Cuando la directiva de un equipo opta por cesar o no renovar el contrato de un entrenador, o cuando es el técnico el que decide irse y se le busca un sustituto, siempre se dice eso de: “a entrenador nuevo, victoria asegurada”. Esta máxima no escrita del balompié no siempre se cumple, pero al parecer, en el caso del Celta este año está yendo por muy buen camino.
Después de que el año pasado Luis Enrique se estrenara como técnico en la Liga BBVA y dejara al conjunto gallego en la zona media de la tabla (una posición nada penosa teniendo en cuenta que la temporada anterior, la de 2012/2013, se salvó in extremis de volver a Segunda), el asturiano decidió desvincularse del club para recalar en el Barcelona, equipo al que precisamente el Celta acaba de ganar, para sorpresa de muchos, esta última jornada.
Así las cosas, los de Balaídos decidieron contar para la dirección de la plantilla con el argentino Eduardo Berizzo. A pesar de que para él también está siendo el primer año como entrenador en Liga BBVA, Berizzo conoce bien las filas gallegas, pues despuntó en ellas como jugador desde 2001 a 2005.
No son pocos los clubes que muchas veces apuestan por antiguos jugadores para sus banquillos. Opción que en el caso del Celta está teniendo buenos resultados. Después de diez jornadas, los azulinos se encuentran en puestos europeos (sextos en la clasificación) y han logrado cinco victorias entre las que destacan la ya mencionada al Barcelona. Además, también le hizo frente a otro grande como el Atlético de Madrid en la cuarta jornada, de la cual consiguió un empate (2-2).
Como todo buen entrenador, Berizzo, desde que llegara al Celta, ha intentado imponer su estilo de juego. Unas pautas que descansan sobre todo en intentar crear un juego colectivo, donde todos los jugadores se sientan importantes. Sin querer menospreciar a nadie, se podría decir que dentro de las filas celtiñas hay un par de nombres para destacar. Me refiero a hombres como Lavirrey o Nolito, ambos delanteros, que con sus goles e implicación han ayudado a que el equipo esté en la zona alta de la tabla.
El Celta había iniciado la temporada con el objetivo de lograr la salvación. Aunque aún queda mucha competición por delante, parece que las nuevas tácticas impuestas por Berizzo están calando en los jugadores y ahora el premio de jugar en Europa el próximo año no se ve tan lejano. No sabemos si el contar con entrenador nuevo habrá ayudado para que el conjunto gallego esté realizando un buen juego, lo que sí parece claro es que, una vez más, el contar con una cara nueva y con renovadas ideas ha hecho que la afición se vuelva a ilusionar.