El estallido de la Guerra Civil en julio de 1936 supuso una situación de excepción que paralizó la mayoría de las actividades cotidianas de los españoles. El deporte en general y el futbol en particular, obviamente no permanecieron ajenos a tales acontecimientos y el desarrollo de las competiciones se vio obstaculizado.
Por esas fechas el futbol español estaba de pretemporada y con los preparativos de la campaña siguiente en marcha. Poco después, para el otoño, la escalada bélica no había decrecido, por lo que consecuentemente la FEF suspendió todas las competiciones a nivel nacional aunque dejaba una puerta abierta a los campeonatos regionales.
Lo cierto es que, en aquellos momentos y en aquellas circunstancias, el fútbol no era un mero espectáculo deportivo, tenía un importante sentido propagandístico, funcionaba como agitador y aglutinador social, al mismo tiempo que servía para mantener la moral, bien por ser un medio de evasión bien por aparentar normalidad. Además, como fue el caso de otras disciplinas, tenía importancia económica ya que se organizaron eventos, algunos benéficos, y otros para obtener financiación.
En la zona catalano-levantina, bajo control republicano, el fútbol no llegó a paralizarse por completo aunque hubo de adaptar sus competiciones a las duras condiciones generadas por la contienda y realizar considerables esfuerzos para que los eventos deportivos se pudiesen celebrar con relativa normalidad.
Desde el verano se fueron celebraron encuentros de carácter amistoso, mientras que paralelamente se llevaron a cabo las gestiones oportunas para organizar una competición liguera que en cierto modo sustituyera a la liga nacional. Este nuevo campeonato reunió a equipos de la federación catalana (F.C. Barcelona, Club Deportivo Español, Gerona F. C., Granollers Sport Club) y levantina (Athletic Club de Castellón, Gimnástico F. C., Levante F. C., Valencia F. C). En un principio iban a ser más los participantes pero las situaciones generadas por la guerra, especialmente la difícil situación económica de los equipos, impidieron la participación del Hércules y de los clubes de la zona de Murcia.
El campeonato, conocido como Liga del Mediterráneo o liga Levante-Cataluña, se desarrolló de enero a mayo del 37, en plena guerra civil. El Barcelona se alzó campeón con un punto de ventaja sobre el Club Deportivo Español (que había excluido de su nombre el apelativos real en los años de la república), mientras que en última posición finalizó el Athletic Club de Castellón.
A continuación se organizó, no sin dificultades, un campeonato de copa al que tradicionalmente se ha señalado que acudieron los equipos por méritos clasificatorios en la liga disputada previamente pero que en realidad fue organizada por el Valencia con el objetivo de evitar la inactividad y lograr beneficios económicos. Además el Barcelona, primer clasificado no disputó el torneo y realizó una gira internacional por México y Estados Unidos Los otros participantes junto a Valencia fueron Español , Levante y Gerona.
El torneo tuvo un formato de liguilla que enfrentó a los cuatro contendientes a doble vuelta. Al finalizar la liguilla el Levante y el Valencia, primer y segundo clasificado respectivamente se enfrentaron en la final disputada el 18 de julio de 1937 en Barcelona, en el estadio de Sarriá, aunque previamente se iba a jugar en Valencia, finalmente se cambió la sede por motivos de seguridad. El Levante fue quien se hizo con el título al imponerse por uno a cero sus vecinos de la capital del Turia.
Ninguna de estas dos competiciones se reeditó la temporada siguiente puesto que el desarrollo de la guerra impedía celebrar las competiciones en un clima de seguridad, aún más cuando en marzo de 1938 las tropas de Franco alcanzaron el Mediterráneo y dividieron en dos la zona republicana.
Durante la dictadura no se reconoció ningún título logrado en la zona republicana pero el debate sobre la oficialidad de estos torneos se ha mantenido hasta la actualidad. En 2007 la cuestión se llevó al congreso que aprobó que se instara a la RFEF para que analizara el tema. Poco después el propio Barcelona admitió que tenía interés en que fuese reconocido su título liguero del 37 e incluso varios historiadores e investigadores han defendido la oficialidad de ese campeonato.
Pero lo cierto es que el informe elaborado por el Centro de Investigaciones de Historia y Estadística del Futbol Español (CIHEFE) por encargo de la federación, es contundente: la Copa de la España Libre “fue un torneo amistoso organizado por el presidente del Valencia FC”. Otro informe técnico realizado por la misma institución en lo referido a la Liga del Mediterráneo sostiene que no es posible su reconocimiento como oficial ya que la FEF no organizó ninguna competición de carácter nacional, aunque al mismo tiempo manifiesta que fue uno de los principales torneos disputados durante la Guerra Civil.
Por otra parte los críticos argumentan, señalando aspectos más concretos, que por ejemplo el Levante FC alineó durante la disputa de la copa a jugadores que no pertenecían a su plantilla, sino a otros equipos, entre ellos Nieto del Athletic Club de Madrid, quien curiosamente fue el máximo goleador. Para el caso de la Liga defienden que no fue un campeonato nacional pues sólo enfrentó a equipos de unas determinadas federaciones territoriales.
La cuestión no parece cerrada, el Levante UD (heredero del Levante FC) en su web oficial indica haber conquistado la Copa de la República en el año 1937 y el Barcelona, en su web incluye la Liga Mediterránea, aunque la diferencia del resto de sus trofeos de Liga. Sea como fuere, más allá de su carácter oficial o no, los torneos se disputaron, tuvieron sus participantes y sus campeones y no será fácil llegar a un acuerdo que contente a todas las partes cuando se mezclan sentimientos, historia y política.