Lo que parecía increíble, sucedió. El Sevilla se proclamó anoche pentacampeón de Europa. Una quinta Europa League que suma a su palmarés para agrandarlo y para dejar claro que es el rey de esta competición. Además, haciendo historia, pues el equipo ha conseguido cinco de estos trofeos en la última década (todo empezó en 2006 en Eindhoven) y la de ayer fue su tercera UEFA consecutiva, con lo que la copa obtenida obtiene un reconocimiento especial de la UEFA que lucirá en las vitrinas del Sánchez Pizjuán.
Sin embargo, a pesar de este triunfo, la temporada del club de Nervión este año en Europa no ha sido un camino de rosas. No hay que el olvidar que el Sevilla llegó este año a la Europa League tras hacer un mal papel en la Liga de Campeones. El título conseguido el año pasado en Varsovia le otorgaba el pase para la máxima competición europea, sólo que en ella se encontró con el llamado ‘grupo de la muerte’. Así, los blanquirrojos quedaron encuadrados con Manchester City, Juventus y Borussia Mönchengladbach. Tras la fase de grupos, los de Unai Emery solo firmaron dos victorias en seis partidos (y cuatro derrotas), dando cuenta de una losa que ha acompañado al equipo durante todo el curso: la imposibilidad de ganar fuera de casa.
Con ello, se llegaba a la Europa League, competición fetiche para este equipo, que la ha vuelto a ganar, en esta ocasión, con más disfrute si cabe, pues por un momento, tras el 1-0 del Liverpool, todo parecía perdido. Pero anoche los planes eran otros. El St. Jakob-Park se unió a la relación de enclaves que han pasado a la historia del Sevilla y el sevillismo. Una lista que, como decimos, comenzó en Eindhoven y siguió en Glasgow, Turín, Varsovia y ahora Basilea.
Sentimentalismos a un lado, este título supone algo más que orgullo para el Sevilla. El club de Nervión asegura con él su presencia nuevamente en la fase de grupos de la Champions League. Un consuelo más que meritorio teniendo en cuenta que los de Emery han sido séptimos en Liga, donde no han ganado ningún partido a domicilio. Además, y lo que es mejor, se embolsa en torno a unos 40 millones de euros, una buena cifra con la que poder hacer fichajes este verano.
Tres momentos
El camino sevillista hacia este quinto trofeo se podría dividir en tres momentos. El primero de ellos sería la eliminación de la competición superior. El Sevilla quería hacer algo grande en Champions y, sin embargo, vio como todos sus rivales le pasaron por encima. 2-0 le hizo la Juventus, 2-1 le hizo el City (1-3 después) y 4-2 el Borussia Mönchengladbach. El único partido que ganó tranquilamente fue precisamente al equipo alemán, en la primera ronda, por 3-0. Con todo ello, el club andaluz supo reponerse de este duro golpe y plantó cara en la Europa League. De hecho, su primera eliminatoria, ante el Molde noruego, la ganó con cierta soltura (3-0 en casa y 1-0 a domicilio).
El segundo momento se dio en el cruce ante el Athletic de Bilbao, que se decidió en los penaltis. Para ser campeón hay que saber sufrir y eso es algo que conoce a la perfección el Sevilla. Muchos dicen que el equipo tiene suerte en este torneo, y en lo que se refiere a las penas máximas, todo puede ser una lotería, pero la preparación mental del equipo, la manera en la que afronta las eliminatorias de Europa League, eso es algo que no depende del azar. En esta ocasión, los andaluces consiguieron su primera victoria fuera de casa en competición europea (1-2). Sin embargo, los vascos no se lo iban a poner tan fácil y remontaron en el Sánchez Pizjuán. De este modo, la afición sevillista vivió otra noche de infarto que terminó en gritos de explosión tras el fallido penalti de Beñat.
