El ascenso esta campaña del UCAM Murcia a Segunda División ha dado visibilidad a una ‘rara avis’ en el fútbol español (y por extensión en el fútbol en general, salvo quizá el latinoamericano donde hay algunos ejemplos notorios), el de los equipos universitarios.
Y es que algo tan frecuente en Estados Unidos como que cada universidad tenga su propio equipo (ya sea de fútbol, baloncesto, fútbol americano, béisbol, hockey hielo o incluso hasta de lacrosse) que compita en una liga universitaria (NCAA) que arrastra buen número de seguidores es algo bastante inusual en España. Pero que sea algo poco frecuente en el territorio español no quiere que haya habido ejemplos, algunos de ellos notorios, como los que se citarán a continuación.
Universidad Las Palmas
El equipo universitario pionero en aparecer en la élite futbolística con su ascenso en el 2000 a Segunda División. Fundado en 1994 como Vegueta Universidad Club de Fútbol por universitarios, juristas y exfutbolistas, el club grancanario comienza su meteórico ascenso nada más crearse, y en dos años se planta en Primera Regional integrándose en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, cambiando así su nombre, y trasladándose al terreno de juego del Campus de Tafira.
En su primer año como Universidad de Las Palmas, vuelve a quedar campeón de grupo (como en los dos años anteriores) y suma su tercer ascenso consecutivo, esta vez a Tercera División. Y para rizar el rizo, hizo el más difícil todavía, convirtiendo su estreno en Tercera en un nuevo liderato y culminándolo con otro ascenso. Desde su creación, el Universidad de Las Palmas había tardado sólo cuatro años para ascender a Segunda B.
En su primera temporada en Segunda B, de la mano de su técnico Álvaro Pérez y de jugadores como Santi Lampón o Jonathan Sesma, el Universidad de Las Palmas sorprendió a propios al clasificarse como segundo en el Grupo I y lograr así participar en la Liguilla de Ascenso. En esa fase de promoción no tendría tanta suerte al encontrarse con rivales como el Elche (que finalmente ascendería) y el Burgos, que dejarían la machada del equipo canario a medias.
Tras esa gran campaña, uno de los artífices, Álvaro Pérez dejó el banquillo grancanario para poner rumbo al Ceuta, y su ausencia fue suplida por un joven David Amaral, que para poder repetir el hito del curso pasado se le brindó refuerzos como el veterano Óscar Celada, el canterano de la UD Las Palmas Pedro Vega, o el hermano de Jose Mari Bakero, Jon Bakero. No sólo se repitió la hazaña del año anterior sino que se mejoró logrando el liderato de su grupo y como colofón final se alcanzó el ascenso a Segunda División tras mandar en la liguilla de ascenso con tres victorias y tres empates sobre el Xerez, Zaragoza B y Hércules.
Un pequeño equipo vinculado a la universidad grancanaria había llegado al fútbol profesinal y la ilusión corría a raudales, tanto que para no pasar apuros en su estreno en Segunda se firmó a jugadores reconocidos como el bético Alexis, Marcos Sequeiros o Robaina así como el regreso de Jonathan Sesma tras un año en el filial del Mallorca. Pero el ascenso también trajo su lado negativo, la LFP prohibió el uso del Campus de Tafira como escenario local al ser de césped artificial y ante la negativa de la UD Las Palmas de compartir el Insular al Universidad no le quedó otra cosa que mudarse. Así finalmente se llegó a un acuerdo para poder usar en el Estadio municipal de Maspalomas, algo que haría mella en el equipo ya que la lejanía (el estadio estaba al otro extremo de la isla), el mal estado del césped unido a la dificultad de la categoría hicieron que los resultados no llegaran y se optara por despedir a David Amaral. Su sustituto, Carlos Sánchez Aguiar, famoso por su buen papel con el filial del Atlético de Madrid, no logró enmendar el rumbo y finalmente el conjunto grancanario se vio abocado al descenso a Segunda B con un vigésimo puesto en la clasificación.
