El comienzo de esta nueva temporada de nuestra Liga BBVA ha traído un protagonista inédito a las portadas de los principales diarios deportivos, y no estamos hablando del Eibar, que ha tenido un meritorio estreno en la máxima categoría española, sino que nos referimos a la nueva perla del Barcelona, Munir El Haddadi.
Su debut el otro día en el Camp Nou con gol incluido ha supuesto que todas las principales cabeceras deportivas del país, sin excepción, se hayan volcado en demasía en el hasta ahora desconocido Munir. Está bien que un jugador joven con proyección se le dé su momento de gloria en los medios de comunicación, pero en una justa medida.
Del sábado al martes se han sucedido informaciones de la más diversas (algunas de ellas irrelevantes): que si fue desechado por Real Madrid y Atlético, que si empezó jugando en campos de albero como muestra de la humildad de su familia, que si su clausula es de sólo 12 millones de euros, que si cuando esté disponible Luis Suárez se verá relegado al filial y un largo etcétera.
Estas publicaciones suponen el aumento de la presión al futbolista y a su propio entorno, algo que puede ser extremadamente nocivo en su desarrollo como deportista profesional. Un ejemplo de ello es el de su ‘nacionalidad futbolística’, pues pese a ser internacional sub 19 por el país que le vio nacer España, el país de donde son sus padres, Marruecos ya ha movido ficha para que lo represente, según ha declarado el Ministro de Deportes marroquí lo que ha conducido al propio Munir a que se pronuncie (en una entrevista a Al Jazeera ha reconocido que no descartaría defender a la selección norteafricana), o sea, aún no ha roto el molde y ya se le incita a pensar a que selección defenderá durante su carrera futbolística.
Recuerdo que otros canteranos de los dos grandes de nuestro fútbol (véase Barça y Madrid) debutaron y cuajaron un excelente partido con gol incluido y no se desplegó tanta atención mediático que le hubiera causado una presión añadida, como son los casos de Alberto Rivera, Antonio Núñez, Javier Portillo, Jofre Mateu o Cristian Tello. Por tanto apelo a los medios que no se le dé la cobertura más allá que la necesaria para así no condicionar a las nuevas promesas que una presión añadida pueden abocarlas al fracaso deportivo.