llevar a cabo este famoso término muy de moda en la capital española llamado equilibrio.
Tras verse en la cuerda floja, el Mónaco apretó. Consiguió coger un buen colchón de puntos en el ecuador de la Ligue 1, conscientes de que cómo mínimo el segundo puesto era algo indispensable y a lo que estaban obligados a conseguir. En estas trece, el equipo llegó fuerte al partido más importante de la temporada, aunque eso sí algún resbalón se permitió en el camino.
El 9 de Febrero se disputaba el título de Liga en el Stade Louis II de Mónaco. Solo cinco puntos separaban a ambos megalómanos proyectos y el abanderado monegasco, el cafetero Radamel Falcao lesionado semanas atrás. Se perdía lo que restaba de temporada y el club se rehizo fichando al ex del Fulham, Dimitar Berbatov, quien ha tenido un rendimiento impresionante en tierras francesas (ocho goles y cinco asistencias en trece partidos). Lamentablemente para los monegascos, el partido fundamental y última oportunidad para engancharse por la lucha de la Ligue 1 terminó en empate. Conscientes de que el Mónaco iba a sufrir algún que otro resbalón, los parisinos se vieron campeones en ese encuentro. Finalmente así fue y los de Ranieri se tendrían que contentar con ocupar el subcampeonato de la competición doméstica francesa. Acceso directo a Champions que ya está asegurado a falta de tres partidos.
Una temporada difícil debido a la exigencia del presidente ruso. En estos tipos de proyectos se reclama resultados inmediatos y no ha sido así. Una discreta participación en las dos competiciones de Copa y un segundo puesto descafeinado en la Ligue 1 hace que se hable de la más que posible destitución de Claudio Ranieri. Su sustituto parece tener nombre y apellidos, Zinedine Zidane. Parece que la leyenda francesa comenzará su andadura en los banquillos en el club monegasco y con él vendrán numerosos fichajes para crear una plantilla competitiva, capaz de optar a los cuatro títulos que disputará el Mónaco en la próxima campaña. Se pretende dar un aire nuevo y que el club tenga más repercusión por lo futbolístico que por el desembolso económico en materia de fichajes. De momento, parece que Victor Valdés defenderá la portería monegasca y los nombres de diferentes futbolistas de talla mundial aparecen diariamente. Es un club con un enorme potencial económico, y cualquier jugador que despunte estará abocado a relacionarse con el equipo de Dmitry Rybolovlev. De momento, se prevé cambios en la nueva dinámica monegasca, y sobre todo un proyecto más ambicioso con un nuevo entrenador. Casi tanto como el que tiene el presidente ruso…