El descenso significó una completa desbandada de jugadores quedándose el Universidad Las Palmas con tan solo cuatro efectivos (Alexis, Moises Trujillo, Ojeda y el canterano Toba) lo que obligó al presidente de la entidad grancanaria, Alfredo Morales, a asociarse con la UD Las Palmas y transformar su equipo en el primer filial de ese conjunto histórico. Para completar la plantilla llegarían varios jugadores del juvenil de Las Palmas así como de Las Palmas Atlético y el Vecindario y la parcela técnica quedaría al cargo de Juan Antonio Quintana. Con este remozado equipo el conjunto universitario lograría un meritorio cuarto puesto, sin embargo su condición de filial y el descenso a Segunda División de la UD Las Palmas le privaría de poder disputar la liguilla de ascenso a Segunda.
Tras un año como filial, en la 2002/03 con una nueva directiva a la cabeza, el Universidad Las Palmas decide desligarse de la UD Las Palmas y recuperar su independencia, tanto que hasta abandonó Maspalomas para volver a Las Palmas donde jugaría en el estadio Juan Guedes, del barrio de Tamaraceite. Esa temporada, en la que se volvió a contar con David Amaral (hasta que se marchó a mitad de curso para dirigir al Tenerife y fue sustituido por Javier Hernández), se consiguió el liderato de grupo, sin embargo el Cádiz cortó toda esperanza de ascenso a Segunda en la Liguilla.
Tras un traspié en la 2003/04 donde el Universidad quedó décimo clasificado, el conjunto grancanario se consolida en Segunda B (donde se vería las caras con un descendido UD Las Palmas) gracias a los designios de Paco Castellano y Tino Luis y que por fin tiene un feudo definido (el estadio Alfonso Silva) y se consigue tres clasificaciones consecutivas para los play-offs de un ascenso que no llegaba.
En 2007 algunos cambios como la mudanza al estadio Pepe Gonçalvez o la marcha de uno de los líderes de vestuario como el cancerbero Moisés Trujillo supone un escenario nuevo para el conjunto grancanario que afecta ligeramente al no clasificarse dos temporadas consecutivas fuera de los puestos que dan acceso al play-off de ascenso (sexto puesto y dúo décimo puesto respectivamente). Tras ese oasis, en la 2009/10 el ‘Uni’ consigue volver a los puestos de mérito y vuelve a clasificarse para la fase de ascenso a Segunda, donde sería apeado en segunda ronda por el Sant Andreu catalán.
La campaña siguiente, la 2010/11, se viviría la cara y la cruz en el seno del Universidad Las Palmas. Por un lado el conjunto universitario llega hasta los dieciseisavos de fina de la Copa del Rey, lo que supone enfrentarse a todo un grande como el Atlético de Madrid (al que ya se había enfrentado en Segunda en la 2000/01) y batir su récord histórico de asistencia de público con 13.161 espectadores. Por otro el conjunto, pese hacer una buena campaña liguera (quinto clasificado), todo el esfuerzo de los futbolistas caería en balde al desaparecer el equipo por quiebra técnica tras acumular dos millones de euros de deudas y varias denuncias por impago ante la AFE. Así tras quince años luciendo con orgullo el nombre de la universidad pública grancanaria, la historia del primer equipo ‘cum laude’ en jugar en Segunda, tocaba a su fin.
UCAM Murcia
La Universidad Católica San Antonio, más conocida como Universidad Católica de Murcia (UCAM), es una universidad privada que al poco de constituirse apuesta porque el deporte sea una de sus señas diferenciadoras, creando en un primer momento equipos amateurs para luego dar el paso y tener varios secciones deportivas federadas. Tanto es así, que la UCAM es todo un ejemplo de la apuesta deportiva de una institución al contar actualmente con dos equipos profesionales. (fútbol y baloncesto) y uno semiprofesional (voleibol femenino).
Con respecto a lo que el fútbol se refiere, la UCAM tuvo dos experiencias, donde en la primera se creó el Universidad Católica de Murcia Club de Fútbol en 1999 que comenzaría su andadura en la Primera Regional murciana. La temporada de estreno de este nuevo equipo universitario no pudo ser mejor ya que lograron el liderato y el ascenso a Tercera División.
