En el verano de 2016 el Manchester City anunciaba la llegada de Pep Guardiola como nuevo entrenador del club. El fichaje traía de cabeza a la directiva ‘citizien’ desde hacía ya varias temporadas. Construyeron un modelo de cantera similar al del Barcelona para que el técnico catalán optara por Inglaterra al término de su etapa en Ciudad Condal. Sin embargo, Pep se marchó a Múnich, y el City tuvo que aplazar esta deseada llegada. Se produjo tras una temporada en la que Pellegrini había colocado al Manchester City cuarto en la Premier League, semifinalista de Champions League, habiendo caído en octavos de la FA Cup ante el Chelsea y alzándose con la EFL Cup ante el Liverpool. Una temporada que se calificó como decepcionante, y que, sin embargo, el aclamado entrenador español no ha logrado mejorar.
Habiendo quedado tercero en la competición doméstica y caído en semifinales de la FA Cup frente al Arsenal, la eliminación en octavos de la EFL Cup ante el Manchester United (quien posteriormente sería el campeón) y, sobre todo, la caída en octavos de Champions League ante el Mónaco, dan a pensar que el nuevo inquilino del banquillo del Etihad Stadium ha sido una decepción absoluta. O al menos a corto plazo, pues estamos hablando de un año en blanco, sin ningún título. Pese a esto, desde las altas esferas del club saben que un proyecto así necesita paciencia. Guardiola no solo creo al mejor Barcelona de la historia, sino que logró que el Bayern de Múnich practicara un estilo de juego casi exquisito (que sin embargo no le valió para alzar la ‘Orejona’).
Pese a su carácter aparentemente tranquilo, Pep tiene una personalidad fuerte y las ideas muy claras. Sus primeras decisiones polémicas llegaron nada más comenzar la temporada. El técnico condenó a Hart, emblema del club, canterano y portero titular de Inglaterra, quien tuvo que salir rumbo al Torino en favor de un Claudio Bravo que no ha cumplido con las expectativas de su fichaje. 18 millones para que, al término de la temporada, Willy Caballero ocupe el arco como guardameta titular.
El siguiente en caer, aunque con menor estrépito, fue Kompany. El belga, capitán del equipo, ha sido un habitual suplente en los esquemas de Guardiola, quien ha preferido a Otamendi y Stones. Éste último costó nada más y nada menos que algo más de 55 millones. Su rendimiento tampoco ha sido el esperado, pero con 22 añitos a sus espaldas, aún tiene mucho futuro por delante.
Otro enfrentamiento que generó mucho debate y polémica fue el del técnico catalán con Yaya Touré. O mejor dicho, contra el agente de Yaya Touré. Unas fuertes declaraciones suyas hicieron que Pep relegara al que hace apenas unas temporadas fue elegido como uno de los mejores jugadores de la Premier. Tras estar a punto de salir al Inter de Milán, finalmente el costamarfileño ha entrado poco a poco en los planes de un entrenador que sabe que no puede desperdiciar semejante centrocampista.
Por último, nos encontramos a Agüero. El argentino es, sin lugar a dudas, la estrella del equipo, y así ejerció durante el primer tramo de la temporada. Sin embargo, la llegada de Gabriel Jesús en invierno y el espectacular rendimiento del joven brasileño propiciaron una serie de suplencias que llevaron al ‘Kun’ a contemplar la salida del club inglés. No parece, sin embargo, que finalmente sea así.
Guardiola ha tenido otra serie de decisiones tácticas difíciles de comprender para la mayoría. Ha tratado por todos los medios de readaptar a algún jugador como lateral derecho, al no contar ni con Sagna ni con Zabaleta. Lo probó con Fernando y lo está probando con Jesús Navas. En la otra banda, casi tres cuartos de lo mismo. Kolarov, lateral izquierdo titular durante muchas temporadas, ha ocupado puestos de central, favoreciendo la entrada en los onces de Clichy. Mientras que el serbio ha demostrado muchas veces que, con su velocidad y su buen golpeo de balón, es un jugador a tener en cuenta, el francés ha cumplido los compromisos con un aprobado ‘justito’. No es mal jugador, pero cumple sin excesivo brillo. Los laterales serán la primera posición a reforzar de cara al mercado de fichajes.
El habitual 4-3-3 del técnico de Santpedor se ha transformado en un 4-1-4-1 para dar entrada a De Bruyne y Silva en el equipo, dos jugadores fundamentales en el equipo. Con las sucesivas lesiones de Gündogan, Fernandinho se ha asentado como el pivote, pero no es su posición ideal ni mucho menos. Segundo objetivo, un centrocampista defensivo.
Tras un gasto de más de 200 millones de euros en el verano de 2016 (55 por Stones, 50 por un Sané que ha tardado más de la cuenta en entrar en el equipo, 32 por Gabriel Jesús, 27 por Gündogan, 18 por Claudio Bravo, otros 18 por un Nolito que ha perdido mucho protagonismo y sin mencionar a los jugadores cedidos en otros clubes), se espera un nuevo mercado ‘movidito’ en Manchester. Aparte de los ya mencionados laterales y centrocampistas, Pep también quiere un portero, un defensa central y un extremo. De momento se oyen los nombres de Ederson Moraes, Dani Alves, Walker, Bonucci, Lucas Hernández, Mendy, William Carvalho, Wilshere, Coman y Zaha, entre otros. Solo el tiempo dirá si el jeque estará dispuesto a otro gasto millonario para satisfacer las demandas de Guardiola, y si éste logra hacer un gran equipo.