El suelo del planeta Tierra está habitado por una gran cantidad de seres humanos de diversas características. Por un lado están aquellos de carácter débil y que se dejan llevar por la marea general. También están esos otros que a pesar de tener sus propias ideas pertenecen a un grupo y no terminan de imponerse, y por último se encuentran los humanos que nacen con capacidad de liderazgo. Esas personas a las que los demás siguen sin dudar y tanto sus palabras como su sapiencia guían a los de su alrededor.
Thomas Tuchel es uno de los afortunados que poseen el don de liderar a los grupos. En los más de cuatro años que lleva al frente del Mainz 05 así lo ha demostrado. Su equipo siempre ha tenido la clara idea de hacer un buen fútbol y de jugar los partidos con la única intención de ganarlos. Su llegada a los banquillos profesionales se produjo en 2009 tras pasar a ser entrenador del primer conjunto de Maguncia y desde entonces siempre ha sido el capitán del barco. Su carácter, además de la cercanía con los futbolistas han sido sus principales armas para conseguirlo.
Con tan sólo cuarenta años el preparador de Krumbach ha mostrado su valía como director de un equipo. Tanto es así que, con él como ‘jefe’, el Mainz ha conseguido el mejor arranque liguero de su historia (siete victorias en los siete primeros partidos en 2010) y una clasificación para la UEFA Europa League, mérito éste por el que también están peleando en el presente curso.
El cuadro del Rhein-Neckar-Arena ha perdido en los últimos tiempos a futbolistas que fueron muy importantes. Algunos de ellos se marcharon a sus clubes de origen al acabar el período de cesión como es el caso de Lewis Holtby, mientras que otros tomaron la puerta de salida ante las ofertas irrechazables tanto para los jugadores como para el club. Buena cuenta de ello son André Schurrle, Adam Szalai o, el ex del Getafe, Eugen Polanski. Reinvención tras reinvención el equipo de Tuchel siempre ha tenido una clara idea de juego. El balón es la clave y con él en su dominio es como se ganan los partidos. Motivador como pocos, Thomas inculca, desde su banquillo, muchas ganas de vencer y dar el máximo en cada partido a sus chicos. Un equipo muy humilde, sí, pero con las ideas muy claras, a la imagen y semejanza de su entrenador.
Cada año un milagro y el Mainz no deja de sorprender a propios y extraños. El mérito de Tuchel es encomiable. Su idea se perpetúa y su equipo siempre rinde por encima de sus posibilidades. El técnico a pesar de su juventud es cada vez más conocido y como buen rey de Maguncia está extendiendo su poder y conquistando más y más regiones de Alemania para acabar siendo el próximo seleccionador germano.