Con media liga ya jugada, el Eibar sigue siendo un equipo muy complicado de batir y aspirante a puestos europeos. No es una hipótesis descabellada si tenemos en cuenta que marcha sexto, empatado con el Sevilla con unos números envidiables. Esa clasificación a la Europa League está muy complicada este año con tanto equipo revelación como Celta o Deportivo de la Coruña, de hecho el propio Eibar puede dejar sin plaza europea a un equipo vecino con gran presencia en estas competiciones, el Athletic de Bilbao.
La situación en la que está actualmente ha sido considerada como un milagro por varios factores: el primero porque solamente han pagado por un fichaje en toda su historia, ocurrió este verano con el japonés Takashi Inui procedente del Eintracht de Fráncfort; el segundo, que solo han estado dos temporadas en Primera División contando con esta; y el tercero que se libraron de bajar a Segunda en verano por el descenso administrativo del Elche.
De todos modos parece un poco pronto para augurar cómo puede terminar el equipo vasco ya que el año pasado firmaron una primera vuelta espectacular y solo sumaron tres puntos menos que esta campaña. El problema es que la segunda mitad fue de lo más agónica y solo acumularon ocho puntos con dos victorias y dos empates, lo que les llevó al agónico descenso.
Su reto es mayor si se tiene en cuenta de dónde viene la SD Eibar. Se trata de un equipo con 76 años de historia nacido en la pequeña ciudad guipuzcoana de Eibar, un municipio de solo 27.507 habitantes, lo que le sitúa como la población más pequeña en militar en Primera División. Rodeado de montañas y en medio del valle del Deva, su paisaje no acompaña “a priori” al desarrollo de un proyecto futbolístico. Su estadio, Ipurúa, puede acoger a un 25% de los habitantes.
La clave de su éxito está justamente en lo señalado más arriba, en no invertir dinero en fichajes, todas sus incorporaciones son a través de jugadores libres o de cesiones de otros conjuntos. El presupuesto para configurar su plantilla es de solo nueve millones que prefieren destinar, por ejemplo, a la ampliación de capital y su lema es ahorrar, ahorrar y ahorrar.
Entre los mayores artífices podríamos señalar a cuatro figuras fundamentales: Mendilíbar, Borja Bastón, Keko y Sergi Enrich. El técnico por fin ha dado con la clave o con el equipo adecuado para mejorar su imagen después de dos temporadas que habían puesto en duda su competencia. La campaña 2013/14 fue destituido al principio al cosechar tres derrotas en tres partidos al frente de Osasuna y la siguiente también perdió su puesto dirigiendo al Levante tras algo más de cinco meses. Ha conseguido poner su sello al equipo basado en la presión al rival en cualquier zona, sobre todo en campo rival y en el desarrollo del juego por las bandas para montar el ataque.
Borja Bastón ya se destapó el año pasado como un auténtico ‘killer’ en Segunda División en las filas del Zaragoza, dejando su firma en 23 tantos. Este madrileño se formó en la cantera del Atlético de Madrid y está disputando su primera temporada en Primera cedido en la escuadra eibarresa desde verano. Actualmente se ha posicionado como un serio candidato a llevarse el Zarra con catorce goles, cuatro menos que el actual Pichichi Luis Suárez, y marca un gol cada 3.8 remates. Keko, por su parte, aporta la magia del Eibar y no es de extrañar que varios equipos estén negociando para incorporarlo a sus filas. Se formó también en las categorías del Atlético de Madrid pero nunca llegó a convencer en el Calderón. Es un jugador rápido, desequilibrante, que regatea, arrastra y además da asistencias. El club intenta retenerlo pero parece que Keko prefiere salir.
Por otro lado está Sergi Enrich. El menorquín comenzó su andadura en el Mallorca y desde las categorías inferiores fue considerado una promesa. Sin embargo, su camino se torció y paso por el Recreativo de Huelva y el Numancia, equipo que lo relanzó y con el que hizo una gran temporada que le sirvió para jugar en Primera. Es el máximo asistente del equipo y un compañero inseparable de Borja Bastón.