En esta categoría el primigenio UCAM Murcia realizaría temporadas discretas siendo su mejor papel el cosechado en el 2002 con un décimo puesto y su periplo terminaría tres años más tarde cuando tras culminar su descenso con un décimo noveno puesto, la institución académica decidió desmantelar y dar carpetazo al equipo.
Esta primera experiencia de la UCAM con el fútbol dejó de una espinita clavada que desde la entidad ubicada en el Campus de Los Jerónimos estaban decididos a resarcirse más temprano que tarde. Así en 2011 la entidad universitaria coge en su seno el Costa Cálida Sangonera, que había terminado campeón en la 2010/11 del grupo murciano de Tercera, para volver a poner en marcha el segundo y definitivo UCAM CF.
El primer capítulo de este ‘re-boot’ no fue tan esperanzador pues pese a remozar a la plantilla que había logrado el primer puesto y disputar la fase de ascenso, el nuevo UCAM cosechó una discreta sexta posición quedando a 20 puntos de la cuarta plaza que ostentaba La Hoya y que daba derecho a luchar por ascender al tercer escalón del fútbol nacional.
Sin embargo, los astros se alinearon en favor del conjunto murciano, pues el descenso administrativo del Orihuela dejó una plaza vacante en la Segunda División B, circunstancia que aprovecharon desde las oficinas del UCAM para depositar un aval de 200.000 euros en la RFEF y garantizar su ascenso a la categoría de bronce por la vía rápida.
Para su estreno en Segunda B, el directo deportivo del conjunto universitario, Pablo Rosique, puso a disposición de Julito una plantilla confeccionada para no pasar apuros con fichajes de jugadores con bagaje contrastado en la categoría como Antoñete (Guijuelo), Quesada (Atlético Baleares), Rodri (RSD Alcalá), Pico (Caravaca), De Gomar (Salamanca) e incluso con experiencia en Segunda como Alex Cruz.
Tras un comienzo nefasto (seis puntos y ninguna victoria de 45 posibles) que le costaron el puesto a Julito y a su sucesor Manolo Sánchez, el equipo empezó a carburar con la llegada de Luis García Tevenet al banquillo abandonando el farolillo rojo y llegando a la última jornada con opciones de salvarse, pero un empate a cero con el Arroyo le condenó a volver a Tercera División.
En su vuelta a los ‘infiernos’ desde la directiva se apostó por el uruguayo Gabi Correa para que su estancia en Tercera fuese un mero trámite y así fue al quedar campeón del Grupo XIII a falta de tres jornadas para finalizar la liga para luego en el encuentro ante los campeones de grupo en la fase de ascenso imponerse, no sin sufrimiento, a un Betis B y finiquitar así su regreso a Segunda B.
Para su regreso a la categoría de bronce desde los despachos José Luis Mendoza, máximo dirigente del equipo así como del UCAM Baloncesto y la propia Universidad, no se anduvo con chiquitas y engrasó una maquinaria para darle el empuje definitivo a su proyecto futbolístico. El primer paso fue lograr un escenario de categoría, y así tras negociar con el Ayuntamiento de Murcia, el UCAM lograría como nuevo feudo la Nueva Condomina y su anterior campo, El Mayayo lo destinaría para su filial, el UCAM Sangonera. Y en un segundo paso, se contrató a Pedro Reverte como director deportivo (Rosique seguiría en el staff del club como director de deportes) y se le dotó de los medios necesarios para dar el salto de calidad que se demandaba desde las oficinas del club.
Así, para esta nueva andadura en Segunda B Reverte apostó por Eloy Jiménez como nuevo capitán de la nave azul y oro, un técnico que había cuajado buenas campañas en la categoría con el Conquense y La Roda, y lo rodeó de un plantel de garantías con fichajes como el goleador Javi Gómez (Lucena), Nono (Almería B), Checa (Cacereño), Fran Pérez (Cádiz), Góngora (Cultural Leonesa) o el meta Escalona (AEK Larnaca) que se unirían a los ‘veteranos’ Tekio, Titi o Robles.
