Decir Sevilla FC en estos años era, irremediablemente, nombrar a Ramón Rodríguez Verdejo, ‘Monchi’, ese hombre que tenía una facilidad asombrosa para convertir en oro todo lo que tocaba. Bajo su dirección deportiva, el club nervionense ha tenido entre sus filas a jugadores conocidos en algunos casos, menos en otros, pero que a la postre se han visto revalorizados; además de ver las vitrinas del Sánchez Pizjuán con algunos trofeos más.
Sin embargo, no todo en un equipo puede pasar por un solo hombre. Necesariamente, la estructura del fútbol debe empezar en una buena planificación deportiva. Si se falla en eso, los errores se irán encadenando y al final… ¡zas!, batacazo. Es por ello que la marcha de Monchi es un hándicap a superar para este Sevilla, pero, sin querer menospreciar su gran labor, nadie es imprescindible.
Pues bien, tras la marcha del de San Fernando a la Roma (suerte para él allí, por cierto), la directiva del club se puso manos a la obra para designar a un ‘sucesor’ lo más pronto posible. Y, aunque salieron otros nombres a la luz, se optó por la opción más lógica, la continuista, es decir, la de Óscar Arias.
El exjugador del Recreativo tiene sobrada experiencia como director deportivo en este club, que, durante sus años en el cargo, encadenó tres temporadas consecutivas en Primera (2006-2009; primera vez en su historia). Luego, pasó por la UD Las Palmas y finalmente llegó al Sevilla en 2013, donde se convirtió en la mano derecha de Monchi.
Esto le ha hecho conocer el más mínimo detalle del club e impregnarse de los valores, la filosofía y la forma de negociar que han hecho del de San Fernando el mejor en su ámbito. De hecho, cuenta con el beneplácito de los jugadores y del propio exdirector deportivo, así que eso ya es una primera victoria.
Es obvio que el trabajo que le queda a Arias por delante no es nada sencillo. Él mismo lo reconocía en su presentación oficial (realizada el pasado día 25). “Uno siente la responsabilidad no por sustituir a Monchi, sino por ser director deportivo del Sevilla”. Y no le falta razón. El club nervionense está viviendo una época dorada en cuanto a resultados se refiere y ya no sólo se conforma con competir en Europa League (donde hasta sus rivales han respirado tranquilos este año por no encontrarle), sino que apuesta fuertemente por ser un aspirante Champions y también un candidato en Liga.
Esas eran las aspiraciones de esta temporada y por una u otra razón no se van a conseguir, aunque lo de volver a estar en la máxima competición europea sigue dependiendo del propio equipo, con un porcentaje de consecución bastante elevado. Otras notas negativas han sido la eliminación en octavos de Champions (otra vez) y de Copa del Rey en cuartos (ante el Real Madrid). Aún así, y aunque algunos ya tachen de ‘fiasco’ esta temporada, el de Nervión es un equipo que sabe rehacerse y, de esta transición, puede volver a renacer ese Sevilla grande que tanto enamora a su afición y asusta a sus rivales.
Por eso, y volviendo al punto anterior, la primera tarea de Arias pasará por decidir qué tipo de equipo se quiere confeccionar para el año que viene. Le tocará lidiar con las idas y venidas del tema Sampaoli y con las futuras ‘novias’ que les salgan a algunos de los mejores hombres sevillistas: N’Zonzi o Vitolo están muy cotizados; con aquellos que este año no han dado el rendimiento esperado: Montoya o Ganso; o con los que ya suenan para estar en la plantilla y son viejos conocidos: Navas o Luna.
Así las cosas, y recuperando lo expuesto al principio, pase lo que pase la temporada 2017/18, para bien o para mal, no podrá ser solo obra del nuevo director deportivo. Él tenderá su mano, ofrecerá sus conocimientos y confeccionará una idea. Que ésta funcione o no dependerá de más factores que solo victorias o derrotas, y de un solo hombre. Y es que cuando un equipo pierde o gana reiteradamente no siempre es culpa del entrenador o gracias al que marca los goles. Detrás hay siempre una estructura. Un motivo que hace que el técnico tome unas decisiones según lo que ve en sus jugadores, o alguien (varios) que hilvana una jugada o da un pase de gol al delantero estrella. Pero desde luego, Óscar Arias está ante una gran oportunidad para demostrar que el Sevilla puede seguir siendo candidato a todo bajo su mano. Ha dejado de estar en la retaguardia para pasar a la primera plana. ‘Alea iacta est’.