Hace un par de años en La Paradinha tratamos el renacer del Glasgow Rangers tras su hecatombe vivida en 2012 que le llevó a tener que refundarse y comenzar de nuevo desde el escalón más bajo. Pero cuando lo hicimos el Rangers estaba a la mitad del camino de su regreso triunfal, un hito que acaba de culminar recientemente tras un par de temporadas de esfuerzo en las que siempre contando con el apoyo incondicional de una hinchada entregada.
Así en 2014 tras dos ascensos seguidos desde su refundación (quedando campeón en la Scottish League Two y la Scottish League One), el Rangers llegaba al segundo escalón profesional de la liga escocesa con el ánimo de seguir la inercia positiva y sumar tu tercer ascenso consecutivo y plantarse en el mínimo periodo de tiempo en la élite y poder enfrentarse a su eterna némesis, el Celtic de Glasgow. Sin embargo en la Scottish Championship se encontró con dos históricos también venidos a menos, el Heart of Midlothian y el Hibernian, ambos equipos de la ciudad de Edimburgo. Tanto el Heart como el Hibernian recalaban en la Championship tras descender de la Scottish Premiership, y serían los máximos rivales del club ‘protestante’ para lograr el ansiado ascenso a la élite.
Muy pronto comenzó a destacar el Heart of Midlothian en esa temporada al tener un plantel con más calidad con jugadores como Jamie Walker, Keatings o el sueco-senegalés Osman Sow (que recientemente ha protagonizado uno de los cuantiosos fichajes de la liga china) y lideró sin contemplaciones la categoría terminando líder la temporada con 21 puntos de diferencia sobre el segundo clasificado y consiguiendo el ascenso directo. Entonces al Rangers sólo le quedó el disputarse una segunda plaza que diera mejor cruce en la promoción de ascenso con el Hibernian. Tras una batalla encarnizada el conjunto de Edimburgo logró alcanzar esta segunda plaza al superar en tres puntos al Rangers, pero el cuadro de Glasgow juró que tendría venganza… y la tuvo, pues tras eliminar en la primera ronda de play-offs de ascenso al Queen of the South (quinto clasificado en Championship), se enfrentó al Hibernian al que venció en Ibrox Park por un dos a cero que sirvió para eliminar a unos ‘hibs’ que en la vuelta apenas les inquietaron (1-0 que supuso un global de 2-1 para el Rangers).
Así la afición protestante se congratulaba, pues su equipo estaba a tan sólo dos partidos del ansiado regreso. Pero el Mortherwell, que jugaba el play-off como penúltimo de la primera categoría, no lo iba a poner tan fácil. Pese a que 49.200 almas abarrotaban el Ibrox Park, el conjunto que no hace poco jugara una ronda previa de la Europa League contra el Levante, superó al Rangers por un doloroso uno a tres, desmoralizando a la escuadra de Glasgow que en la vuelta sólo supo volver a recibir tres goles y posponer el sueño del ascenso para la temporada siguiente.
Y eso que se dice de «segundas partes nunca fueron buenas» no fue aplicable para el Glasgow Rangers. Esta temporada en su segunda intentona por lograr el regreso a la élite el conjunto azulado ha dominado de principio a fin con figuras como el inglés Waghorn (máximo goleador momentáneo de la categoría), el veterano Kenny Miller o la promesa ‘gunner’ Zelalem, y a principio de este mes de abril, y a falta de cinco jornadas por concluir la temporada, una victoria sobre el Dumbarton les daba el ascenso matemático. Al fin, tras una travesía por el desierto de cuatro años, el Rangers volvía de donde nunca debió salir y reeditar así uno de los mayores derbis del planeta fútbol, el ‘Old Firm’, partido que les enfrenta al Celtic de Glasgow.
Pese a la exaltación de inmensa alegría de la parroquia protestante, aún faltaba la guinda del pastel, pues el ‘Old Firm’ no se hacía esperar para la campaña próxima y daba un pequeño anticipo en las semifinales de la Copa de Escocia el pasado 17 de abril. Así en el estadio de las grandes citas de Glasgow, el Hampden Park, el Rangers redondeó su gesta y eliminó a su eterno rival en la tanda de penaltis (tras un empate a dos). De un momento a otro, las risas que habían acompañado a la afición del Celtic en estos cuatro años se esfumaron, el cántico de la hinchada católica de «liquidation, hahaha, liquidation, hahaha» (desaparación, jajaja) brilló por su ausencia, tal duro fue el varapalo asestado por el Rangers, que Ronny Deila, técnico del Celtic, dimitió tras la eliminación copera.
El vendaval de júbilo del Rangers tras años de ostracismo es incontrolable. No sólo han vuelto a la élite sino que también pueden sumar este regreso con la consecución de un título que supondrá la vuelta a competiciones europeas. Para ello el próximo 21 de mayo se medirán en la final copera a un viejo conocido, el Hibernian, que ahora mismo pugna con el Falkirk por lograr la segunda plaza de la Championship. Se dé como se dé esta final, lo importante es que el Glasgow Rangers ha vuelto y de manera triunfal.