Con estos mimbre el UCAM consiguió ser el equipo revelación del Grupo IV de Segunda B al sólo ser superado en la tabla por un intratable Cádiz y con ese subcampeonato obtuvo la oportunidad histórica de luchar por llegar a la categoría profesional. La primera lid la tuvo con la Real Unión de Irún (cuarto clasificado del Grupo II), al que tras empatar a cero en tierras vascas, lo despacha en La Condomina con un solitario gol de Javi Gómez y logra el pase a la penúltima ronda. Allí, le esperaba otro equipo euskaldun, el Bilbao Athletic, que tras vencer en San Mamés logró un empate en tierras murcianas con el que los ‘katxorros’, que ascenderían luego a Segunda tras eliminar al Cádiz, despertarían abruptamente al UCAM de su sueño.
Pero en la entidad universitaria querían volver a soñar y una vez paladeado el caramelo del ascenso tocaba degustarlo por completo. Por ello, Reverte se puso manos a la obra y tras agradecer los servicios prestados a Eloy Jiménez, le dio el mando a un viejo conocido suyo, José María Salmerón, que había tenida bagaje en Segunda entrenando a Poli Ejido, Lorca o Alavés. Para el técnico almeriense, la directiva se rascó el bolsillo y reforzó al equipo con criterio firmando a jugadores con dilatada experiencia en Segunda B y algunos incluso en la categoría de plata como los Rubio (Huracán Valencia), Pallarés (Huesca) o Aguilar (San Roque de Lepe).
Si la temporada 2014/15 del UCAM fue buena, la siguiente sería para enmarcar ya que se mantuvo prácticamente toda la temporada en puestos que daban el pase a la fase de ascenso teniendo una bonita pelea con el rival ciudadano, el Real Murcia, por la primera plaza. Finalmente, esta pugna se la llevaron los de Salmerón, pese a inconvenientes como la grave lesión de Escalona, que fue paliada por el fichaje del mallorquín Biel Ribas, que además ostentarían el mérito de ser el equipo menos goleado de España.
Como campeón de grupo, el conjunto azul y dorado disputaría una eliminatoria con otro campeón para que el vencedor de este cruce lograra el anhelado ascenso a Segunda, teniendo el perdedor que jugar y ganar otras dos eliminatorias para lograr estar en la LFP. Así el rival que se interponía en el ascenso por vía rápida era el Real Madrid Castilla de los Enzo Zidande, Ødegaard, Borja Mayoral o Mariano, pero el UCAM no se amilanó ante tanto diamante en bruto y solventó sus dos partidos con una victoria en casa (2-1) y un empate en Valdebebas (1-1) logrando así ser el segundo equipo universitario en llegar a la élite profesional. Como colofón además se proclamó como campeón de Segunda B al vencer por penaltis al otro ascendido por la vía cuasi directa , el Reus.
Y una vez más, esta temporada, con el reto de buen hacer un debut en Segunda, la dirección deportiva del conjunto universitario echa humo y empieza a confeccionar plantilla trayendo jugadores de garantías. De esta manera llegan futbolistas con experiencia en la La Liga 123 como el hispano-hondureño Jona, Albizua, Kitoko, Juande, Vicente Pérez, Imaz, Natalio o Collantes. Tal tamaña cantidad de refuerzos hizo que varios jugadores de las campañas históricas del UCAM en Segunda B como Titi, Checa, Robles o Dani abandonaran el club en busca de nuevos retos.
Si embargo el debut del UCAM en Segunda no está siendo del todo el esperado. Tras unos buenos resultados iniciales, el conjunto murciano ha encadenado una serie de malos resultados que lo han llevado a ocupar puestos de descenso lo que ha provocado que Salmerón no se haya comido finalmente el turrón en la disciplina universitaria. El que fuera entrenador del Almería Francisco es el nuevo encargado de la nave azul y dorada con la clara misión de huir de los puestos de abajo.
Universidad de Oviedo
La Asociación Deportiva Universidad de Oviedo nace como club federado en 1961 gracias a que un año antes el equipo de fútbol de la Universidad de Oviedo ganara el Campeonato de España Universitario de Fútbol celebrado en Barcelona, lo que daría alas a Manolo García, jefe del servicio de Educación Física de la Universidad, para proponer al rector de entonces, José Virgili Vinadé, la creación del nuevo equipo. Así meses más tarde de la aprobación del rector nacía el Club Deportivo Universitario que luego se llamaría Club Atlético Universitario hasta que en 1987 cambia a su denominación actual.
