La confirmación de la marcha de David Villa a la MLS para recalar en el recién creado New York City (equipo puesto en marcha conjuntamente por el Manchester City y los New York Yankees de béisbol) es una muestra más del notorio crecimiento que está teniendo el fútbol en Estados Unidos y Canadá, cuyo nivel podría asimilarse a ligas europeas del ‘segundo escalón’.
El aumento del nivel de la Major League Soccer va asociado a una mejoría del entramado del marketing, algo en el que los norteamericanos son los ‘primeros de su clase’. El aumento de equipos, la llegadas de estrellas, las giras veraniegas de los mejores equipos europeos, la mercadotecnia… han supuesto que el ‘soccer’ se sitúe en el tercer deporte en Estados Unidos en asistencia (sólo superado por béisbol y fútbol americano) y el cuarto en popularidad (según refleja un reciente estudio en el que la MLS aventaja ligeramente a la NHL de hockey hielo).
Esta progresión que vive la MLS la sitúa lejos del tópico de liga exótica de retiro donde dieron sus últimos coletazos, Valderrama, Denilson, Stoichkov, Djorkaeff, Zenga o más recientemente David Beckham. El aumento de asistencia y popularidad, unido a la pujanza del sistema de franquicias típica del deporte estadounidense han hecho que las estrellas del combinado americanos que destacaban en Europa vuelvan a ‘casa’ como es el caso de Clint Dempsey o Michael Bradley o que futbolistas que aún pueden rendir en el viejo continente se hayan marchado a la aventura americana como Obafemi Martins, Thierry Henry o Jermaine Defoe.
Para dar cabida a esas estrellas y aumentar la competitividad en pro de lograr más ‘cash’ con la mercadotecnia y los derechos televisivos, la Major League Soccer paulatinamente aumenta su número de franquicias siendo el próximo año el estreno de dos nuevas, el New York City y el Orlando City, y teniendo dos proyectadas para el futuro una en Atlanta y otra en Miami, siendo la última un proyecto personal de David Beckham. El fútbol se va diseminando de costa a costa con el sistema de play-offs similar al de las grandes ligas americanas.
Así la MLS emite un encanto sostenido en buenos montantes de dólares que atrae a futbolistas de cada vez mayor caché en su meta a ser una liga de referencia a nivel mundial. De momento ha engatusado a David Villa que sigue la estela de Aitor Karanka y Oriol Rosell y recala en una liga que se inició una exigencia de la FIFA para que Estados Unidos pudiera alojar el mundial de 1994.