Seguro que casi todos hemos visto ya las horribles imágenes de la terrorífica lesión que sufrió Demba Ba el pasado domingo. Discurría el partido entre el Shanghai Shenhua (su actual equipo) y el Shanghai SIPG, conocido como el derbi de de Shanghai de la Superliga china (campeonato en el que el exdelantero de Newcastle y Chelsea milita actualmente).
Corría el minuto 63 de partido y, de la manera más tonta, el francés (de origen senegalés) vio como su pierna izquierda se quedaba enganchada tras un lance con un contrario. Resultado: una impresionante fractura a la que se sumaban los gritos de dolor. Inmediatamente el jugador fue sacado del campo y llevado al hospital. Finalmente, su equipo ganó el mencionado partido (3-1), aunque el resultado, en estas ocasiones, es lo de menos. Así lo señaló de hecho Gregorio Manzano, entrenador del Shanghai Shenhua: “Preferiría haber perdido el encuentro que perder a Ba”; ya que esta lesión “podría poner fin a su carrera profesional”.
Tras la operación, los médicos han informado que su recuperación llevaría, como mínimo, ocho meses. Ese sería el mejor de los panoramas. Pues, tras ese tiempo, tendría que iniciar una larga terapia de rehabilitación especial. Todo ello sin que sepa al 100% seguro que puede volver al fútbol profesional.
Un aspecto que se muestra altamente injusto para cualquier jugador, pero que, en el caso de Demba, es si cabe más doloroso. El francés ha luchado con todo para lograr ser futbolista profesional, sin importarle siquiera llevarse el rechazo de algunos clubes o no tener un contexto favorable. Nacido en una familia humilde, sufrió la falta de recursos económicos y vio los sacrificios de su madre por sacar a los hijos adelante. Desde pequeño tuvo claro su gusto por el balompié y quiso probar suerte en su país. Allí recibió las primeras negativas (de clubes como Olympique de Lyon o Auxerre) y decidió cambiar de aires (fue a Reino Unido), una decisión que, a la postre, tampoco le trajo los resultados esperados. En definitiva, tuvo que esperar hasta 2004, cuando el Rouen (ya de vuelta en su país), decidió darle su primera oportunidad.
Tras una buena temporada en ese equipo y otra en el Royal Excelsior belga, Demba Ba llega al Hoffenheim, donde su carrera empieza a dar el salto de calidad que necesitaba. Son tres los años en los que el delantero está en Alemania y, tras afianzarse como figura allí, decide volver a la Premier. Primero, recaló en West Ham, aunque su verdadero momento de oro le vino de la mano del Newcastle. En el conjunto ‘magpie’, Ba ofreció su mejor versión. Tanto es así que se convirtió en el ídolo de la afición y fue nombrado mejor fichaje de la temporada 2011/12.
Al año siguiente, convencido de que podría llegar aún más lejos, el francés cambió de camiseta y se fue al Chelsea de Mourinho. Debió ser competencia para Torres, pero jamás encontró su sitio. Solo estuvo un año y, aunque anotó el gol con el que los ‘blues’ pasaron a las semifinales de la Champions aquel curso, podría decirse que pasó sin pena ni gloria por el equipo londinense. Así pues, y cansado de tanta liga europea, decidió probar suerte en el Besiktas turco primero (donde ha estado una temporada) y en el Shanghai Shenhua después.
Máximo goleador de la Liga china con catorce tantos en dieciocho encuentros, la espeluznante lesión le llega a Ba en su mejor momento. Sin embargo, a la fractura de tibia y peroné se suma la edad del jugador, 31 años. Por ello, solo podemos desearle lo mejor en su recuperación y que el francés pueda volver a colocarse sus botas. El fútbol le debe mucho a Demba y él debería poder disfrutarlo tras tanto esfuerzo. Ojalá lo veamos resurgir.
*Compartimos el vídeo de la lesión de Demba (abstenerse personas muy sensibles)