Eliminados a las primeras de cambio. Dos partidos que hieren como cuchilladas en la ilusión de todo aficionado español. No hay que cuestionar la profesionalidad y la entrega de nuestros representantes en Brasil 2014. Que son profesionales como la «copa de un pino» está fuera de toda duda. Pero bien es cierto que cabría hablar de decisiones desacertadas y desafortunadas a la hora de afrontar esta cita mundialista. Y en cuanto a estas decisiones, pues se debe señalar como máximo responsable, al que las ha tomado, el seleccionador nacional, Vicente del Bosque.
Primeramente centrémonos en el juego. Del Bosque pulió el sistema de juego heredado por Luis Aragonés dándole más consistencia defensiva al apostar por un trivote y siguió apostando por el toque, una forma de jugar que nos llevó a alzar un mundial y otra Euro pese a mostrar deficiencias en encuentros como el de Chile (2010) y Croacia (2012). Cuatro años y se ha seguido apostando por la misma manera de jugar, sin contar con el desgaste sufrido y con la evolución de las demás selecciones que ya comenzaban a demostrar que tenían estudiada a España y que contaban con armas para neutralizar al combinado incorrectamente llamado ‘La Roja’.
En definitiva una apuesta clara por conservar la misma forma de jugar, como si fuera a durar siempre la efectividad de tocar y tocar buscando una linea interior de pase por el centro, cuando el fútbol está evolucionando a un juego proyectado más por las bandas con el uso de carrileros largos.
Ese conservadurismo de Del Bosque también se ha visto a la hora de conformar el plantel de la selección española. Es evidente que el técnico salmantino ha apostado por el exitoso bloque que desde 2008 ‘campeonaron’ todo lo habido y por haber, modificando puntualmente en algunos puestos tras la salida de por ejemplo Marchena o Capdevila. En ese bloque había unos pesos pesados que Del Bosque ha mantenido contra viento y marea, como son Torres, Villa, Xavi y Casillas.
Ya diseccionando la lista de 23 jugadores de España se abren varios frentes y la controversia, como la espuma, sube hacia arriba. En primer lugar la portería, para Del Bosque, a quien le ha venido muy bien la lesión de Valdés, es feudo indiscutible de Iker Casillas. El madridista ha chupado banquillo en el torneo de la regularidad y sólo ha disputado Champions y Copa del Rey, es decir se apuesta por dar las llaves del arco español a un guardameta sin rodaje en lugar de gente como Reina que ha renacido en el Nápoles o De Gea que (por fin) ha tenido una buena temporada en el Manchester United. En cuanto a la defensa se han vertido críticas sobre el papel de Sergio Ramos, que considero parcialmente injustas. Si bien es cierto que sorprende el mal nivel mostrado del camero ante Holanda y Chile, su temporada con el Real Madrid lo colocaban como el mejor central del momento por lo que su presencia en la lista es indiscutible. Piqué por su parte ha tenido una temporada de altibajos y hubiera sido interesante ver en esa posición a Albiol, que esta vez sí se ha ganado su presencia en la selección tras su gran temporada en Italia. El puesto de lateral izquierdo es la demarcación más sensible de España por la escasez de jugadores. Jordi Alba ha estado buena parte del curso lesionado y cuando se ha recuperado en muchas ocasiones ha visto como Martino prefería a Adriano antes que a él, y su supuesto sustituto, Alberto Moreno, ha tenido una temporada bastante irregular. Lo más sensato hubiese sido poner a Azpilicueta en ese carril y dejar el lateral derecho para Juanfran (o Carvajal).
La media es también un apartado interesante. Xavi, para muchos el mejor jugador del mundo hace unos años, ha firmado su peor campaña con el Barcelona fruto de la merma de sus cualidades a causa de su edad (y también de que no ha servido readaptarse a un rol que minimizara sus limitaciones) y sin embargo lidera la lista de Del Bosque y fue el centrocampista creativo de España en su enfrentamiento ante Holanda. Otro de los pesos pesados y que tenía su puesto garantizado por ‘el marqués’ es Xabi Alonso. El tolosarra es junto con Busquets el elegido para dar solidez defensiva al mediocampo español, y su temporada también se ha visto salpicada por las lesiones. En definitiva un futbolista en declive y otro que no ha llegado al cien por cien físicamente son los elegidos para llevar la manija en el centro del campo español, mientras que Koke calentaba banquillo o la buena hornada de medios del Athletic formado por Iturraspe, Ander Herrera o Susaeta ven el mundial desde la televisión.
Y como colofón final la delantera. Ahí sí que se ha lucido el seleccionador español. Pese a que el fútbol español cuenta con delanteros en forma como Llorente, Aduriz o incluso Nolito, se ha contado con las viejas glorias del ataque español: David Villa y Fernando Torres. Villa pese a que ha tenido números bastante aceptables ha sido práctiamente suplente en el Atlético y Torres se ha convertido en un ariete que apenas aporta diez tantos por temporada. Cierto es que ha estado presente el mejor delantero nacional del curso, Diego Costa, que ha llegado algo mermado por las lesiones y que no ha dado el rendimiento esperado.
Por último la planificación deportiva no ha sido del todo acertada. El cuartel general escogido por la RFEF fue la ciudad de Curitiba, un lugar con temperaturas cuasi invernales. Una decisión idónea para que los entrenamientos de los jugadores sean suaves pero una mala decisión si los partidos trascendentales son en localidades como Salvador de Bahía o en Río de Janeiro con temperaturas que rondan los 28 grados. Esos contrastes climáticos a los que se han enfrentado los futbolistas españoles puedan responder al cansancio y desgaste físico que veíamos en ellos durante buena parte del segundo periodo.
En suma, quitando la cuestión de la decisión de la sede, Vicente del Bosque no ha sabido adaptar el juego de España a las exigencias de sus rivales y ha optado en algunos casos por futbolistas que buscan ya su retiro dorado en ligas menores en lugar de jugadores válidos que hubieran dado un plus de calidad y competitividad. Es hora de hacer una revolución.