Cuando se habla de él, como toda estrella deportiva, se lo suele asociar a buenas cantidades de dinero. Es el resultado de sus enormes quilates como jugador. Así es como Ángel Fabián Di María Hernández, o simplemente Ángel Di María, se ha revelado al mundo del fútbol europeo e internacional con, en pocos años de carrera, logros de trascendencia por sí mismos y por los lugares que ha pisado con su habilidad y su claridad de juego.
“Fideo”, como lo apodan popularmente, nació en Rosario, ese nido de grandes como Messi, Bielsa o Martino, el 14 de febrero de 1988 y se crió humildemente, ya que al mismo tiempo que empezaba a jugar al fútbol ayudaba en una carbonería a su padre Miguel, un exfutbolista que estuvo a punto de formar parte de River Plate pero no pudo por una lesión. Ángel repartía carbón por el barrio La Cerámica, al norte de Rosario, donde a los cuatro años y por recomendación médica ya jugaba en el club El Torito, en el que a los seis y tras lograr nada menos que 64 goles en un año fue descubierto por el gran Ángel Tulio Zof, jugador, entrenador y gloria de Rosario Central, en un partido contra el “canalla” donde el pequeño marcó los dos goles de la victoria y conquistó el título de la liga local. Con su buen ojo para el fútbol, don Ángel lo convenció para ir con uno de los dos grandes de la ciudad. Allí empezó a mostrarse en el fútbol infantil junto a otros conocidos canteranos como Nahuel Valentini, Milton Caraglio o Emiliano Vecchio, más tarde compañeros suyos. En 2002 comenzó todo el proceso de divisiones formativas en Rosario Central desde la novena división, pero por su constitución física lo hizo en la octava y la séptima, principalmente en la Liga rosarina, hasta que en 2005 ya compitió a nivel nacional en la sexta división con dieciséis años. Pero no terminó ese 2005 sin que justamente Zof lo hiciera debutar en el primer equipo, en diciembre en el 2-2 ante Independiente en la última jornada del Torneo Apertura, cuando ingresó a los 72 minutos por Vecchio. En febrero de 2006 jugó por primera vez como titular en la Liga ante Lanús, y aunque al principio fue suplente, su talento fue imponiéndose para exhibirse en el ámbito local y sudamericano, ya que muy joven también disputó algunos encuentros de la Copa Libertadores. Y sería en noviembre cuando llegó su primer gol en la victoria por cuatro a dos sobre Quilmes.
Su nivel iba subiendo al punto que fue convocado por Hugo Tocalli para la selección sub 20 que jugó el Campeonato Sudamericano de Chile, y rápidamente se convirtió con su tarea y sus goles en un referente de ella, lo que ratificó grandemente en el Mundial de Canadá junto a sus luego compañeros de la absoluta Romero, Banega y Sergio Agüero para llevarse brillantemente el título, último eslabón de la dorada generación juvenil argentina hasta hoy. Al mismo tiempo, sus actuaciones le valieron una prueba en el Rubin Kazán de Rusia, que rechazó, y la pretensión de Boca Juniors, quien había ofrecido seis millones de dólares por su pase. Pero tras un gran inicio de 2007 afirmado definitivamente en Primera y goleador del Central, fue el Benfica quien se lo llevó junto a su compañero de mediocampo, el hábil y ya retirado Andrés Díaz, por algo más de seis millones de euros, con lo que arrancaría su brillante historia en el balompié europeo, no sin antes despedirse de su público en junio marcándole a Colón de Santa Fe en la derrota por 1-3.
Tuvo un buen recibimiento en Portugal, ya que el presidente Luis Filipe Vieira lo presentó como “el reemplazante perfecto” del capitán y delantero Simão Sabrosa, que había dejado el club. Al principio no fue muy considerado en el equipo, pero con sus actuaciones fue ganando espacio y nombre en el once encarnado y conquistó sus primeros campeonatos: la Copa de la Liga en 2009 y 2010 y la Liga portuguesa en 2010, cuando también marcó un ‘hat-trick’ ante el Leixões.
Evidentemente, en 2008 fue llamado por Sergio Batista para la selección sub 23 que, gracias a su trabajo en la sub 20 el año anterior, se había clasificado para los Juegos Olímpicos de Pekín. Y en la cita olímpica volvió a ser decisivo que marcó el tanto del dos a uno ante Holanda en el alargue para pasar a semifinales además del golazo, tocando por arriba del guardameta nigeriano Vanzekin, que le daría a Argentina su segunda medalla de oro consecutiva. De la sub 20 y la olímpica pasó como si fuera un fichaje a la absoluta de Alfio Basile, para la que debutó en septiembre de 2008 ante Paraguay en las clasifiicatorias para el mundial de Sudáfrica. En éstas, en abril de 2009 y ya bajo la direccón de Diego Maradona, fue expulsado por agresión en el histórico 6-1 ante Bolivia en La Paz y suspendido por cuatro partidos, volviendo para los compromisos finales contra Perú y Uruguay que llevaron al conjunto de «el Pelusa» a Sudáfrica.
