23 de abril de 1982, exactamente 33 años que el Oporto vive bajo el mando del hombre que más ha engrandecido su historia. Después del llamado «Verano Caliente» portista y de dos años turbulentos, Jorge Nuno Pinto da Costa fue elegido presidente del FC Porto.
Desde niño, Pinto da Costa profesaba un amor hacia el Oporto, gracias a su tío, que era quien le llevaba de vez en cuando a los partidos del conjunto blanquiazul. Ya a los 16 años, en diciembre de 1953, el joven Jorge Nuno se convierte en socio del club portista.
De ahí a tener una relación más directa con el club sólo fue cuestión de pocos años. Comenzó como vocal en la sección de hockey patines con 20 años, y dos años más tarde pasó a jefe de sección, cargo que compaginaría con el de jefe da sección de hockey hierba. En 1967, con tan sólo 25 años, llega a ser también jefe de la sección de boxeo.
Al comienzo de la temporada 75/76, Pinto da Costa decidió aceptar la invitación del presidente portista Américo Sá para integrarse en la directiva del Oporto como director de fútbol a partir de la próxima campaña. Su primera misión en su nuevo cargo fue la de convencer a José María Pedroto, entrenador que había sido ‘baneado’ por el conjunto portista (en 1969 una moción de unos socios fue aprobada para que dejara el cargo de entrenador y se le prohibiera volver al club) y que, tras perdonarlo formalmente, quería que volviera a tomar las riendas de los ‘dragones’.
Primera misión cumplida. El acuerdo se realizó en enero, en la casa del propio Pinto da Costa, pero el secreto tenía que ser mantenido hasta el verano ya que el técnico tenía contrato aún con el Boavista. De esta manera el 13 de mayo de 1976, Pinto da Costa tomó posesión como director del departamento de fútbol y el 23 de junio, José Maria Pedroto firmó contrato con el Oporto y volvió a convertirse en entrenador de los blanquiazules.
Pedroto regresó así al Oporto en la temporada 76/77, logrando la Copa de Portugal ese mismo curso. Y en la temporada siguiente consigue terminar con una sequía de 19 años. Los ‘dragões’, no levantaban el titulo liguero desde el curso 58/59, cuando Pedroto era jugador del club, y en 1978 se consigue alzar por fin la liga, algo que se hará también, de manera consecutiva, la campaña posterior.
El Verano Caliente
Pero 1980 trajo malas noticias para el cuadro portista. Tras una dupla liguera el título de campeón luso huyó a las vitrina del Sporting lisboeta y comenzó un cisma en la directiva blanquiazul que sería conocido como el «Verano Caliente».
En junio de ese año, salta la noticia de que Américo de Sá excluiría a Pinto da Costa de la lista electoral para renovar su mandato como director de fútbol, una sorpresa que revolucionó a mucha gente en Das Antas. Sobre todo al constatarse que la decisión de dejar fuera a Pinto da Costa era política. Tras la reinstauración democrática de Portugal, el presidente portista Américo de Sá se afilió al CDS (Centro Democrático Social, hoy el PP portugués) y era candidato para un escaño de diputado por Lisboa. Sabiendo que Pinto da Costa era una figura de discurso inflamable e incómodo en Lisboa, Sá decidió prescindir de él para que no manchara su carrera política.
El equipo técnico José María Pedroto se rebeló contra esa decisión y dimitieron de inmediato, catorce jugadores del primer plantel, que en aquel momento constituían la columna vertebral del Oporto, iniciaron también una rebelión y abandonaron el club.
Jugadores como António Oliveira (que luego jugaría en el Betis), Tibi, Octavio Machado, Simões, José Alberto Costa, Sousa, Frasco, Fernando Gomes, entre otros, todos ello contratados por Pinto da Costa (que por su cargo tenía carta blanca en los fichajes), se solidarizaron con el dirigente y con la filosofia que él defendía en el seno del club.
Tras este conato de conflicto, la normalidad regresó un mes después, aunque los dos años siguiente fueron los más tensos de la historia del club. La posición de Américo de Sá quedó bastante dañada, tanto que, tras esos dos años, declinó presentarse como candidato a las elecciones presidenciales del club portista. Es en ese momento cuando Pinto da Costa, apoyado por la mayor rebelión en la historia del fútbol luso, ganó con abrumadora mayoría las elecciones presidenciales del 17 de abril de 1982.
33 años después, Pinto da Costa es el presidente con más títulos conquistados del fútbol mundial (58) y ha llevado al Oporto a una bonanza económica gracias a producir talentos y venderlos a precios desorbitados: algo que pueden dar fe desde Futre hasta James Rodríguez pasando por Deco.