No cabe duda alguna de que la Juventus de Turín fue uno de los mejores equipos de Europa la pasada temporada. Allegri cogió las riendas de un conjunto que, en los tres años que fue dirigido por Antonio Conte, pasó de ser un recién ascendido a la Serie A, a un equipo demoledor en lo que al plano nacional se refiere, logrando tres ‘Scuddetos’ seguidos, recuperando así su gloria perdida en los últimos años. El nuevo entrenador aportó su toque personal a la base creada por Conte, y el equipo consiguió por fin la última mejora: ser peligroso también en Europa. Si bien en Italia no tenía rival, en la Champions League la Juventus siempre dejaba la sensación de poder lograr algo más. Esa sensación dio sus frutos la temporada pasada, donde, tras coronarse campeón de la liga y la copa italianas, estuvo a punto de rozar la gloria del triplete, cayendo en la final de Champions frente al Barcelona.
Este equipo vencedor se sustentó en un esquema fiable: el paso del 3-5-2 de Conte al 4-4-2 de Allegri. La portería estaba defendida por un mito como Buffon. En los laterales, Lichtsteiner y Évra, a los que la edad no les pasó factura a la hora de subir a atacar y bajar a defender sin descanso. Los centrales, Bonucci y Chiellini, se consolidaron como una de las parejas defensivas más fiables de Europa. En el centro del campo se encontraba quizá la clave del éxito. Un rombo en el cual Pirlo sacaba el balón jugado, acompañado por dos ‘box to box’ como son Vidal y Pogba. Como enganche, Marchisio se turnaba con el sorprendente Pereyra. Y en la delantera, la estrella del equipo (con el permiso de Pogba): el ‘Apache’ Tévez. Móvil y desequilibrante, el argentino metía goles a la par que repartía asistencias para la otra gran sorpresa del equipo, el delantero español Álvaro Morata. El canterano madridista no defraudó, y se consolidó como uno de los mejores atacantes al eliminar a su ex-equipo.
Sin embargo, la Juventus de este año está irreconocible. Solo nueve puntos de 24 posibles, una estadística muy baja para un equipo que tendría que estar entre las posiciones altas de la clasificación sin dificultad. En lugar de eso, tenemos que bajar la mirada hasta la décimo cuarta posición de la tabla para ver al vigente campeón. Sorprendentemente, en Europa han ganado sus dos partidos. Especialmente significativo el primero, donde remontó a un Manchester City, que venía en racha, en su propio estadio.
Pero esta no es la Juventus que dominó Italia y enamoró en Europa la anterior campaña. Gran parte de culpa de este teórico fracaso se debe a los movimientos en el mercado de fichajes de este verano. Se fueron tres de los cuatro hombres que sostenían al equipo: Pirlo, Tévez y Vidal. Solo quedó Pogba, y tampoco está siendo el que fue la última temporada. Para suplir a Pirlo vino Khedira, un jugador completamente distinto al italiano. Por el lado de Vidal, su marcha trató de ser compensada con la llegada de un media punta. Tras sondearse muchas opciones atractivas como Oscar, Götze o Isco, el equipo se decantó por Hernanes, un jugador que, si bien tiene calidad, es muy irregular. La baja de Tévez fue, en un principio, la mejor suplida. Llegó un delantero muy parecido por estilo de juego al argentino, su joven compatriota Dybala. También llegaron otros fichajes, que en un principio parecían buenos refuerzos. Delanteros como Mandzukic (que se está consolidando como titular) o la vuelta de Zaza paliarán la baja de Llorente, el cual no gozaba de demasiados minutos. El portero Neto y el lateral Alex Sandro son recambios a largo plazo de los ya veteranos Buffon y Évra respectivamente. Las dos sorpresas del mercado son los jóvenes Rugani y Lemina, un central y un centrocampista defensivo que, de momento, apenas han jugado. Quizá uno de los mejores refuerzos (por no decir el mejor) ha sido la cesión de Cuadrado por parte del Chelsea. El colombiano, que deslumbró en la Fiorentina, no gozó de las suficientes oportunidades para llegar a su mejor nivel en Inglaterra. Una vez que ha vuelto a Italia, se está asentando en un equipo que, curiosamente, suele jugar sin extremos. Cabe destacar su partidazo frente al Manchester City, anteriormente mencionado.
De esta forma, varios son los factores que podrían explicar esta momentánea debacle. La falta de un creador de juego como era Pirlo, el mal momento de forma de Pogba… De lo que no cabe duda es que la Vecchia Signora luchará para volver a estar donde estuvo la temporada pasada, de donde nunca debió salir: entre los grandes.