Me parece bien que Figo quiera ser presidente de la FIFA: un rostro nuevo, unas ideas nuevas (aunque algunas descabelladas como el mundial de 40 o 48 selecciones), y la certeza de que peor que Blatter es difícil que lo haga. Lo que me escama es la elección de su base de operaciones. No consigo entender cuales son las razones que llevan al portugués Luis Figo, otrora estrella del fútbol luso, antiguo capitán de la selección del país vecino, y que yo sepa aún portugués de nacionalidad, que presente las líneas básicas de su candidatura a presidente de la FIFA en Inglaterra (hasta en España o Italia, donde ha desarrollado su carrera deportiva, hubiera tenido sentido). Sobe todo después de haber escogido la CNN para dar a conocer esa candidatura al mundo, cuando desde el primer momento la Federación Portuguesa de Fútbol y la cadena pública RTP le mostraron su apoyo.
La presentación estaba fijada para ayer en Stamford Bridge, hogar del Chelsea y donde manda José Mourinho, su exentrenador. De ahí también mi sorpresa por el cambio a última hora al estadio de Wembley (se dice que por razones ‘logísticas’), algo que huele a que Figo no quiere precipitarse con una vinculación directa a Abramovich o a ‘The Special One’. Aunque el hacer la ceremonia en un país extraño para él, daba igual donde se realizara, incluso podía haberlo hecho en lo alto del London Eye que hubiera dado igual. Su voluntad de dar este paso en Inglaterra parecía estar decidida desde un primer momento, algo que cobra más sentido viendo uno de sus últimos apoyos… David Beckham.
El no querer hacer la presentación de su candidatura en Portugal (o en el país donde más ha desarrollado su carrera, España) puede responder al descrédito que vive ese estado debido a la crisis socioeconómica que sufre con una deuda acrecentada por el rescate de la Unión Europea, sí ese es el caso, dice poco a favor de Figo.
En cuanto a la candidatura propiamente dicha, el candidato luso debe saber bien lo que le espera. Sepp Blatter domina, y tiene todo controlado necesita un nuevo mandato para ajustar algunas cuentas y terminar algunos tejemanejes pendientes. Por lo que la confrontación será fuerte, y seguramente el exjugador del Real Madrid y Barcelona podrá coger tablas para la próxima vez presentarse con mayor fuerza, ya que la opción de desinflarse y desistir no va con el carácter luchador de Figo.