Cuando alguien habla de Gran Bretaña el último país que le viene a la mente es Gales, eclipsado por la grandeza de Inglaterra, la magia de Escocia y la historia de Irlanda. Y cuando alguien habla de País de Gales lo último que le viene a la mente es el fútbol, eclipsado por su selección de rugby. ‘El Dragón Rojo’ es el orgullo nacional y máximo ganador, junto a Inglaterra, del Torneo VI Naciones con veintiséis títulos cada uno.
Sin embargo, el fútbol en País de Gales está de moda, primero con el multimillonario fichaje de Gareth Bale por el Real Madrid que puso a su país en el mapa futbolístico y ahora con la brillante fase de clasificación para la Eurocopa de Francia que están realizando a lomos de la estrella madridista.
Pero el fútbol en el país del rey Arturo es mucho más que Gareth Bale, de hecho el primer gol que se marcó en la historia de la Premier League en suelo no inglés lo materializó Scott Sinclair el 17 de septiembre de 2011 en el Liberty Stadium (campo del Swansea City) en la primera victoria del equipo galés en la Premier. Dos años más tarde se unió el Cardiff City (máximo rival de los ‘cisnes’) con lo que se disputó el primer derbi no inglés en territorio Premier. El Cardiff descendió esa misma temporada y la historia no se pudo volver a repetir.
Desde España ya hace tiempo que Swansea viene siendo un punto de encuentro para los aficionados (la época de Roberto Martínez mucho tiene que ver en este asunto), el éxito continuó con Brendan Rodgers (actual técnico del Liverpool) y Michael Laudrup para proseguir de la mano de Garry Monk. Por aquí han pasado un buen puñado de jugadores nacionales: Rangel, Amat, Chico, Cañas, Pablo Hernández, Pozuelo, Michu y Álvaro Vázquez. Para un país dominado por el rugby y con apenas tres millones de habitantes no está nada mal meter dos representantes en la máxima competición futbolística de las Islas, y más aún ganando títulos como el Swansea, campeón de la Capital One Cup en 2013.
Para terminar de asentarse en la élite futbolística, Gales necesita que su selección acuda a una fase final de un gran torneo y en ello están Gareth Bale y Aaron Ramsey, sus dos máximas estrellas, acompañados de jugadores jóvenes y de calidad como el mediocentro del Liverpool, Joe Allen, los defensas del Swansea, Neil Taylor y Ashley Williams o el lateral izquierdo del Tottenham Ben Davies. Les falta un goleador, porque los mejores años de Craig Bellamy ya pasaron y Robson-Kanu, Simon Church o Sam Vokes no tienen mucho nivel, aunque el paso al frente de Bale con su selección está supliendo esta falta de gol. Desde 1958 no juegan un Mundial y jamás han disputado una Eurocopa (perdieron la repesca del año 2004 por 1-0 frente a Rusia), aunque parece que su momento ha llegado. El combinado de Chris Coleman, tras su victoria en Cardiff ante Bélgica del pasado viernes, domina con mano de hierro el grupo B donde aún no conoce la derrota en los seis encuentros disputados. Con cinco puntos de ventaja sobre el tercer clasificado (Israel) a falta de cuatro encuentros, Gales está más cerca que nunca de pisar una Eurocopa.
John Benjamin Toshack, Ian Rush, Gary Speed o Mark Hughes son nombres ilustres nacidos en el país celta, pero sin ninguna duda, hablar de fútbol en Gales es hablar (y ponerse en pie) de Ryan Giggs. Mito absoluto y jugador que más veces se ha puesto la camiseta de su selección renunciando a jugar mundiales y Eurocopas con Inglaterra. Se ganó el corazón de toda su gente al negarse a cantar el God Save the Queen capitaneando la selección de Gran Bretaña en los pasados Juegos Olímpicos de Londres. Seguro que Bale, Ramsey y compañía pagarían lo que fuera porque tuviera diez años menos y les ayudara a llevar a su país a la próxima Euro. Él más que nadie se lo merece.