He de reconocer que el torneo de la Copa del Rey es de mis competiciones futbolísticas preferidas (obviando la Champions League, por supuesto). Al ser una competición que da cabida a los clubes más modestos y de escalafones inferiores, casi desde siempre, ha sido considerada como poco prestigiosa por los equipos de la élite. Sin embargo, no son pocas las veces que los ‘grandes’ de la Liga y los aficionados nos hemos llevado una sorpresa a base de los goles y el empeño de los clubes menos conocidos.
¿Quién no recuerda el famoso ‘Alcorconazo’ (en 2009 el todopoderoso Real Madrid fue eliminado en dieciseisavos de final por este equipo de Segunda B), las grandes gestas del Mirandés (también de Segunda B, en 2012 eliminó a tres equipos de Primera como el Villareal, el Racing y el Espanyol), o sin ir más lejos, la eliminación este año por parte del Racing (que milita ahora en Segunda B y sus jugadores llevan varios meses sin cobrar) de otros dos equipos de Primera como el Sevilla o el Almería?
Es una pena que los grandes clubes de Primera traten con un cierto desprecio a este campeonato. Y digo esto porque no son pocas las veces que hemos visto a un Barça o un Madrid sacar a sus suplentes para jugar los encuentros de Copa. No digo que esos futbolistas no tengan que tener minutos, pero una vez llegados los cuartos en la competición, sí que se saca el ‘equipo de gala’.
Supongo que los grandes se confían al estar el torneo cimentado en eliminatorias a doble partido. En países como Inglaterra, la FA Cup (equivalente de nuestra Copa) se juega a partido único e incluso se disputan sus encuentros durante el fin de semana, lo que da muestra de la importancia de este campeonato para los ingleses. Mientras que en España, los partidos de Copa en su gran mayoría son entre semana, lo que conlleva que mucho público no pueda asistir a los estadios y el espectáculo pueda deslucir un poco.
¿Qué sistema es mejor pues? En mi opinión, el inglés, con eliminatorias a partido único ofrece siempre más emoción. Ya sea un equipo de élite o uno modesto, ambos gozan de tan sólo 90 minutos para darlo todo y clasificarse para la siguiente. Por el contrario, en España, al ser partidos de 180 minutos, los equipos más humildes siempre tienen las de perder. Sí, es cierto, que se han producido gestas como las ya mencionadas, pero un equipo humilde tendrá que jugar la ronda con los mismos jugadores pues sus mermadas finanzas no dan como para tener sustitutos para un Benzema o un Messi, lujos que sí pueden permitirse los grandes de nuestra Liga.
De este modo, Atlético de Madrid, Barcelona y Real Madrid tienen respectivamente los tres últimos títulos disputados. Curiosamente, los tres equipos que pelean este año por la Liga y los que más finales han disputado (incluyendo a Athletic de Bilbao). ¿Dónde queda ese formato de competición interesante si desde primera hora se sabe que los más grandes cuentan con más posibilidades?
Así pues, y aunque en España ya se probó el formato de partido único (durante varias temporadas se probó un formato mixto en el que se jugaba a partido único en el campo del equipo más débil hasta octavos de final, y a partir de ahí, es decir, octavos, cuartos y semifinales, se jugaban a partido doble), sin mucho éxito, considero que debería volver. Más que nada porque, la Copa, sigue siendo un campeonato que gusta mucho al público, donde los que son aficionados de equipos humildes pueden ver a los suyos hacer grandes cosas, y ¿qué es el fútbol sino un deporte que se debe y vive, sobre todo gracias a los aficionados?