El tercer y último momento se dio en la final de anoche. El Sevilla tenía en frente al Liverpool de Klopp. Como era de esperar, el equipo inglés practicó un juego más directo y ofensivo que en la primera mitad consiguió mermar a los hispalenses. En el minuto 35 su dominio se materializó el gol y todo parecía estar sentenciado, pues en los diez siguientes minutos el equipo español no reaccionó. Una reacción que sí se dio tras el descanso. En apenas unos segundos Gameiro (máximo goleador sevillista y tercero de la competición con ocho tantos) remató un gran pase de Mariano e hizo las tablas en esta final. A partir de entonces, el Sevilla hizo honor a su lema, el de ‘dicen que nunca se rinde’, y fue claro dominador de la segunda mitad. Más tarde fue el turno para que un hombre tuviera sus minutos de gloria. Coke, el goleador menos esperado, el capitán, apareció hasta dos veces (64’ y 70’) para llenar de júbilo a la parroquia sevillista.
Protagonistas
David Soria (9 partidos, 8 goles encajados): Tercera Europa League, tercer portero protagonista. El cancerbero madrileño ha cogido el testigo de Beto y Sergio Rico, y lo ha hecho de manera notable, como si llevara años defendiendo la portería sevillista.
Jorge Andújar, ‘Coke’ (7 partidos, 2 goles): El hombre de la final con sus dos goles que cristalizaron la remontada ante el Liverpool. El vallecano ha demostrado ante todo un alto grado de compromiso ya sea jugando de lateral o de extremo, posición que últimamente está adoptando.
Adil Rami (7 partidos, 1 gol): El franco-marroquí se ha convertido en la referencia en el eje de la defensa del Sevilla, al tener más regularidad durante toda la temporada. Emery lo conocía de su etapa en el Valencia y sabía que no le iba a decepcionar.
Timothée Kolodziejczak (7 partidos, 1 gol): Como siempre ha sabido suplir las bajas en la zaga hispalense de manera aceptable minimizando sus errores con respecto a la campaña pasada. Su gol en San Mamés fue crucial para el devenir sevillista en la Europa League.
Sergio Escudero (7 partidos): La ausencia de Trémoulinas ha sido aprovechada por el que fuera jugador del Schalke, para hacerse hueco en el equipo pentacampeón. No tenido la misma importancia que laterales de antaño como Fernando Navarro, pero aún tiene tiempo para enmendarlo.
Mariano Ferreira (6 partidos, 1 gol): Tras un periodo de adaptación el brasileño se ha convertido en un puñal por la banda derecha explotando su labor ofensiva como mayor virtud. En la final volvió loco al exsevillista Alberto Moreno.
Daniel Carriço (6 partidos): Tras recuperarse de una lesión en enero, unos problemas en el tendón de Aquiles no le han hecho recuperarse como debiera. Aún así el portugués ha desarrollado, gracias a casta y profesionalidad, su labor en la zaga sin ningún problema.
Benoit Trémoulinas (4 partidos): Las lesiones le han lastrado casi toda la temporada, pero cuando ha tenido la oportunidad de jugar lo ha aprovechado dando una velocidad más al equipo desde sus galopadas por la banda izquierda.
Éver Banega (8 partidos): El verdadero motor ofensivo del equipo. Sin el argentino en la construcción el Sevilla se resiente mucho y desciende el número de balones que llegan al área rival. No sólo rinde en labores de ataque pues Banega también sabe ponerse el mono de trabajo y echar una mano en tareas defensivas.
Víctor Machín, ‘Vitolo’ (7 partidos, 1 gol): Sigue luciendo lo que mejor tiene su desborde y su llegada desde banda izquierda y por supuesto ese carácter competitivo que contagia el equipo en los momentos claves. Su mayor contribución al pentacampeonato han sido sus cinco pases de gol.
Vicente Iborra (7 partidos, 1 gol: Papel menos determinante del valenciano en este título comparado con la de campañas anteriores, quizá porque Emery ya sólo lo considera un mediocentro ofensivo olvidando su capacidad de sacrificio en el centro del campo.
