Se podría decir que el estrenar estadio le ha venido bien al Athletic. Los de Valverde han vuelto esta temporada a mostrar su mejor imagen. Clasificado para Champions League y con un buen devenir durante toda la campaña, el técnico cacereño ha regresado al banquillo vasco (donde ya entrenó a los escalafones inferiores y desde 2003 a 2005) para colocar a un histórico de Primera en las posiciones en las que suele estar.
Comparable la temporada de Valverde a los años que Joaquín Caparrós pasó en el Athletic. Con el utrerano en sus filas (de 2007 a 2011), los leones ofrecieron también buenos años de fútbol a los suyos. A pesar de ello, en 2011, el nuevo presidente, Josu Urrutia, decide no renovar a Caparrós y traer a Marcelo Bielsa.
Ni los jugadores ni el técnico argentino supieron entenderse por completo. Los métodos del “loco” no eran efectivos para el Athletic y la afición vio a su equipo perder dos finales de manera estrepitosa: la Europa League ante el Atlético de Madrid y la Copa del Rey ante el Barcelona. Además, durante la etapa Bielsa el equipo no pasó de la zona media de la tabla a finales de temporada (décimo y decimosegundo respectivamente).
Comenzaba pues el Athletic este curso con la necesidad tangente de resurgir. Parecía difícil, a priori, sustituir a un hombre como Fernando Llorente, auténtico referente para los leones que había decidido marcharse a la Juventus de Turín. Aún así, el buen hacer de jugadores como Aduriz (máximo goleador con dieciocho tantos), Muniain, Susaeta, Ander Herrera o Mikel Rico han hecho que el recuerdo de “El Rey León” no sea tan acusado.
Para destacar también la temporada del portero Gorka Iraizoz. 32 goles encajados en 33 partidos y un coeficiente de 0,97, lo que le coloca como el segundo meta con menos goles en la Liga BBVA, por detrás del Thibuaut Courtois, primera referencia para conseguir el Trofeo Zamora de este año.
Lo que sí es seguro es que dos fechas quedarán para el recuerdo de la afición vasca este año. La primera, la inauguración del nuevo estadio de San Mamés allá por el mes de septiembre. Después de 100 años de actividad y 1741 partidos oficiales desaparecía una cancha histórica que daba paso a un enclave más moderno. Victoria en aquel primer partido de una nueva era. Ganó el Athletic 3-1 al Celta.
El segundo momento inolvidable fue la victoria ante el Sevilla en la jornada 35. Los de Emery eran el principal rival para conseguir la plaza Champions y no supieron hacer frente a la pegada del Athletic que se llevó el partido de calle ante el júbilo de su afición. Otro 3-1 para los leones en aquel encuentro y una cuarta plaza que vale su peso en oro.
Así las cosas, sólo queda una jornada para terminar este curso 2013/2014. El Athletic se verá las caras con el Almería, un equipo que aún está pendiente de la salvación. Aunque no pudo tener una despedida de gala el nuevo San Mamés pues los leones sólo consiguieron un empate (1-1) frente a la Real Sociedad en el penúltimo partido de Liga (quizá el resultado más justo a tenor de lo visto en el igualado derbi vasco), no se puede negar que la temporada del Athletic es para enmarcar.
Grandes momentos por tanto los que ha vivido ya ese nuevo estadio en tan pocos meses. Grandes momentos que reflejan la indudable mejoría de un equipo que estuvo algo perdido en los últimos años pero que ha vuelto a resurgir para ofrecer la mejor versión de sí mismo. Grandes momentos los que espera ver esa afición cuando se escuche el himno de la Champions en su césped. Porque el Athletic ha vuelto. El león ha despertado y está preparado para rugir.