Durante los primeros años, el conjunto asturiano deambula por categoría regionales salvo la campaña 74/75 en la cual debutan en Tercera División con una estancia efímera. No sería hasta 1990 que el cuadro universitario volvería a Tercera, donde tras tres campañas rondando la zona baja de la clasificación volvería de regreso a Regional Preferente tras culminar décimo noveno en la 92/93.
Su periplo en la Preferente duraría poco rápidamente en la temporada siguiente culminó su regreso a Tercera. Su segunda etapa en el cuarto escalón del fútbol español fue bastante más positivo con las tres primeras campañas logrando puestos en la primera mitad de la tabla (un noveno y dos sextos puestos) para luego lograr un nuevo hito seguidamente al terminar el curso 97/98 en un segundo puesto y clasificarse por primera vez en su historia para la fase de ascenso a Segunda B.
Pero el siguiente peldaño no se subió al conseguir apenas cuatro puntos en la liguilla de ascenso y claudicar ante el Compostela B, la Ponferradina y el San Sebastián de los Reyes que tuvieron una reñida pugna que acabó en triple empate, siendo el ascenso para los madrileños por tener mejor diferencia de goles.
Tras una temporada siguiente en la que se consiguió un séptimo puesto, el Universidad de Oviedo volvió con fuerza a luchar para lograr la clasificación para la liguilla de ascenso a Segunda B, y tras una competida pugna con el Marino de Luanco y el Siero, el conjunto universitario aseguraba una cuarta plaza que le daba el pasaporte para esa fase de ascenso. Y esta vez habría final feliz para los ovetenses ya que cuajaron una espléndida liguilla de ascenso al sumar cinco victorias y doblar la rodilla únicamente ante el Celta B en Vigo, cristalizando así un histórico ascenso a Segunda B.
Así en la 2000/01 el Universidad de Oviedo comenzaba su primera campaña en la categoría de bronce de la mano de Manuel Pulgar, entrenador que llevaba dirigiendo al conjunto universitario desde que dejara el filial del Real Oviedo a finales de los 90. Al principio no fueron las cosas bien para el conjunto universitario con tan sólo nueve puntos en los diez primeros partidos pero la ascendente solvencia de una zaga con puntales como Diego Barcena, Jairo Pallares o Manuel Piquer hicieron reaccionar al equipo ovetense hasta lograr una cómoda décimo tercera plaza que aseguraba la permanencia.
En el curso siguiente se aseguró el bloque que consiguió la permanencia y se reforzó el plantel con jugadores interesantes como el cancerbero Guillermo, Héctor Peláez, Juan Simón o David Menéndez. Sin embargo una segunda vuelta espantosa donde sólo logro una victoria y un empate (con las últimas diecisiete jornadas traducidas en derrotas) llevó al conjunto ovetense a ser colista y por tanto de vuelta a Tercera.
En su regreso al cuarto escalón del fútbol español, el Universidad de Oviedo tuvo tres temporadas de adecuación a su realidad logrando meritorias posiciones que bordeaban la zona alta de la tabla. Es entonces, y de nuevo de la mano de Pulgar, cuando realiza una excelente campaña logrando el liderato del grupo asturiano sacándole tres puntos a su inmediato perseguidor, el Langreo, y trece puntos al Caudal de Mieres, quinto clasificado que marcaba la frontera de los puestos clasificatorios para los play-offs de ascenso.
El primer guijarro en el camino de regreso a Segunda B fue el Huracán Z leonés al que sorteó con el mismo resultado tanto en casa como fuera (un tanto a cero). La ronda final le depararía contra la Agrupación Deportiva Parla que se había deshecho del Laracha gallego con solvencia. En tierras madrileñas el conjunto ovetense sufrió la presión de los jugadores negriazules y salió derrotado por dos a uno, por lo que se apelaba a una reacción para poder remontar el parcial y ante un Estadio Universitario San Gregorio abarrotado el conjunto ovetense cumplió con su cometido y le endosó al Parla un 4-2 que sellaba su vuelta a la categoría de bronce.
