Comienza el año y, con él, un nuevo Betis. O al menos eso dicen desde el propio club, que intenta lavar la desastrosa imagen que está proyectando haciendo cambios visibles pero que no son realmente profundos. Pepe Mel fue el primero en caer, tras un doloroso empate en el último minuto contra el Rayo Vallecano, rival directo en la lucha por la permanencia. Con esta destitución, las altas esferas del Real Betis parece que quisieron pasar por alto todo lo que el técnico había conseguido anteriormente con un club que se encontró en peores condiciones de las que está ahora. Pepe Mel subió al equipo a primera división y en menos de dos años consiguió clasificarlo para jugar en competiciones europeas. Ahora ha sido él el que ha pagado las consecuencias de la elaboración de un mal plantel que se resolvería haciendo un cambio al completo, algo imposible en el fútbol.
El siguiente en abandonar el club verdiblanco, y no precisamente por voluntad propia, ha sido Vlada Stosic. El ya ex director deportivo del Real Betis cayó así tras las duras críticas de la afición hacia su persona, sobre todo tras la decisión de destituir a Pepe Mel. Pero, ¿es suficiente?
El 2014 se presenta en Heliópolis cargado de proyectos de mejora tras los resultados obtenidos, aunque no ha comenzado con buen pie. El primer partido del año se ha saldado con un empate a cero contra un rival también directo, el Valladolid. Una dinámica de derrotas y empates que no parece cambiar, aunque desde el Benito Villamarín haya voces que afirman que llegan aires nuevos. ¿Cómo? Nuevos fichajes, nuevo planteamiento en el campo, una mayor motivación, pero también centrarse en los jugadores que ya están y que en la primera vuelta no han aportado lo esperado. Estas serían las claves del éxito que se persigue, que no es más que permanecer en primera. Tal vez la vuelta al estado de forma idóneo de Rubén Castro, pieza fundamental en el equipo, sea un plus que ayude a reflotar esta nave que se hundió hace unos meses. Verdú es otro de los estandartes del club. Su fichaje se hizo en la dirección que pedía el Betis: sustituir a un Beñat que tan bien había hecho su trabajo. Pero el catalán no parece haberse pulido en las filas verdiblancas, aunque su potencial es indiscutible. Ahora tiene una nueva oportunidad.
Esos aires nuevos, como ya se ha mencionado, vendrían de la mano de caras conocidas, como la de Baptistao. Éste se perfila como futuro jugador del Betis para lo que queda de temporada. Su fichaje, en caso de que se completara, sería de cesión por parte del Atlético de Madrid. El brasileño, que llegó al equipo colchonero tras hacer una excelente temporada en su anterior equipo, el Rayo Vallecano, llegaría al Betis para reforzar la delantera, junto a Jorge Molina y al ya mencionado jugador canario, Rubén Castro. Todavía no es seguro, pero de completarse la operación, el Betis ganaría a mucho más que un jugador: a un líder capaz de llegar a puerta.
El jugador que hasta día de hoy no ha fallado es el número 12: la afición. En varios partidos con resultados muy negativos, como por ejemplo el que se jugó contra el Almería antes de finalizar el año, las gradas del Benito Villamarín resonaron con fuerza animando a sus pupilos. Pitos ha habido (y, previsiblemente, habrá) pero más no se le puede pedir a esta afición que se toma muy a pecho eso de «viva el Betis manque pierda». Esperemos que los Reyes Magos, sobre todo Baltasar, que ha sido encarnado en la cabalgata de Sevilla por Miguel Guillén, presidente del club verdiblanco, hayan depositado una gran cantidad de suerte por la Palmera y se pueda decir por fin eso de «Año nuevo, Betis Nuevo». Porque la afición lo merece.