Es cierto que Diego Costa ha quedado tocado de algo que no tenía nada que ver con su anterior lesión, pero desde que el pasado martes 1 de abril el delantero hispano-brasileño sufriera una lesión en el partido de Champions League frente al Barcelona, una pregunta pasa por la cabeza de todos los aficionados al fútbol: los jugadores, sobre todo las estrellas del equipo, ¿deben poner en riesgo su integridad física? Para muchos, la respuesta es sí; para otros tantos, la respuesta es no. Y es que son muchas y diversas las opiniones…
Para muchos este tipo de jugadores son líderes, héroes de honor que deben estar ahí en los momentos más importantes de la temporada para el equipo. Se trata de usar la mejor arma para vencer al rival, una necesidad que sienten los que quieren ver este espectáculo como es el fútbol y que siempre quieren que jueguen los mejores. Por otra parte, están los que prefieren que se dé descanso a los jugadores importantes si estos están mermados físicamente. A parte de estas estrellas, siempre ha de existir un fondo de armario preparado para este tipo de ocasiones y confeccionado al principio de la temporada por el cuerpo directivo y técnico del club.
También para los técnicos esto supone un grave problema en sus esquemas tácticos. Un quebradero de cabeza que lleva a pensar más allá de las propias limitaciones que puede tener un entrenador de fútbol. He aquí otra cuestión a analizar. Cierto es que Messi, Cristiano Ronaldo o Diego Costa son los pilares fundamentales de sus equipos, los abanderados de un ejército que busca vencer en la batalla, jugadores que pueden marcar la diferencia en un partido, pero… ¿están por encima del entrenador? Son estos los que tienen que ver a lo largo de la semana de entrenamiento el progreso de sus jugadores estrella y los que tienen que analizar el rendimiento que pueden dar en ese momento. A veces, los entrenadores quedan en evidencia por alinear a su ‘crack’ esté como esté. Un ejemplo de ello son las tres semanas que Cristiano Ronaldo llevaba jugando con tendinitis en la rótula. El luso ha jugado tocado durante un período de tiempo sin ser cambiado y llegó el momento en la ida frente al Borussia Dortmund en el que la rodilla dijo «basta».
Este tipo de jugadores que son alagados en todas las partes del planeta siempre quieren jugar. No valoran que, pese a ser los mejores, hay momentos en los que es mejor parar y dejar su sitio a otro que esté mejor físicamente. Con esto, hay que alagar sus innumerables goles y aportaciones a lo largo de la temporada, pero es que a veces parecen estar pensando más en estos números personales que en el resultado que pueden ocasionar al equipo. Pasar de héroes a villanos en noventa minutos no es nada difícil en el mundo del fútbol.
Son jugadores fuera de serie que siempre han de estar ahí, pero no al cincuenta por ciento, sino al ochenta como mínimo. Ellos no necesitan forzar en un partido, tenga la importancia que tenga, para demostrar algo que ya son, ídolos de todo un estadio y de gente que sólo pagan una entrada para ver el ‘hat-trick’ de Cristiano, la casta de Diego Costa peleando en cada jugada o cómo va a ser el gol de Messi hoy.