Corría el verano de 2013 y Zakaria Bakkali apuntaba a figura mundial. Tras deslumbrar en categorías inferiores de la selección belga, su nombre estaba marcado en rojo en todos los apuntes de los ojeadores de los grandes equipos del fútbol europeo. Con diecisiete años asciende a la primera plantilla del PSV Eindhoven, club al que llegó con doce años desde su Lieja natal. Debuta en julio de 2013 en la penúltima ronda previa de la Champions League ante el Zulte-Waregem y en el partido de vuelta anota su primer gol. Días después consigue su primer ‘hat-trick’ ante el NEC Nimega en su segundo partido en la Eredevisie. Mostraba descaro, una capacidad técnica fuera de lo normal, era explosivo, vertical, desequilibrante, asistía, goleaba… En definitiva, un torbellino que partía desde la banda derecha, con salida hacia los dos lados, que eclipsaba al mismísimo Memphis Depay.
Esa irrupción le valió para debutar con la selección absoluta de Bélgica, quien se aseguraba así que el jugador jamás sería seleccionable para Marruecos, el país de sus padres. Eran días de vino y rosas para el joven Zakaria, pero de repente, todo se truncó. Bakkali se lesionó y su baja fue determinante para que su equipo cayera en la última ronda previa de Champions ante el Milan. Mientras se recuperaba, su puesto fue ocupado por un veterano ídolo local como Park Ji-Sung y Bakkali perdió su sitio en el once, quedando relegado a ser un revulsivo en el banquillo. Éste hecho no gustó al jugador, que perdió chispa y sobre todo actitud. Desde el parón invernal de 2013 hasta el final de temporada Bakkali sólo disputó una treintena de minutos repartidos en cuatro partidos escasos.
El principio del fin del jugador en la entidad de la Philips se produjo precisamente en el partido homenaje a Park, donde Bakkali fue sustituido por su técnico a los dieciséis minutos de juego acusándole de indolencia y falta de compromiso. Todo ello mezclado con unas negociaciones para renovar el contrato del jugador que no fructificaban. El PSV dijo basta y lo puso en el mercado, señalando al entorno del jugador. «He hecho todo lo posible. He comido junto a él comida marroquí, aunque no me guste mucho. Le hicimos una fantástica oferta. El problema es que él está influenciado por todos a su alrededor. Es una pena que un jugador joven con talento no elija el camino correcto.” declaró Marcel Brands, director deportivo del club en septiembre de 2014. Para entonces, Bakkali ya había bajado al filial donde inició la temporada 13/14, pero cuando se confirmó que no renovaría y abandonaría el club en junio de 2015, dejó de jugar. Su último partido se remonta al 29 de agosto de 2014, esto es, hace casi un año.
Ahora llega al Valencia con la necesidad de demostrar que su explosión no fue flor de un día y que su cabeza ya está un poco mejor amueblada. Centrado, el Valencia ha realizado un fichaje de lujo, adquiriendo a coste cero a un chaval de diecinueve años que hasta hace no mucho estaba llamado a marcar una época. En la capital del Turia tendrá las oportunidad que se le negaron en Eindhoven, ahora está en sus manos aprovecharlas.