El 16 de julio de 2014 llegaba Luis Enrique a la sala de prensa de Sant Joan Despí para interpretar su primer papel como nuevo entrenador del Barcelona. Y no iba a ser un escenario cualquiera ante la prensa porque la sombra de Pep es alargada, y su estilo, del legado que dejó, es el mismo por el que ha apostado Luis Enrique. Minutos antes, el asturiano había tenido su primer encuentro con algunos de sus nuevos jugadores ya incorporados a la pretemporada, y se produjo un efecto de flashback seis años atrás.
Era el verano de 2008 y tras un momento de crisis institucional en la que el presidente Joan Laporta centraba las polémicas que giraban en torno al club, la junta directiva apostó por alguien de la casa para comandar un nuevo proyecto deportivo sobre unos valores asociados al ‘seny’ culé. Querían un Barça dirigido por gente de la casa en la que el entrenador fuese la máxima autoridad, que tuviera un pasado en el club y que la cantera tuviera un claro protagonismo en el equipo. Así se fundó la marca Guardiola: el primer día de entrenamiento en Saint Andrews, Escocia, donde el Barcelona hacía su pretemporada, Guardiola sentó a su plantilla y les dio una charla que cambiaría la historia del club. Les hizo saber quién mandaba, qué no iba a permitir que ocurriera, y qué quería de ellos. Les convenció de que era un líder, que sabía cómo hacer a cada uno mejor bajo un juego posicional y colectivo, y que estaba completamente convencido de que iban a ser campeones. Así empezó la Era Guardiola, ganándose al vestuario y recuperando un ADN que tocó el cielo con la perfección de un estilo implantado por su mentor Johan Cruyff, y que una vez quemado el ciclo de futbolistas que lo encumbró, toca renovarlo casi desde cero.
‘El Lucho’ ha llegado repitiendo muchas cosas que reflejan un paralelismo con Guardiola evidente e ilusionante para muchos barcelonistas. Lo primero que ha hecho es tomar decisiones contrarias a las tomadas por el club antes de su llegada, como la de la portería. El club fichó a Ter Stegen y Luis Enrique dijo que su portero era Claudio Bravo. Esto recordó a cuando Pep se plantó el primer día y dijo que no contaba con Deco, Eto’o ni Ronaldinho. El siguiente paso de Luis Enrique ha sido el de rodearse de gente de la casa, de llevar su propio equipo técnico y apostar por la cantera. Pep dio el mando del vestuario a Puyol y Xavi, subió a Busquets y Pedro del Barça B, y contó con Tito Vilanova que además de ser posteriormente su sucesor, sería su estratega en la sombra. Luis Enrique tiene en el club ahora de enlace al propio Puyol, de segundo entrenador ha rescatado a Unzué que también es de la casa y estuvo en la Era Pep en el staff técnico, se ha llevado también a dos técnicos indispensables para él como Robert Moreno y Rafel Pol que le han acompañado por el Barça B, la Roma y el Celta, y a falta de cerrar la posible salida de Xavi, parece ser que las llaves del vestuario van a ser para Iniesta, Piqué y Messi, además de contar con la cantera al repescar a Rafinha y Deulofeu de sus respectivas cesiones.
El ciclo se repite y Luis Enrique habla de fundamentos en su nuevo reto que casi calcan los de Guardiola. Al igual que el de Santpedor, el gijonés ha citado conceptos que hicieron al Pep Team el mejor Barça de la historia. Habla de disciplina, compromiso, estar a la altura del club que representan los jugadores y su responsabilidad. No se deja fuera del discurso la fidelidad a la filosofía de fútbol que tiene el Barcelona cuando dice que su equipo jugará al ataque, y de valores importantes como la relevancia del protagonismo de la cantera. También como Pep, habla de que él se siente preparado y un líder, y que ahora son los jugadores los que tienen que responderle. Guardiola se marchó porque según él mismo decía, notaba que sus jugadores ya no tenían el hambre necesaria para ganar y que se le hacía muy difícil convencerles de que no basta con ganar hoy, sino que hay que seguir ganando porque el fútbol no tiene memoria. Precisamente en eso ha hecho hincapié Luis Enrique cuando ha comentado que quiere que los jugadores le demuestren que tienen hambre.
El Barça ha vivido estos últimos años de los resquicios del gran Barça de Guardiola, que será un equipo único e irrepetible, y el reto que tiene por delante Luis Enrique es harto complicado. Sobre todo en un aspecto que escama al culé y empieza a preocupar a muchos españoles, y es que algunos apuntan que puede que el modelo haya durado lo que ha durado Xavi Hernández. Su eterno complemento, Andrés Iniesta (fundadores del ‘tiki-taka’), es el que ahora recibe el peso que en su día heredó Xavi por relevo generacional de Guardiola. El propio Xavi comenta a veces una anécdota, de cuando Guardiola estaba en activo y guiaba a Xavi, y se fueron un día a ver un partido del filial. En aquel partido había un chico que sobresalía sobre los demás, y Pep le dijo a Xavi: “¿Ves aquel chico de allí? Ese nos retirará a ti y a mí”. Aquel chico era Andrés Iniesta, el mismo que ahora necesita Luis Enrique para que la sombra de Guardiola no se prolongue y provoque el mismo vacío que se produjo tras la Era Cruyff.
1 Comment
Realmente aquel famoso comentario de Guardiola a Xavi sobre que Iniesta los retiraría a ambos no fue viendo un partido del filial sino en el primer entrenamiento del manchego con el primer equipo, creo que todavía con 16 años. Hace poco lo leí en una noticia de la hemeroteca de Mundo Deportivo en aquellas fechas.