Anoche se vivió el gran clásico del fútbol español, el Barcelona-Real Madrid. Y como es tradición, en un encuentro de tal envergadura hubo su factor polémica, una circustancia que en la gran mayoría de los casos tiende a relacionarse con la situación del colectivo arbitral como sucedió ayer.
Y es que cuando terminó el partido (incluso ya en el descanso de éste) las redes sociales se llenaron de comentarios de usuarios que al unísono vociferaban «robo al Real Madrid», «arbitraje casero» y otras ocurrencias como la de montar una teoría conspiratoria en base al árbitro que dirigió el clásico, Mateu Lahoz, por tener un apellido de raíces catalanas.
Todas estas amargas quejas radican en un gol de Bale que no subió al marcador pues el galés antes de batir a Bravo recibe un pase peinado por Cristiano Ronaldo que se encuentra claramente en fuera de juego. Si en un primer momento la realización de Canal Plus mostraban imágenes dudosas, en la tercera repetición mostraron un ángulo en la que se veía que el futbolista portugués estaba en situación antirreglamentaria y así lo recogía con sus comentarios Carlos Martínez y Michael Robinson.
Por tanto ante argumentaciones evidentes no tiene sentido que el aficionado desatienda la razón (una de las pocas cosas de las que nos diferencian de los animales) y se deje lleva por la pasión disfrazada de un forofismo desacerbado que justifique el por qué su equipo se aleja un poco más del título liguero. El resultado fue justo, Mateu Lahoz ante la complejidad del encuentro estuvo correcto (si bien dejó de pitar dos o tres faltas que sí lo eran), y si Cristiano hubiera marcado la ocasión que estrelló en el palo o si Neymar hubiera estado más acertado, el encuentro habría sido otro, pero fue el que fue, sin robos y con victoria sin paliativos (fue el que más goles metió, el fútbol es así) del Barcelona. Y si algún forofo sigue con la mosca detrás de la oreja, el señor Andújar Oliver le aclarará todo.