Más de una vez se ha hablado en este medio de la importancia de hacer que se cumplan las normas y que se haga para todos por igual. Ya sea en el mundo del fútbol o en el diario, así debería funcionar la Justicia, pero bien cierto es que ningún sistema es perfecto y menos cuando los que deben juzgar y tomar decisiones son personas, que como tales fallan, y eso no tiene nada de malo ni es reprochable, lo que sí puede llegar a preocupar es cuando esos errores empiezan a favorecer a los ‘más poderosos’ por llamarlos de alguna manera, ejemplo que también puede extrapolarse, miren por dónde, del mundo del balompié al de los no galácticos.
En apenas unos pocos días hemos visto como dos acciones realizadas por jugadores de equipos de cierto peso no han sido sancionadas como debieran.
Empecemos analizando la primera. Se trata de la ya más que comentada jugada que provocó que Cristiano Ronaldo fuera expulsado en el partido frente al Córdoba el pasado 24 de enero. El portugués no había jugado su mejor partido y, tal vez por impotencia, cosa que no lo justifica, llegado el minuto 82 se dirigió a Edimar, jugador del Córdoba, y le soltó una patada y un manotazo sin balón, todo ello después de intentar agredir a Crespo. Pero ahí no queda la cosa, el luso fue expulsado y, al abandonar el campo del Nuevo Arcángel, lo hizo señalando el escudo que luce el Madrid en el pecho como campeón del mundo, al que fingía limpiar el polvo en un claro gesto de desprecio ante la afición rival.
Siempre me ha parecido que Cristiano Ronaldo es un profesional como la copa de un pino. Será criticado por su chulería y no le falta razón a sus detractores, pero cuando se pone la elástica del Real Madrid demuestra ser un jugador entregado a su causa. Sin embargo, como todos los humanos, en el partido ante el Córdoba erró y, a pesar del ego que todos le achacan, el propio jugador fue consciente de su metedura de pata y pidió perdón “a todos” y “en especial a “Edimar” por las redes sociales. Gesto que sin duda le ayudó a que su sanción posterior fuera menor.
Según lo reflejado en el acta por Hernández Hernández, árbitro del encuentro, Cristiano fue expulsado por “dar una patada a un adversario sin estar el balón a distancia de ser jugado”. En ningún momento se menciona la bofetada que luego le propinó a Crespo. Esta equivocada descripción, por tanto, entra dentro de la normativa con una sanción que va de uno a tres partidos por no considerarse agresión. Si el árbitro hubiera incluido la acción de la mencionada bofetada se podría haber considerado actitud antideportiva y violenta, lo que acarrearía de cuatro a dieciséis partidos.
Es más que probable que el árbitro, en ese momento del partido, no viera la dichosa bofetada de Cristiano a Crespo. Pero lo que es seguro que tras las miles de repeticiones que se han hecho en todos los medios nacionales, tanto él, como el Comité de Competición han visto esta acción y podrían haber tomado una decisión al respecto. Quién sabe por qué razón no se habrá hecho, la cuestión es que el Real Madrid ‘esperaba’ (así lo indicó el club blanco) una sanción de dos partidos para su delantero y así ha sido. Por tanto, el portugués se ha perdido un partido con la Real Sociedad y se perderá el de hoy contra el Sevilla. La vuelta le toca justo en el derbi contra el Atlético de Madrid, casualidades o no, el otro peso pesado al que le han hecho un trato de favor.
El caso del club colchonero sea quizá un poco más inverosímil. Se jugaba el partido de vuelta de cuartos de final de Copa entre Atlético y Barcelona. Tras el descanso de este encuentro, los de Simeone perdían por tres goles a dos y además jugaban con diez (Gabi había sido expulsado en el túnel de vestuarios tras una tangana al final de la primera parte).
Tan calientes estaban los ánimos, que en el minuto 48 se produjo la acción más polémica sin duda. El turco Arda Turan se quitaba su bota para tirársela al linier. Gesto que fue registrado por las cámaras de televisión y ha sido también repetido hasta la saciedad. Según redactó Gil Manzano, árbitro de este encuentro, en su acta “en el minuto 48, el jugador (10) Turan Arda fue amonestado por el siguiente motivo: lanzar su bota fuera del terreno de juego en señal de disconformidad”.
Creo que habré visto el dichoso vídeo unas diez veces para escribir este artículo y en ninguna de ellas me pareció que Arda Turan estuviera “fuera del terreno de juego”. De hecho, hasta se ve como uno de los recogepelotas tuvo que devolverle la bota para que se la pusiera nuevamente. Total, aquí sí me parece que el árbitro (y el linier) vieron lo que quisieron ver.
Además, como el juez único de Competición de la Federación Española de Fútbol no ha entrado de oficio y el Barcelona tampoco ha denunciado la acción, el turco sólo fue amonestado con tarjeta amarilla en el momento del partido y ‘santas pascuas’ para todos.
Cabe recordar que exjugador del Granada Dani Benítez fue sancionado (en 2012) durante tres meses por lanzar una botella al árbitro al finalizar un partido disputado en Los Cármenes contra el Real Madrid (¿otra casualidad?). Quizá la única diferencia entre este caso y el de Turan fue que el turco tuvo la suerte de no impactar con su bota en el linier.
Aún así, no es la primera (y me temo que no será la última) vez que Real Madrid, Atlético o Barcelona se ven favorecidos por los errores arbitrales. Como dije al principio, errar es de humanos y eso es lícito, lo que ya mosquea un poco es que esos errores siempre favorezcan a los mismos, y si encima le añadimos que esos pesos pesados suelen ser los que más se quejan de los colegiados, pues vamos apañados.