En su regreso a Segunda B Universidad de Oviedo contaba con supervivientes de su última estancia en esa categoría como Quinos, Manuel Piquer, Juan Simón o Villamil, así como con gente curtida en Primera como Tomás Hervás (ex Sporting, Celta y Sevilla) o jóvenes pujantes como Jaime o el hispano-escocés Ian Mackay pero a pesar de tal completo plantel, los ovetenses pese a un buen inicio de campaña, no aguantaron el ritmo de competición de la categoría y se vieron abocados a un décimo octavo puesto que le llevaría de vuelta a Tercera, acompañando así al equipo histórico de la ciudad, el Real Oviedo que también culminaba su descenso.
Tras su vuelta a la cuarta categoría del fútbol español, el Universidad de Oviedo cosechó buenas temporadas clasificándose en cinco campañas, cuatro de ellas consecutivas (de 2007/08 a 2010/11), para la fase de ascenso a Segunda B pero hace dos campañas contra todo pronóstico el conjunto ovetense vivió su ‘annus horribilis’ y con un penúltimo puesto bajó a una Regional Preferente que no pisaba desde 1994.
En la campaña pasada acusó su falta de adaptación a tal modesta categoría y acabó el curso con una discreta décimo quinta plaza, y actualmente ocupa puestos de cola con tan solo dos puntos de dieciocho posibles.
Universidad de Zaragoza
Surgido en 1993 cuando se fusionaron el Club Deportivo Universitario (fundado en 1966) y la Agrupación Deportiva Porcell (fundado en 1974), el llamado por entonces Universidad-Porcell competía en Primera Regional hasta que en 1994 logra el ascenso a la Regional Preferente. Tras consolidarse en esa categoría siempre quedando en la primera mitad de la tabla, en el año 2000 el equipo llega un acuerdo con la Universidad de Zaragoza para utilizar su nombre (a partir de ahora rebautizado como CD Universidad de Zaragoza) y sus instalaciones.
Con su nuevo nombre proseguiría en Regional Preferente hasta que en la 2001/02 logra el liderato de la categoría y el ascenso directo a Tercera División. un éxito que no pasó desapercibido, tanto es así que el Real Zaragoza se interesa por el equipo universitario y firma con él un acuerdo de filiación. Así el equipo se convertiría en el segundo filial del gran equipo maño y sería conocido con el nombre de Universidad Real Zaragoza C estando en un escalón intermedio del Zaragoza B (Segunda B) y el juvenil del Real Zaragoza.
En la cuarta categoría el cuadro universitario se iba asentando positivamente hasta el punto de ocupar puestos que clasifican al play-off de ascenso a Segunda B en dos temporadas consecutivos, sin embargo esos hitos no serían recompensados por su condición de filial, de hecho en la campaña 2005/06 pese haber sido líder de su grupo de Tercera, el Universidad de Zaragoza se vio obligado a retroceder a Regional Prefente tras el descenso del Zaragoza B a Tercera.
En su vuelta a la categoría regional aragonesa, las buenas temporadas del conjunto universitario (tres lideratos y un segundo puesto) caerían el balde al estar determinado de lo que hiciera el Zaragoza B, hasta que en la campaña 2010/11 el ascenso del primer filial zaragocista a Segunda B permitió al Universidad aprovechar su liderato para volver a Tercera división.
Tras el regreso a Tercera y con la merma económica (en cuanto a financiación y estructura deportiva) que había supuesto permanecer a un club en crisis como el Real Zaragoza, el conjunto universitario decide desligarse del equipo de La Romareda rompiendo así su afiliación. Una vez recuperada su ‘libertad’ el Universidad de Zaragoza logró asegurar su permanencia en Tercera sin problemas, sin embargo su maltrecha herencia económica le obligaron a renunciar a su plaza y descender administrativamente a Segunda Regional.
Con su ‘bajada a los infiernos’ el conjunto colegial había perdido claramente sus señas de identidad y tras un sexto puesto que no le suponía otra cosa que volver a competir en la misma categoría, tanto la institución universitaria como el propio club decidieron que su vinculación ya no tenía sentido, y así el Universidad de Zaragoza se renombró como Club Deportivo Hispanidad, denominación con la que compite hoy día.