Stven N’Zonzi (7 partidos): Otro acierto más en la Secretaría Técnica sevillista. El francés ha derrochado personalidad y oficio con la camiseta sevillista siendo el complemento ideal en el medio campo para Krychowiak.
Michael Krohn-Dehli (7 partidos): Una grave lesión le ha apartado de disputar la final de la Europa League e incluso de celebrar el título con sus compañeros. Es el verdadero comodín de Emery dada su versatilidad al moverse con soltura ya sea como extremo o como enganche.
Grzegorz Krychowiak (6 partidos): Verdadero puntal en el centro del campo gracias a su despliegue físico. El polaco ha sido el apoyo ideal para una zaga en los momentos en los que los equipos rivales se volcaban al ataque.
Evgen Konoplyanka (6 partidos): Su proceso de más a menos en la temporada ha influido en que el ucraniano no haya tenido un papel reseñable en esta Europa League. Aún así el habilidoso extremo mostró algunas dosis de su calidad en partidos como la ida de semifinales.
Sebastián Cristóforo (6 partidos): La aparición de Cristóforo a lo largo de la competición, así como de la temporada, ha sido una buena noticia, visto que llevaba más un año en el dique seco por una grave lesión. Su entrega en el mediocampo, como se vio en el cruce ante el Basilea, es encomiable.
Kevin Gameiro (9 partidos, 8 goles): El verdadero héroe del pentacampeonato. El francés esta temporada ha salido de la sombra alargada de Carlos Bacca y se ha erigido como un auténtico goleador como bien ha demostrado en esta Europa League con unos registros inigualables. Ha sido el único jugador de campo presente en todos los partidos.
Fernando Llorente (4 partidos, 2 goles): Como en la Liga, el riojano tuvo un papel discreto en esta Europa League, siendo titular en ambos partidos de diecisesisavos contra el Molde, donde dos goles suyos finiquitaron la eliminatoria.
También fueron campeones: José Antonio Reyes (2 partidos), Federico Fazio (2 partidos), Diogo Figueiras (1 partido). Las lesiones impidieron que el capitán tuviera más participación en un torneo que terminó levantando; con respecto a Fazio y Diogo tuvieron un papel testimonial tras su vuelta al club en el mercado invernal.
Unai Emery: Con la conquista de ayer, el técnico guipuzcoano iguala a otro mito de los banquillos con respecto a Copas de la UEFA en su haber, el italiano Giovanni Trapattoni. La reacción en la segunda parte del Sevilla en la final, dice mucho de su ingenio y dotes de mando.
El futuro
Como ya se sabe, este título vuelve a asegurar la presencia del Sevilla en la Champions League y además le proporciona unos ingresos que deberá gestionar bien. Varios son los jugadores del Sevilla que han realizado una gran temporada y pueden ser tentados por otros equipos: caso de Banega, Gameiro, Vitolo. Si alguno de ellos llegara a irse, está claro que no sería fácil sustituirles, aunque vista la gestión de Monchi, todo puede suceder. Aún así, tras el golpe de la eliminación de la máxima competición europea este año, el club debería haber aprendido la lección y centrar más sus esfuerzos en realizar un buen papel la próxima temporada. También hay que mejorar en Liga, y por supuesto, como equipo visitante. Muchos son los aspectos que tiene que trabajar este verano Unai Emery, que aunque haya sido cuestionado a veces, tiene su puesto bien asegurado en Nervión.
De momento, lo más próximo para el equipo es la final de la Copa del Rey que jugará el domingo ante el Barcelona. De hecho, la celebración del título de anoche no se realizará hasta el próximo lunes, primero para que los jugadores estén centrados en lo importante, y después, porque quién sabe si habrá que festejar un doblete. Una vez pasado eso, el Sevilla estará en Trondheim (Noruega) en el mes de agosto para disputar la Supercopa de Eurocopa frente al ganador del Real Madrid-Atlético de la semana que viene (por cierto, tercera final consecutiva con representantes españoles).
Texto de Nacho Mateo y Esther García.