Como se ha señalado, la plantilla del Eibar cambia constantemente incorporando a una gran cantidad de cedidos y de jugadores libres. Empezando por el portero, Asier Riesgo, procedente del Osasuna a coste cero que ha firmado este verano y ha sentado en el banco a Irureta, indiscutible el curso pasado. La línea defensiva la forman Mauro Dos Santos y Pantic junto con los laterales Capa y Juncà, de todos ellos solo Capa repite en el equipo. Mauro llega libre desde el Almería, Pantic vino en forma de cesión desde el Villarreal y Juncà, también viene del Almería. Los cuatro son fundamentales para la salida de balón desde atrás ya que los centrales abren a uno de los dos laterales y así dan inicio a la jugada. Este año ha tenido que enfrentarse a bajas en esa zona como la de Didac, Raúl Navas o Eneko Bóveda, por ejemplo, los dos primeros estaban cedidos y el tercero se marchó libre a la Real Sociedad.
En el centro del campo, Escalante y Dani García son dos piezas muy importantes en el proyecto de Mendílibar ya que dotan de equilibrio y sostienen al equipo. Los dos son vitales para mantener la presión, adelantar líneas y hacer coberturas para no crear huecos. Escalante también viene en forma de cesión del Catania y Dani sigue una temporada más en el conjunto armero. En la mediapunta también destaca Saúl Berjón llegado en 2014 desde el Real Murcia después de consolidarse como el máximo asistente de Segunda división con diecinueve pases de gol. Puede jugar también como extremo gracias a su velocidad. En el apartado de delanteros es donde el Eibar está sacando su máximo provecho. Tres nombres propios citados anteriormente tienen la culpa: Keko, Sergi Enrich y Borja Bastón. Sobre todo los dos puntas están aportando una rentabilidad increíble gracias en parte a la presión que ya hemos citado que ejercen sobre los centrales del equipo contrario y a la sincronización que mantienen en el campo.
A modo de síntesis, su sistema de juego está caracterizado por la presión, esa es la base sobre la que genera todo su juego consciente de que sus jugadores no tienen suficiente calidad para tener el balón en los pies durante mucho tiempo. Independientemente de contra quién juegue, la defensa siempre está separada 25 metros de su portero y se mueve como un bloque con las líneas muy juntas. Su sistema suele ser de 4-4-2. Los jugadores basculan perfectamente y hacen coberturas de manera continua por lo que pueden salir sin preocupaciones a presionar al contrario. Por otro lado, el juego de sus dos puntas es fundamental y muy distinto de lo que solemos ver en el resto de equipos. Los dos arietes van siempre juntos para recibir el balón en lugar de buscar cada uno el desmarque. Cuando reciben el cuero uno lo pasa al otro para conseguir marcar y esa fórmula se ha visto en la elaboración de bastantes goles esta temporada.
A pesar de que su estilo es arriesgado en la presión y sobre todo sin balón, no lo es cuando llevan la iniciativa. El conjunto de Mendilíbar busca pases fáciles y sobre todo que no sean verticales. Siempre intentan jugar por las bandas a través de los laterales y los extremos y son ellos los que hacen llegar el último pase a los delanteros. El centro del campo funciona como “stopper” para que el rival no pueda pasar y recuperar la posesión lo antes posible pero no suelen intervenir en el ataque.
La temporada aún es larga y lo cierto es que este estilo tan particular produce un gran desgaste físico que puede mermar a los jugadores y a los que la temporada se les puede alargar de nuevo. Su plantilla no es corta pero el técnico es muy partidario de usar siempre los mismos once, sobre todo en lo que a delanteros se refiere y una baja de cualquiera de los dos rompería los esquemas que conllevaría a acumular una racha de malos resultados. Por otro lado, si finalmente consiguen mantener su posición y terminan clasificándose para competiciones europeas, deberían plantearse comenzar a pagar para traer jugadores de más nivel y de más calidad que mejoren la elaboración de jugadas.v