El término “canterano” es uno de los vocablos que más quebraderos de cabeza ha producido en el mundo del fútbol, tanto entre el propio club, como en la prensa o en los aficionados. Incluso la UEFA y la FIFA lo definen de manera diferente. Para el primero se considera canterano a un jugador que haya estado en el club al menos tres años entre los 15 y los 21 años, el segundo no establece un periodo mínimo y sitúa el margen de formación desde los 12 y 23 años. Una definición tan dispar provoca muchos enfrentamientos en los que al final todos y ninguno tienen razón. Para otros muchos medios, un canterano es aquel que juega en las categorías inferiores sin importar tiempo, edad o procedencia.
Al margen de esa polémica, en los últimos años se está produciendo un gran fenómeno que podríamos considerar la cantera de ‘cartera’. Los grandes clubes europeos han fallado en su deporte base y compran jugadores de otros equipos a precios bastante elevados para jugar en sus filiales o dejarlos cedidos en otros clubes. En España quizá los casos más representativos sean los de Ødegaard, Halilovic, Denis Suárez, Asensio o Vallejo y en el caso de exportación el más llamativo fue el fichaje de Mikel Merino por cinco millones al Borussia Dortmund. Las cifras son muy diferentes pero en el fondo lo que demuestra es el gran problema de base de los grandes equipos.
En el caso del Barcelona, la sanción FIFA ha supuesto un antes y un después en sus categorías inferiores y se han deshecho de una gran cantidad de chicos que han terminado en otras ligas o en divisiones inferiores españolas. Tanto el Barcelona como el Real Madrid se han visto en la necesidad de invertir en productos de otras canteras para sacar a su filial de Segunda B. Fuera de España quizá los jugadores jóvenes con mayor número de seguidores sean Tielemans, Bentancur, Ousmane Dembélé o Renato Sanches, jugadores por los que están dispuestos a pagar muchos millones.
Canteranos de ‘cartera’ en España
Denis Suárez: el centrocampista que juega actualmente en el Villarreal es uno de los casos más representativos, de hecho a sus 22 años hasta tres equipos han pagado por hacerse por él y ya ha movido la friolera de 7’5 millones. Primero fue el Manchester City el que se lo llevó de las categorías inferiores del Celta por tres millones, luego el Barcelona pagó 1’5 millones para reforzar su filial y después lo mandó cedido a Sevilla dentro de la “operación Rakitic”. Este verano el Villarreal pagó tres millones para quedarse con el internacional sub-21 y si el Barcelona lo quiere repescar tendrá que abonar una cifra entre tres y seis millones.
Mikel Merino: El centrocampista que aún milita en Osasuna fue fichado tras el mercado de fichajes de invierno por el Borussia Dortmund por la increíble cantidad de cinco millones. Tiene todavía diecinueve años, de hecho fue uno de los integrantes de la selección sub-19 que ganó en verano el europeo. En verano el Athletic ofreció dos millones y varios cedidos por él pero al final han sido los alemanes los que han puesto el dinero necesario.
Jesús Vallejo: El central del Zaragoza tiene diecinueve años también y se ha convertido en una de las apuestas de futuro del Real Madrid. El club blanco desembolsó 4’5 millones por el que consideran el heredero de Sergio Ramos. Es toda una referencia en su club donde incluso es el capitán, y con el que actúa cedido esta temporada. .
Alen Halilovic: El croata es otra de las promesas del futuro y el Barcelona pagó por él 2’2 millones para que jugase en su filial. El sueño de jugar en el primer equipo de la disciplina blaugrana se le resiste y este año está siendo una de las revelaciones del Sporting de Gijón, aunque ha perdido bastante peso en esta segunda vuelta. Media liga se pelea por ser su próximo destino.
Martin Ødegaard: sin duda es otro de los jugadores más prometedores del panorama europeo y de hecho se paseó por muchas de las instalaciones de los grandes clubes hasta llegar al Real Madrid a cambio de 2’3 millones. No ha conseguido destacar todo lo esperado en el Castilla pero espera rendir en la gran oportunidad que le ofrezca alguno de los equipos de Primera División.
Marco Asensio: Este centrocampista de 20 años también es otra de las esperanzas del Real Madrid, de hecho se habla de un posible regreso la próxima temporada si termina saliendo Isco. Marco llegó por 3’9 millones desde el Mallorca y está realizando una buena temporada en el Espanyol. No le faltarán ofertas si quiere continuar en otro equipo de Primera.
Diogo Jota: Real Madrid y Barcelona no son los únicos que se han dejado un buen puñado de billetes por las nuevas revelaciones. El Atlético pagó siete millones por esta perla de diecinueve años procedente del Paços Ferreira, ese precio tan alto se explica si tenemos en cuenta quién representa a Diogo, un tal Jorge Mendes.
Santi Mina: El de Santi Mina fue uno de los ‘bombazos’ del mercado pasado ya que el Valencia pagó diez millones de euros por el delantero del Celta de Vigo. Llegó con diecinueve años tras anotar siete goles la temporada anterior y es uno de los niños prodigios del panorama español. Este año ya ha marcado ocho goles y ha dado seis asistencias en total.
Samu Castillejo: En el fútbol español hay muy pocos jugadores como Samu y muchos menos a su edad. El Villarreal, un equipo con muy buen ojo en fichajes, abonó una cantidad cercana a los siete millones para sacarlo de La Rosaleda. De momento los números no son muy llamativos pero es uno de esos futbolistas que marcan la diferencia.
El problema de este tipo de estrategias es que se termina cerrando el paso a jugadores que ha formado el propio club y que tienen que buscarse su futuro en otros equipos. Además hay otros muchos casos en los que los jóvenes se terminan marchando con promesas muy atractivas sin dejar casi nada al club que lo ha formado. Este tipo de prácticas echa por tierra el trabajo para fomentar el deporte base a través de torneos en los que se enfrentan niños de todas las edades y equipos. Cada vez es más complicado encontrar jugadores que lleven toda la vida en el mismo club y que hayan entrado desde muy pequeños a formar parte de sus categorías inferiores y, además, desde el punto de vista económico es un contrasentido total ya que se invierte en jugadores que no triunfarán y encima se paga por traer a otros. La auténtica cantera tiene que estar formada por jugadores que sepan lo que significa ese equipo y eso solo se consigue cuidando y conservando tus propios talentos.