En pleno auge con el Benfica, Di María jugó su primera Copa del Mundo, que no fue buena por la eliminación de Argentina ante Alemania por goleada en cuartos de final y porque, aunque titular, no estuvo según él en la posición más cómoda y por eso su rendimiento fue objeto de críticas. Por suerte terminó muy bien ese 2010 con los títulos en Portugal, su fichaje al Real Madrid a mitad de año tasado en 36 millones de euros (mejor incorporación según los lectores del diario Marca) y un gol para vencer a Irlanda 1-0 en agosto, en la apertura del ciclo de Batista en la absoluta, de la que ya empezaba a ser un destacado. Como también comenzaba a serlo en el equipo merengue, con el que ganó su primer campeonato en abril de 2011, la Copa del Rey, nada menos que a Barcelona con un gol de Cristiano Ronaldo tras un centro suyo. Esos días sufrió un nuevo fracaso con Argentina, esta vez en la Copa América en su país, donde marcó un gol pero su equipo fue eliminado por penaltis ante Uruguay en cuartos de final. Sin embargo tuvo rápida revancha en la inauguración de la era de Alejandro Sabella con un gol ante Nigeria en Bangladesh. Mientras seguía consolidándose en el Real Madrid para ser tercer mejor asistente de la temporada 2011/2012 y ganar la Liga BBVA con aquellos cien puntos de récord y 121 goles; también tuvo protagonismo en la Champions League del 2011, donde ayudó a su equipo con un gol ante el Olympique de Lyon a pasar por primera vez tras siete años a cuartos de final, para luego caer en semifinales ante el Barcelona. Aún mejor le fue en la 2013/14 pues antes de afrontar con Argentina un nuevo mundial, conquistó en poco más de un mes dos grandes triunfos: la Copa del Rey en abril, con otro gol al Barça, y la Champions en mayo ante el Atlético de Madrid en Londres, en la que hizo una gran jugada que terminó en el segundo gol del 4-1 y fue elegido jugador del partido, hito personal que se unió al de mejor asistente de la Liga BBVA y parte del once ideal.
Llevó ese bagaje a la Copa del Mundo de Brasil 2014, a la que había contribuido a clasificar con sus actuaciones. Y fue uno de los puntales en el enorme torneo del equipo de Sabella, donde fue titular indiscutido y autor del agónico en el uno a cero ante Suiza en los octavos de final en el minuto 118. Al siguiente con Bélgica, debió salir por una lesión muscular en la primera parte y se perdió los tramos definitorios, a pesar de que intentó recuperarse para llegar para la final pero se resintió y lo vio desde la tribuna; aún así, fue candidato a ganar el Balón de Oro finalmente obtenido por Lionel Messi y fue incluido en el conjunto de las estrellas de la cita mundialista. Tras llevarse otro título con el Real Madrid, la Supercopa europea frente al Sevilla, se marchó según él por diferencias con los directivos y en agosto fue fichado por el Manchester United por 90 millones de euros, siendo el fichaje más caro de la historia del fútbol inglés; pronto empezó a pagar con goles, asistencias y galardones como el mejor de septiembre, cuando debutó con un gol ante Queens Park Rangers (4-) donde además en el que le dio un pase a Juan Mata para otro tanto y fue elegido jugador del encuentro. Hablando de premios, cerró el año con todos los posibles: integrante del equipo del año de la UEFA y del XI Mundial FIFA FifPro, nominado para el Balón de Oro de la máxima entidad y el Olimpia de Plata al mejor futbolista argentino del exterior.
A mediados de este año se mostró nuevamente en gran forma con la selección en la Copa América de Chile,siendo figura ante Uruguay, Jamaica (nombrado futbolista del partido) y Colombia y haciendo dos goles en el 6-1 de la semifinal ante Paraguay. Sin embargo, el destino le fue esquivo en la final ante el anfitrión, ya que paradójicamente igual que en el mundial, fue sustituido por lesión muscular, no pudiendo ayudar a su equipo que de nuevo se tuvo que conformar con un subcampeonato tras la definición por tiros desde el punto penal. Tras esa cita fue cuando el opulento París Saint-Germain lo contrató por 63 millones de euros, cifra que significó el segundo pase más caro de la historia de la Ligue 1 y lo convirtió en el futbolista más caro (al sumar todos sus traspasos entre clubes). En el conjunto parisino repleto de estrellas, promete muy buenas prestaciones como lo ha hecho hasta el momento en todos los clubes que representó, pues su juego siempre volcado y decisivo ha subido su cotización a niveles de gran cuantía. Como decía aquella propaganda argentina de televisores Grundig en los años 80, Ángel Di María es caro, pero el mejor.