La madrugada del sábado se inauguraba el mundial femenino de Canadá con el partido que enfrentaba a las anfitrionas con el combinado de China. Ese partido estaba programado en la parrilla de Teledeporte, por lo que parecía que RTVE daba un paso al frente en defensa del fútbol femenino algo que entra dentro de sus obligaciones al ser un servicio público pagado por todos los contribuyentes.
Horas antes era la finalísima de la Champions League entre el Barcelona y la Juventus, y se podía leer en redes sociales que dependiendo del resultado de ésta se emitirá o no el partido inaugural de Canadá 2015. Es decir si la Juventus vencía se emitiría el encuentro mundialista por contra si el Barcelona alzaba la Copa de Europa al cielo de Berlín, adiós al fútbol femenino. Y así fue, el conjunto azulgrana se coronó pentacampeón europeo y se canceló la emisión anunciada.
Lo que supone un ninguneo y un desprecio claro al fútbol femenino en su totalidad, al priorizar celebraciones en Canaletas, comentarios vanos y múltiples obviedades de ‘supuestos’ periodistas (Roberto Gómez y compañía), cuando esas cosas, cuya importancia es prácticamente nula, bien se podría seguir dando en TVE en vez de la película de Jet Li El beso del Dragón emitida hasta la saciedad en la televisión o bien usar el canal Clan (cuyo público objetivo se fue hace horas a dormir) que ‘cuatripitían’ el capítulo de Cuéntame de turno.
Uno de los grandes problemas de por qué el fútbol femenino en España está a tanta diferencia del fútbol femenino de otros países y de por qué avanza tan lento en nuestro país, es porque no es tomado en serio. Lamentablemente para mucha gente el esfuerzo de las chicas que realizan o persiguen su sueño de ser futbolistas es desapercibido, por tanto que un servicio público como RTVE ayude a fomentar este estigma, merece la máxima repulsa.